Ella sintió como Gonzalo la soltó y se volvió hacia la mujer que lo reclamaba y a la cual pudo ver por primera vez, estaba furiosa y era muy bonita.
_Según tu venias a terminar de una vez con ella y en lugar de eso te encuentro en sus brazos -estalló furiosa.
_Marcela cálmate trato de tranquilizarla interponiéndose entre ambas mujeres.
_No sé cómo puedes siquiera acercarte a esa gorda -gritó mirándola con desprecio, aparte de fea y gorda está vacía por dentro. -volvió a atacar.
_Dije que te calles. -gritó furioso empujándola hacia afuera sin consideración y cerrándole la puerta en la cara.
_Perdóname. -se acercó de nuevo a Lorena quien había quedado en shock primero al ver a esa mujer en su casa y luego por las palabras que dijo. _arreglare esto.
Le dio un beso fugaz en los labios y salió.
Ella se quedó parada en el mismo lugar incapaz de moverse, esa mujer había logrado lastimarla de verdad, le dio justo donde más dolía. Levantó sus ojos llenos de lágrimas y alcanzó a ver como ellos seguían afuera, se gritaban uno al otro aunque no escuchaba lo que decían, ambos estaban furiosos, luego él la tomaba del brazo y la subía a la fuerza a la camioneta y se marchaban.
*****
Gustavo estaba exhausto, esos días había tenido demasiado trabajo, aparte de que se habían presentado algunos problemas en la obra que era indispensable resolver, tan graves eran que incluso había tenido que suspender ya por dos días seguidos sus salidas matutinas y los ejercicios con Lorena, algo que se había prometido no hacer, pero que ahora era necesario si quería salvar la obra.Estaba oscureciendo ya cuando pudo escaparse del trabajo, necesitaba ver a Lorena, deseaba con ansia estar a su lado, escucharla y hablar con ella.
La había extrañado tanto, aunque en ningún momento se había apartado de sus pensamientos.
Cuando llegó iba a estacionar su camioneta enfrente de la casa pero observó que el lugar ya estaba ocupado, se preguntó si ella tendría visita, luego se percató de que una mujer esperaba impaciente en el interior de la camioneta mirando hacia la ventana de la casa.
El no pudo evitar volver su mirada hacia donde ella observaba y su corazón dio un vuelco.
Ahí estaba Lorena en los brazos de un hombre, era atractivo no lo podía negar, alto quizás unos pocos centímetros más bajo que él, y de buen cuerpo, él la besaba, daba la impresión de que la estuviera forzando pero luego observó como ella levantaba sus brazos y rodeaba su cuello.
No soportó más y desvió su mirada arrancando de nuevo su camioneta estacionándose en un callejón al otro lado de la casa, ya que esta estaba en esquina.
Bajó de prisa y se dirigió hacia su departamento, se reprochó a sí mismo, se sentía molesto y desilusionado, por algún momento llegó a pensar que sus sentimientos empezaban a ser correspondidos por ella, pero ahora se daba cuenta de que no era así, sin embargo no podía reprocharle nada, ella nunca le había dado falsas esperanzas, el que se las había dado era él mismo, para ella el solo era un gran amigo, incluso ella le había confiado que seguía casada, que aún amaba a su marido y que aunque deseaba que por fin el la dejara en paz, aún tenía la esperanza de que él recapacitara, cambiara y volviera a ella.
Se sintió como un idiota, en todos esos días no había podido dejar de pensar en ella, y aun teniendo tantos pendientes se había dado ese tiempo porque ya no soportaba un minuto más sin verla, pero ahora estaba ahí con el corazón doliéndole como no tenía idea, pensó en regresar a la obra, era mejor que quedarse en ése lugar lamentándose
Tomó su saco y salió de nuevo, avanzó en su camioneta cuando se percató de que la otra camioneta ya no estaba en el lugar, se había marchado, un mal presentimiento se apoderó de él, algo había salido mal, hacía un momento parecían tan entregados el uno al otro, pero afuera estaba su amiguita esperándolo y observando lo que sucedía adentro, no podía existir un hombre más patán que ese, seguramente alguien había salido lastimado y no podía ser nadie más que ella.
Detuvo con brusquedad la camioneta y bajó de ésta, no tocó, solo abrió la puerta y entró.
Acurrucada y con los pies arriba del sofá estaba echa un mar de lágrimas.
Él se acercó y sin decir nada la abrazó, ella al sentirlo se estremeció, su llanto se había intensificado, se sentía la mujer más desdichada del mundo, sentía que su vida no valía nada, se odiaba así misma por ser tan débil, una vez más el hombre que amaba volvía y le decía que la amaba y se negaba a darle el divorcio y no conforme con eso la seducía y ella caía de nuevo, pero de nuevo se daba cuenta de que él solo quería pasar el rato con ella, la gorda la que no podía darle hijos, la vacía y de nuevo le pasaba por el frente a su amante en turno, la bonita, la sofisticada, la que si tenía un cuerpo que presumir y sobre todo la que no estaba incompleta y que aparte se daba el lujo de humillarla delante de él, recordándole sus miserias y las razones por las que él ya no estaba con ella aun siendo su esposa pero si con ella aunque fuera su amante.
Gustavo sintió como sus sollozos fueron disminuyendo, estaba exhausta y el sueño la fue venciendo, hasta que se rindió.
*****
Lorena se movió en su cama, se había quedado dormida, se quiso dar la vuelta pero sintió unos brazos fuertes rodeándola. Sobresaltada abrió sus ojos y lo miró.
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ESPERANDO POR TI. No. 2️⃣ // SERIE HOMBRES DE LA SIERRA.
RomanceLorena se había casado totalmente enamorada hacía ya varios años y a estas alturas cansada de las infidelidades de su guapísimo marido por fin se había armado de valor y había interpuesto la demanda de divorcio. Hacía mas de un año que lo había hec...