ESPERANDO POR TI. No. 2️⃣ // SERIE HOMBRES DE LA SIERRA.

Capítulo 33 CONTINGENCIA

Gustavo se despidió en el trabajo quería darle la sorpresa a Lorena y acompañarla a comer, seguramente acababa de salir de la escuela, y apenas iría a preparar algo de comer, pero no se lo permitiría, tenía que llevarla a algún lugar especial, ya se había contenido por demasiado tiempo.

Hacía seis meses que Gonzalo había muerto, ya era tiempo suficiente para que ella lo asimilara y pudiera pensar en el futuro sin sentir que lo traicionaba, además las obras en el complejo no durarían por mucho tiempo más, estaban a unos dos meses de concluir y tanto él como ella tenían que tomar decisiones.

Tan absorto estaba en sus pensamientos que no se dio cuenta en que momento estaba llegando a la casa de Lorena, pero ya estaba ahí y con sobresalto observo como un hombre y una mujer intentaban subir el cuerpo desfalleciente de alguien no distinguía si era hombre o mujer pero tenía que ayudar, eso no se veía bien.

Sin pensarlo bajo con rapidez de la camioneta y enfrentó al hombre que se irguió ante el cuan alto era.

Gustavo no se amedrento, había luchado con tipos más rudos que ese, sabía que no era cuestión de fuerza sino de inteligencia y de táctica.

El tipo no se dio cuenta ni cómo es que había sido sometido, en segundos estaba en el suelo, sin poderse mover porque alguien más le estaba atando las manos.

Gustavo no había perdido el tiempo con el grandulón cuando su equipo de seguridad, que siempre estaba cerca de él apareció. Sin dudarlo se abalanzó contra la mujer que sostenía a la que intentaban subir a la camioneta, cuando por fin pudo ver su rostro no dudó en descargar su puño sobre la otra mujer quien cayó al piso desvanecida. Nadie podía hacerle daño a la mujer que amaba sin atenerse a las consecuencias, fuera hombre o mujer.

Con angustia la tomo en sus brazos, estaba semi inconsciente, trató de volverla en sí pero no respondía entonces la subió a su camioneta y manejó como loco hasta el hospital, sabía que Robert se encargaría de los que la habían lastimado.

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_¡Mi amor! ¡por fin! - Lorena escuchó la voz de Gustavo cuando entreabrió los ojos volviendo de su desmayo. ¿Había escuchado bien?, la había llamado "mi amor". Su corazón dio un brinco. Se sintió feliz, pero pronto volvió a la realidad, recordó lo que había sucedido y quiso incorporarse, no sabía en donde se encontraba ni cómo es que Gustavo estaba ahí a su lado.

_Todo está bien Linda, el golpe que te dieron es aparatoso pero no grave,. - miró su rostro hinchado y como parte de éste empezaba a adquirir un tono violáceo.

_ ¡Esa mujer! - intentó incorporarse de nuevo. _Quería deshacerse de mí... Me quería matar. - se aferró a los brazos de Gustavo.

_No podrá hacerlo. - la envolvió con sus brazos, _no mientras yo viva. Ya está en la cárcel junto con su novio, Pondremos la demanda correspondiente, no saben con quién se han metido, créeme. Se arrepentirán de haberse metido contigo.

_Y cuando salgan libres. - lo miró con angustia.

_Cuando salgan no desearan volver acercarse a ti en sus vidas. - sonrió levemente. - no le diría que les esperaban tantos años en la cárcel porque las acusaciones que presentarían eran muy graves como el secuestro, lesiones e intento de asesinato y él y su gente se encargaría de que pagaran todos y cada uno de los años que se les dictaran, sin libertad bajo fianza, sin reducción de condena por buen comportamiento y recordando cada día porqué es que se encontraban en ese lugar.

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Lorena miró a través de la ventana, era una tarde lluviosa, le agradaban los días lluviosos, porque le recordaban cuando un atractivo ingeniero, la había llevado a su casa y la había protegido para que no se mojara y luego habían permanecido horas charlando junto al calor de la chimenea, estaba segura que sin darse cuenta ese había sido el momento preciso en el que ese hombre había empezado a ganarse su corazón.