Gonzalo daba vueltas furioso en la habitación del hotel, todo había salido mal, empezando por su encuentro con Lorena, el pensaba llegar y firmar los papeles del divorcio y por fin cortar todo lazo con ella, no porque él quisiera sino porque ella merecía tener paz y que pudiera rehacer su vida aunque a él le doliera, pero al nada mas verla, todo su ser se removió, el verla tan hermosa, mucho mas que antes, sus ojos habían adquirido un brillo especial y su figura... ya no era la misma de antes, ahora lucía mas delgada, recordó como él la había llegado a molestar por su sobre peso y también recordó que aún así se había enamorado de ella, pero siempre se había preguntado si así se veía tan hermosa ¿como sería verla con unos kilos de menos?, y aunque había rebajado aún no llegaba a su peso ideal, pero su aspecto era de lo mas hermoso que hubiese visto jamás.
Cuando la tuvo enfrente no pudo dejar de mirarla y la forma en que lo recibió... no se esperaba esa reacción, esperaba verla llorosa y sumisa, rogandole que no la dejara como lo hacía siempre, pero por el contrario, lo había recibido una mujer fuerte segura de sí misma y beligerante, núnca pensó que lo enfrentaría de esa forma y contra todo pronóstico le gustó, le gustó que estuviera tomando las riendas de su vida y mas le gustó saber que aún tenía poder e influencia sobre ella, que aún no lo había sacado de su vida, pero eso había trastocado sus planes, no se resistió a acercarse a ella y abrazarla y besarla y comprobar que seguía siendo suya y que como sucedía siempre, de nuevo era incapaz de dejarla, aunque ahí afuera estuviera su amante esperándo a que él concluyera su relación con su esposa para poder casarse, pero no esperaba que ésta se atreviera a hacer lo que hizo, si algo no soportaba y no perdonaba era que ofendieran a Lorena y le faltaran al respeto, muchas de su relaciones habían terminado muy mal a causa de ésto y le había partido la cara a dos que tres hombres que se habían atrevido a faltarle al respeto, era por eso que ella vivía tan solitaria porque ningún hombre en su sano juicio se le acercaría sabiendo lo que les esperaba, tendría que ser alguien de fuera que no conociera sus antecedentes, y esa mujer no había sido la excepción , cuando se atrevió a insultar a su esposa una oleada de ira lo invadió, que tuvo que sacarla y no hacer algo de lo que pudiera arrepentirse, cuando salió, ella intentó encararlo, pero a él nadie le decía lo que tenía que hacer y menos una mujer como ella sin moral y sin escrupulos que se atrevía a ofender a la mujer que en verdad amaba, así que la subió con brusquedad a la camioneta y la llevó al hotel desde donde llamó a uno de sus hombres y le ordenó lleversela de ahí y dejarla en su casa, de donde no debió sacarla núnca, aunque ahora ella lloraba y suplicaba pidiendo perdón, incluso ofreció pedirle perdón a Lorena pero él ya estaba decidido, no conviviría con nadie que ofendiera a su esposa y en cierta forma entendía su angustia pues vivía en otro pueblo a cientos de kilómetros de ahí, donde no tenía en que caerse muerta, pero que al relacionarse con él su vida dió un giro de 180 grados, solo que el dinero se le subió demaciado rápido a la cabeza y ahora en lugar de convertirse en la esposa de ese poderoso y atractivo hombre como tanto había presumido tendría que regresar sola y humillada al mismo lugar en donde se había comportado con altivez y desprecio hacia sus conocidos creyendose superior a todos.
El mientras tanto se encontraba en una encrucijada, no quería lastimar más a Lorena, pero se moría por tenerla de nuevo, por acercarse a ella y volver a reconquistarla o firmarle los papeles y dejarla ir de una vez por todas. Aunque en realidad era él el que no se podía ir de su lado. Se daba cuenta de ello y se sentía aterrorizado, núnca ningúna mujer lo había cautivado como ella, tanto que hiciera lo que hiciera volvía hacia ella irremediablemente.
*****
Empezaba a oscurecer cuando los hombres de Rigoberto Salas por fín les hacían entrega de sus pertenencias a Gustavo y sus acompañantes, sin embargo aún no les permitieron salir, ni hacer llamadasRigoberto los había adentrado aún mas a la sierra para mostrarles, la grandeza y la bastedad de sus dominios, con orgullo hacia gala del poder de que gozaba en ese lugar y mostraba que ahi el que mandaba era él.
_¿Por qué me escogió a mi para tratar este asunto? -interrogó Gustavo en un momento en que quedaron a solas. _¿por qué no a cualquier otro?, son muchas compañias las que partucipan en la obra.
Se escuchó la risa de Rigoberto y luego contestó.
_A simple vista usted es uno mas del montón, uno de tantos ingenieros a cargo de una compañia que a su vez se encarga de una parte de la obra. -lo miró con desdén. _pero cuando uno busca algo ve los detalles y usted no es cualquier persona, no es el encargado de esa compañia, usted es el dueño y además de eso tiene cierta relación con los encargados de la obra, se que usted tiene influencia sobre ellos y llegado el momento usted va a ser mi enlace con esa gente.
Gustavo no lo negó, en realidad la compañia para la que trabajaba era suya y no era cualquier compañía era grande, exitosa y traspasaba las fronteras y en realidad el no tenía porque meterse a trabajar como lo estaba haciendo, pero le gustaba y lo hacía siempre que podía fuera en su propio país o fuera de éste y ahora estaba aquí solo que en esta ocación había algo especial que lo mantenía en este lugar, unos hermosos ojos cobrizos y una preciosa sonrisa, aunque le preocupaba su reacción cuando se enterara de que él ni era uno de tantos ingenieros del lugar, sino el dueño de esa compañía y lo mas importante y que gracias a Dios Rigoberto no había podido averiguar , que el no solo tenía influencia sobre los encargados de la obra, él era el dueño de la obra, como lo era de muchas más por todo el mundo, así que cuando dijo que tenía poder era porque lo tenía, su lista de amistades y contactos era muy extensa entre las que se encontraban los dirigentes de algunos países, gente se altas esferas de distintos gobiernos, politicos, empresarios, incluso gente importante dentro del espectáculo, etc.
Quien lo viera jamás se imaginaría la clase de persona que era en realidad, pero le gustaba eso, pasar desapercibido y vivir la vida sin los afanes que la riqueza y el poder le podían dar.
Nada lo haría mas feliz en ese momento que estar sentado frente a Lorena tomandose una taza de café y perderse en esa preciosa mirada, anhelaba su compañía, su charla, su risa despreocupada, anhelaba todo lo que ella representaba.
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ESPERANDO POR TI. No. 2️⃣ // SERIE HOMBRES DE LA SIERRA.
RomanceLorena se había casado totalmente enamorada hacía ya varios años y a estas alturas cansada de las infidelidades de su guapísimo marido por fin se había armado de valor y había interpuesto la demanda de divorcio. Hacía mas de un año que lo había hec...