Capítulo 32 RECLAMOS DEL PASADO

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Después del funeral las cosas se dieron muy aprisa.

Lorena por fin era libre, el divorcio había sido dictado, aunque ya no tenía importancia, ahora era viuda.

El testamento de Gonzalo había sido leído y para sorpresa suya había dejado todos sus bienes a nombre de ella, salvo unos fideicomisos para sus hijos hasta que terminaran de estudiar o ya no quisieran hacerlo y la casa donde Vivían sus padres que se les había quedado a ellos, así como una generosa pensión de por vida. Ella supuso que la familia de él impugnaría el testamento, pero no sucedió así, ellos estaban de acuerdo con la última voluntad de su hijo.

_Me siento abrumada con todo esto. - dijo Lorena saliendo de los juzgados. No sé qué voy a hacer, yo no entiendo nada de negocios, es mucha responsabilidad para mí.

_Tranquila. - Gustavo que no se había separado de ella tomó su rostro entre sus manos. _todo tiene solución. _Puedes contratar a una firma especializada que se haga cargo de todo o puedes contratar asesores. Yo puedo recomendarte ya sea lo uno o lo otro, conozco a gente de toda mi confianza.

_ ¿Lo harías? - lo miró con esperanza.

_Por supuesto linda. - la rodeó con sus brazos. Por ella daría la vida. Él podría ofrecerse para manejar sus negocios sin problema, el equipo de trabajo que lo respaldaba era excelente, pero quería mantenerse al margen, no deseaba desatar habladurías y chismes que afectaran su relación con ella o que pudiesen malinterpretar sus intenciones. _esta tarde me pondré en contacto con ellos, agendaremos una cita con cada uno y tu escogerás con quien más a gusto te sientas.

_Gracias. - se aferró a él. No sabía que hubiera hecho sin su apoyo, No la había dejado sola, por el contrario la había representado y asesorado en cada situación que había enfrentado después de la muerte de Gonzalo.


*****
Esa tarde Lorena se despidió de sus amigas después de salir de la escuela, no quería cambiar su estilo de vida, le apasionaba dar clases, y quería seguir haciéndolo mientras pudiera. Gustavo mismo la había animado para que así lo hiciera después de que ella hubiera dejado sus negocios en manos expertas.

Ahora se sentía libre, trabajaba por gusto no por necesidad y eso le daba otra perspectiva a su vida, sin embargo le preocupaba su relación con Gustavo, eran amigos, muy buenos amigos, el había regresado al departamento, seguía pagando su renta como antes pero desde que regreso después del secuestro de ella, no había vuelto a hablar de estar juntos, sin duda las cosas habían cambiado entre ambos, él se acercaba más a ella, incluso se aventuraba a robarle algún beso, pero no mencionaba si acaso hubiese una posibilidad entre ambos, por el contrario respetaba su espacio, su tiempo, su vida, y no hacía el intento de ir más allá.

Cuando llegó a la puerta de su casa iba tan ensimismada que no reparó en la mujer que aguardaba a unos pasos de ella recargada en la puerta de una camioneta estacionada junto a su casa. Un hombre aguardaba dentro de ésta del lado del chofer.

_ ¡Vaya! por fin te dejas ver. - la intercepto con tono bélico.

Lorena se estremeció al reconocer a la mujer que le robó a su novio cuando preparaba su boda con él.

_ ¿Qué haces aquí? - guardó la compostura. Le era difícil contenerse. _No eres bienvenida en mi casa.

_ ¿Tu casa? - la miró con amargura. _esa casa debió haber sido mi casa.

_Si debió ser tuya no entiendo porque él no te la dio. - respondió intentando no perder la paciencia. _en cambio me la dio a mí.

_Porque eres una zorra. - gritó furiosa. _porque te metiste en mi matrimonio y me lo quitaste. - la encaró con odio.

_Te recuerdo que fuiste tú la que me lo quito cuando me iba a casar con él, así que la zorra eres tú.

_Él ya me había escogido y tú te metiste. - le reprocho con odio.

Lorena no pudo evitar recordar como luchó ciertamente con uñas y dientes para evitar que se casara con ella, pero una vez que lo hizo. Se apartó, era tanto du dolor que se encerró en sí misma y no lo buscó más ni a él ni a nadie que tuviera que ver con él, hasta que Gonzalo mismo la buscó a ella arrepentido y rogando por una oportunidad.

Cuando él la contactó ya había nacido su hijo y ya estaba divorciado.

_Tú me lo quitaste - volvió a gritar y no solo eso ahora pretendes quitarle a mi hijo lo que le corresponde.

Lorena la miro sorprendida por la acusación.

_esa herencia le corresponde a su único hijo legítimo. No a ti. - la volvió a encarar.

Lorena empezó a sentir temor, esa mujer estaba loca, todo había sido legal, ninguno de sus hijos había quedado desamparado, así que no podía reclamar nada.

_Así que por las buenas o las malas me vas a regresar lo que me corresponde, incluida esta casa.

Lorena quiso retroceder pero topo con el hombre que había estado en la camioneta momentos antes.

_Aléjate de mí. - pidió asustada, las llaves de la casa habían caído a sus pies. _él decidió esto y debes de respetar su voluntad. - intentó distraerla dando tiempo de que alguien la auxiliara pero la calle lucia vacía.

_No me voy a ir sin resolver esto. - la miró con odio, si en este momento desapareces nadie se va a dar cuenta. - amenazó y no tendremos que recurrir a jueces ni abogados.

_Estas,loca - exclamó con angustia sintiendo como sus brazos eran aprisionados por ese hombre corpulento y era arrastrada con facilidad hacia la camioneta sin que ella pudiera hacer nada, iba a gritar pero un puño se estrelló en su cara quedando aturdida y sin fuerzas para oponer resistencia.

ESPERANDO POR TI. No. 2️⃣ // SERIE HOMBRES DE LA SIERRA. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora