Capítulo 23 NO ME QUIERE

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Gustavo regresaba a su departamento después de dos semanas de ausencia, habían sido días difíciles debido a que habían surgido problemas simultáneos en varios de sus negocios y todos requerían de su presencia inmediata, por fin ese fin de semana había podido escapar a sus obligaciones, la mayoría de los problemas habían sido resueltos.

Esas dos semanas se habían convertido en un pretexto para alejarse un poco de Lorena y aunque la había extrañado con locura sabía el dilema en el que ella se encontraba y había decidido darle su espacio para que aclarara sus dudas, no quería presionarla, quería que ella estuviera tranquila y meditara las cosas sin ninguna clase de coacción. Lo que era difícil teniéndolo a él pegado a sus espaldas todo el tiempo.

*****
Lorena salió de la escuela como siempre. Se despidió de sus amigas y se dirigió a su casa. Su corazón casi se detuvo cuando diviso la lujosa camioneta estacionada enfrente de su casa.

Con el corazón desbocado corrió hasta llegar a la entrada, sin embargo no entro si no que se dirigió hacia el departamento de Gustavo.

La puerta estaba entreabierta. Ella lo divisó. Estaba de espaldas revisando unos planos sobre su gran mesa de trabajo, Lucía impecable, su pelo aún se veía húmedo, seguramente acababa de ducharse.

Probablemente la sintió llegar porque se volvió hacia ella encontrándose con su mirada.

No dijeron nada solo avanzaron uno hacia el otro y se fundieron en un prolongado abrazo.

_Volviste. -dijo por fin ella en un susurro.

El asintió apretando su abrazo.

_Te extrañé tanto. - estaba al borde de las lágrimas. _te necesite conmigo.

_Ya estoy aquí. - depositó un tierno beso sobre su cabeza, aspirando el agradable olor de su pelo. _anhelaba tanto verte.

_Eres un maldito mentiroso. - se apartó de pronto de él alzando la voz. _ ¿sabes que existen los teléfonos? No me llamaste ni una sola vez.

_Lo lamento. - intentó acercarse.

Ella lo rechazó dándole la espalda, sus ojos estaban anegados.

_Solo pretendía darte tiempo para que pusieras en orden tus sentimientos. - volvió a acercarse a ella, esta vez no se alejó. _lo lamento. - la tomó en sus brazos de nuevo.

Ella se dejó abrazar, lo había necesitado tanto, sin él se había sentido tan sola, tan vacía, su vida había dejado de tener sentido.

_Lorena. - la separó un poco para poder mirarla a los ojos. _es necesario que hablemos. Necesitas tomar una decisión... Yo espero que ya tengas tus ideas más claras...

_ ¿Qué quieres decir? - lo miro con sobresalto. Sabía a lo que él se refería.

_Ven. - le dijo. Toma asiento la condujo hasta la mesa de la cocina y le sirvió una taza de té.

Una vez ahí y con ella más tranquila, el continuó.

_Estos quince días. - dijo con tono serio. _fueron los más difíciles de mi vida, porque tuve que hacer uso de toda mi fuerza de voluntad por no llamarte o no regresar, porque sabía que necesitabas estar alejada de mi para aclarar tus ideas y no sé si este tiempo fue suficiente para ti, porque lo que es yo, no pude soportar más sin verte y ahora que estoy aquí necesito saber si tengo aunque sea la más mínima oportunidad contigo. No soporto más esta situación. Si hay algo, por mínimo que sea te prometo que seré paciente y esperaré el tiempo que sea necesario, pero si no hay oportunidad para mi me alejare, no permaneceré en esta tortura que me está matando.

Ella se quedó callada, no tenía palabras, no tenía respuestas, no se atrevía a tomar aún ninguna decisión, no era capaz de darle ninguna esperanza, pero no soportaba dejarlo ir... no podía dejarlo ir... Sin él moriría sentía que él se llevaba toda su energía, toda su alegría, todo lo que era. Él le había enseñado tanto, le había dado tanto que cuando se marchaba se llevaba todo con él, aunque él no lo sabía.

_Dime. - tomó sus manos al ver su indecisión. ¿Qué necesitas? ¿Cuánto tiempo más necesitas?

_Gustavo... Yo... Sigo casada... - apartó sus manos de él.

_Eso tiene solución. - volvió a tomar sus manos. _a menos que aún lo ames. - la miró inquisitivo. _dime, ¿lo amas?... ¿es eso?... ¿aún lo amas? ¿Tanto como para no darte otra oportunidad?

En vano espero su respuesta.

Él se alejó de ella, empezaba a comprender que lo que la unía a su esposo era más grande de lo que él pensaba y por primera vez vislumbró la derrota y se sentía malditamente horrible. Siempre pensó que podía ganar, que quizás le llevaría algo de tiempo pero que al final se ganaría su amor, sobre todo porque ella se merecía ser amada y respetada y que la hicieran feliz, podía luchar contra Gonzalo y cien más como él, pero no con ella, no contra ella misma.

_Con tristeza soltó sus manos, despacio, acariciándolas con ternura, dejando una sensación de vacío al irlas alejando de él. Luego se puso de pie para marcharse.

_Gustavo... Espera - lo detuvo no soportaba dejarlo ir.

Él se detuvo y se volvió hacia ella, esperando, pero ella solo lo miró con sus ojos llenos de lágrimas.

_Perdóname. - dijo por fin. _no puedo...

El la miro, tomó su saco y se marchó.

Ella se quedó estática, incapaz de moverse. Él se estaba yendo y ella no era capaz de detenerlo.

Por fin después de varios minutos se dejó caer en el lugar donde se había quedado y lloró. Lloró como nunca lo había hecho.

*****
Una semana después de que ella se quedara sola en el departamento de él, aún no había podido hablar con él, esa noche en vano lo había esperado, el no regreso a dormir ni la siguiente noche, hasta el miércoles había dado señales de vida pero era muy entrada la noche cuando ella vio luz en su departamento y muy de mañana ya no se encontraba en él, y lo mismo se repitió día a día, hasta el fin de semana en que ya no volvió. Ella sabía dónde y con quien estaba, al menos eso creía.

El lunes por fin observo que había luz en su departamento, aunque se le hacía tarde para su trabajo decidió buscarlo, necesitaba hablar con él, las cosas no podían terminar de esa manera.

Cuando iba subiendo se encontró con él, literalmente, ambos chocaron, él iba bajando de prisa distraído con el teléfono al oído

_Perdón. - la tomó de ambos brazos evitando que cayera y haciendo malabres con las cosas que traía en sus manos.

Sus miradas se encontraron y una corriente eléctrica los traspaso.

Él se alejó de ella.

_Disculpa. - dijo ella con timidez. _iba en tu busca. ¿Podemos hablar?

_Lo lamento. - se disculpó. _voy de salida, mi vuelo sale ya y voy retrasado. De verdad lo siento. - la miró con pesar. _pero debo marcharme.

Ella asintió y lo vio luchar con el celular en su oído de nuevo retomando su conversación y con las cosas que llevaba en la otra mano.

Le sonrió, pasó por su lado y se marchó.

Ella lo miró alejarse y sintió ganas de llorar, la estaba evadiendo, aunque se veía sincero cuando dijo que no podía quedarse, pero en otro tiempo estaba segura de que hubiera cancelado hasta un viaje en avión.

*****
Gustavo llegó tarde a su vuelo, pero ¿qué más daba? Era su avión, podía retrasarlo cuanto él quisiera, pero eso no se lo iba a decir a Lorena, de hecho había dado gracias a Dios por tener ese pretexto para no detenerse a su lado, aunque lo deseara con toda el alma, el verla ahí, delante de él, tan hermosa,tan vulnerable, tratando de aclarar las cosas, aunque no sabía que deseaba aclarar pero eso hacía que una leve esperanza asomara a su maltrecho corazón aunque por otro lado podría ser que solo quisiera despedirse definitivamente de él y cerrar ese capítulo de una vez por todas.




NOTA:
Feliz Navidad .Que tengan un excelente día, que disfruten de las fiestas, de su familia y de una buena lectura 📖 .
Gracias a todos mis lectores por su apoyo.

ESPERANDO POR TI. No. 2️⃣ // SERIE HOMBRES DE LA SIERRA. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora