Capítulo 24 DESICION TOMADA

10.9K 1.1K 67
                                    

Lorena esperó pacientemente, era jueves en la noche, sabía que esa tarde Gustavo había regresado de su viaje, así que aguardó con paciencia hasta que escuchó cuando el detuvo su camioneta en la calle y luego el portón del patio abrirse, entonces salió a su encuentro.

El la miro avanzar hacia sí y no pudo negarse de nuevo.

_Hola, ¿podemos hablar? - pidió

_Hola - contestó. _supongo que sí, la invitó a subir a su departamento. _ ¿te ofrezco algo?

_No gracias. Él le indico tomar asiento en el sofá que se encontraba en la pequeña sala.

_Escucho. - dijo acercando una silla y sentándose enfrente de ella.

_Esto es muy difícil para mí. - dijo por fin. El otro día te fuiste sin aclarar las cosas, sé que fui yo la que no quiso hablar. - se adelantó ante la protesta que iba a escapar de los labios de él. _pero me sentía tan confundida.

El la miró con esperanza ¿acaso ya había aclarado sus dudas?

_ ¿Sabes? - dijo ella. _han sido tantos años al lado de Gonzalo, que ahora que no está se me hace tan difícil definir mis sentimientos. En mi vida solo ha existido él, desde siempre solo ha sido él, cuando se iba y me dejaba mis pensamientos seguían llenos de él, pero de repente llegaste tú y empezaste a llenar mi mente y mi vida de otras cosas, me sacaste de la oscuridad en donde él me había mantenido y si soy sincera cuando estoy contigo casi no me acuerdo de su existencia, pero también estoy consciente de que aún sigo siendo su esposa y que cuando estoy cerca suyo siento como si nunca se hubiese marchado y creo que vivir así no sería justo para ti, además tu no me conoces, no soy una mujer de tu clase, y nunca estaré a la altura de la mujer que tú necesitas y sobre todo quizás no sea capaz de darte nunca una familia.

_ ¿Esos son tus peros? - interrogó acercándose a ella. _lo de tu matrimonio puede solucionarse, la demanda de divorcio está interpuesta, él ha estado fuera del hogar por más de un año, no ha habido convivencia entre ambos, solo es cuestión de agilizar los trámites. En cuanto a que no eres una mujer de mi clase, ¿me puedes decir de qué clase soy? ¿Y que no estas a la altura de la mujer que yo necesito? ¿Acaso sabes que es lo que yo necesito?

Ella lo miró perpleja pero no atinó a decir nada.

_Soy un hombre. - continuó el. _de carne y hueso como tú con virtudes y defectos, como cualquier otro. Y en cuanto a lo de formar una familia ¿por qué no podríamos formar una?

_Yo... - dudó. _yo no puedo tener hijos. - miró su rostro sorprendido. _llevo muchos años intentándolo y no ha sido posible.

Él se acercó más y tomó sus manos.

_ ¿Has acudido al médico? ¿Hay algún impedimento físico?

Ella bajo la mirada recordando la incansable fila de médicos y estudios que se hicieron ella y Gonzalo, aun sabiendo que el no tenía ningún impedimento para ser padre, varios hijos daban fe de ello.

_En realidad los médicos no saben por qué. - dijo por fin. _pero el caso es que no puedo embarazarme, aunque lo intente.

El la miro pensativo, ella deseaba meterse en su cabeza y ver qué era lo que estaba pensando, cuál era su sentir real al respecto.

_Esto es serio. - dijo sin soltar sus manos y mirándola a los ojos. _mentiría si te dijera que no me interesa tener hijos, lo deseo tanto como cualquier persona normal, pero sí te digo que puedo prescindir de ellos, si no me fuere dado tenerlos no te los demandaría y estaría conforme con ello. - le sostuvo la mirada. _por lo tanto. - continuó. _volviendo a lo otro, no hay ningún impedimento real, a no ser que seas tú, quien no quiera.

Ella volvió a bajar la mirada ¿y si le decía que sí y le fallaba? ¿Y si lo dejaba marchar y luego se arrepentía? Ya había probado estar lejos de él y no había sido nada agradable, ni tolerable.

_Linda. - la miro a los ojos. _el único impedimento que yo veo aquí eres tú misma, debes de pensar en ti, en que es lo que tú quieres, en donde y con quién está tu felicidad y luchar por ella, está al alcance de tu mano, solo estírala y tómala. Si es conmigo aquí estoy, si es con el tienes las herramientas para luchar por su amor, ese idiota ya se dio cuenta de lo que tiene y tarde que temprano vendrá por ti, ahora depende de ti si lo recibes y luchas o le dejas claro de una vez por todas que ya no tiene cabida ni en tu corazón ni en tu vida.

Ella levantó su mirada sus ojos estaban llorosos, deseaba poder estar segura de que no lo defraudaría, porque lo que si sabía era que el ya ocupaba la mayor parte de su corazón, si no es que la totalidad, pero tenía que estar segura de sus sentimientos hacia Gonzalo.

_Por favor dame esta semana. - pidió. _parece ser que Gonzalo anda en el pueblo, necesito verlo y hablar con el, entonces tomaré una decisión. Lo prometo.

El asintió besando sus manos. Ya sabía que Gonzalo estaba en el pueblo, lo había visto esa tarde en el complejo turístico.

_Esperaré. - la miró con ternura.

Después de esa charla ambos disfrutaron de una deliciosa cena en el departamento de él.

Ella se sentía más tranquila, y aunque seguía confundida sabía que él estaba ahí y pasara lo que pasara, la entendería, sabía que si decidía por él, la recibiría con los brazos abiertos y si decidía por Gonzalo, estaba segura de que se haría a un lado para que ella fuera feliz.

*****
El viernes temprano antes de irse al trabajo Gustavo decidió no bajar a despedirse de Lorena, aunque estaba pensando seriamente posponer su viaje del fin de semana a la ciudad. Había observado la camioneta de Gonzalo deambulando por la casa de ella, era muy probable que la buscara esa misma tarde porque sabía que trabajaba en la mañana.

Era la oportunidad de ella para tratar sus asuntos y despejar sus dudas, así que esperaría.

*****
Lorena llegó de la escuela y no se sorprendió al observar la camioneta de Gonzalo estacionada frente a su casa.

Al acercarse él bajó de ésta y la saludó. Ella correspondió y lo invitó a pasar.

Una vez adentro él intentó abrazarla.

_Espera. - se apartó de él, si te deje pasar fue porque necesitamos hablar.

_No necesitamos hablar. - se acercó demasiado a ella, olía a alcohol, había estado bebiendo, aunque no al grado de estar ebrio. _Eres mi esposa. ¿Lo recuerdas? Porque yo sí.

_De eso precisamente necesito que hablemos. - retrocedió de nuevo.

_Está bien, hablemos se acercó de nuevo y la envolvió en sus brazos. _Ven. - aspiró su perfume, era tan fino, tan delicado, lo hacía transportarse a épocas más agradables. _Te he extrañado. Tomo su rostro entre sus manos.

Sus cuerpos estaban pegados uno al otro, Lorena sintió su aliento sobre su rostro, luego el acortó el espacio y la beso. Anhelaba tanto tenerla de ese modo, la amaba y sabía que aun si buscaba en el fin del mundo nunca iba a encontrar a alguien que la superara, por eso estaba ahí por fin se daba cuenta de que no quería dejarla, de que era suya y tenía que recuperarla a como diera lugar.

Lorena sintió sus brazos a su alrededor, luego su beso primero tierno y luego posesivo, de inmediato se transportó al pasado, ahí estaba de nuevo él intentando seducirla, dándole lo que necesitaba sabiendo que ella anhelaba aunque fuera migajas de su atención, por un momento se dejó arrastrar, se dio cuenta de que él la conducía hacia la recámara y no fue capaz de resistirse. Era su esposo.

El empezó a desabrochar el primer botón de su blusa, ella se hallaba como en una bruma, concentrada en las sensaciones que él despertaba aún en ella.

Escuchó un ruido y sus sentidos se pusieron alertas, intentó detenerlo, pero él tomó sus labios de nuevo y ella se perdió. 

ESPERANDO POR TI. No. 2️⃣ // SERIE HOMBRES DE LA SIERRA. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora