CAPÍTULO 12 PROVOCANDOLA

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_Es hora de irnos. -insistió Mariana extendiendo su mano para que se levantara

_No. -se negó ella observando como un atractivo hombre se acercaba para invitar a Mariana a bailar.

_Estaré bien. -contuvo su dolor, no tenía derecho a estropearle la noche a su amiga. -ve y disfruta.

_Pero... -iba a protestar.

_No te preocupes estoy bien. -sonrió. _ve con él. -miró al hombre que la esperaba con paciencia.

Mariana se fue con un nudo en la garganta, sabía que no estaba bien, pero también sabía que se sentiría peor si pensaba que le había echado a perder su noche a ella, así que bailaría una o dos piezas y se la llevaría de ahí, después de todo la fiesta había dejado de tener encanto para ella también.



*****
Lorena seguía tensa en su lugar, y aunque había tratado de ser indiferente a la pareja que bailaba cerca de ahí, no podía evitar mirarlos, se veían tan felices, ambos reían, ella no perdía oportunidad de pegarse a su cuerpo y besarlo cada vez que podía.

Estaba a punto de levantarse y salir huyendo, cuando sintió una mano cálida posarse sobre su hombro.



*****
Gustavo acababa de llegar de la ciudad, había hecho su visita del fin de semana, pero hoy había regresado antes, le había prometido a Lorena que trataría de estar para ese evento y aunque no había podido llegar más temprano, ya estaba ahí, al llegar había tenido dificultad para localizarla, era mucha la gente que se encontraba en el lugar, al descubrirla empezó a acercarse, cuando observó que por el otro lado se acercaba Gonzalo hacia la pista de baile, muy cerca de Lorena, por un momento pensó que se dirigía hacia ella, pero entonces se percató de que no estaba solo, su acompañante era una mujer muy bonita, pero la vulgaridad le brotaba por los poros.

Se iba a acercar pero un grupo de gente le impidió el paso, se detuvo un momento y fue testigo de toda la escena, miró la provocación de Gonzalo hacia ella, no entendía por qué ese afán de él de lastimarla de esa manera, también miró los intentos de Mariana de llevársela del lugar y como rendida se marchó y sobre todo miró como ella no podía dejar de mirar lo que ese infeliz hacía enfrente de ella y como luchaba por contener las lágrimas, para ese entonces medio pueblo ya tenía su atención en esa escena también, conocían de sobra esa historia y esperaban ver en qué terminaría.

Gustavo dejó de observar y se acercó a ella por atrás, cuando puso su mano sobre su hombro ella se sobresaltó, pero cuando lo vió, su rostro se iluminó, si bien las lágrimas contenidas aún brillaban en sus hermosos ojos, su rostro expresaba alivio, gratitud y muchas cosas más, que él pudo leer en él.

_Disculpa la tardanza. -se sentó a su lado fingiendo ignorar lo que pasaba, quería que olvidara el mal rato y no hablar de ello.

_¿Cómo estuvo tu viaje.-se concentró en él como si fuera una tabla de salvación, no quería ver más, ni pensar más. De todas las personas del mundo él era la única persona capaz de hacer que se olvidara de Gonzalo o que al menos lo relegara a algún rincón oculto de su mente.

_Estuvo bien, un poco cansado, pero aquí estoy como lo prometí. -sonrió, luego se puso de pie extendiendo su mano hacia ella.
_ven. -dijo. _vamos a bailar.

Ella lo siguió sin protestar, sabía que se estaba exponiendo con Gonzalo presente, pero estaba herida y triste y con Gustavo se sentía segura y protegida.

No había estado ni dos minutos en la pista de baile cuando Lorena sintió que un brazo fuerte la apartaba de Gustavo con brusquedad.

*****
Gonzalo había llegado al pueblo unos días atrás y como de costumbre se había dedicado a observar a su esposa de lejos, había quedado tan sorprendido al verla, no parecía la misma, siempre se había preguntado si ella le gustaba tanto así como estaba que sería si perdiera esos kilos que tenía de más y ahora la estaba viendo se veía espectacular, tuvo que reprimir su deseo de lanzarse y abrazarla y decirle que se veía maravillosa. Por el contrario, tuvo que armarse de valor para llevar a cabo su plan y hacer que ella terminara de desilusionarse de él, así que tomó de la cintura a la mujer de turno que lo acompañaba hoy y se dedicó a seducirla frente a Lorena, sabía que ella los observaba y se dispuso a dar su mejor actuación, sin embargo no contaba con lo que vió a continuación, él había observado los fallidos intentos de Mariana de llevársela del lugar y maldijo porque ella no se hubiera retirado, pero apenas había quedado sola de nuevo cuando lo miró... ese ingeniero se estaba convirtiendo en una pesadilla para él, lo vio acercarse a ella, cruzar unas palabras y luego arrastrarla hasta la pista de baile.

El trató de contenerse, después de todo es lo que buscaba, que ella dejara de pensar en él y rehiciera su vida... pero si era sincero no quería que lo hiciera con otro, el solo pensar eso lo enfermaba y lo enfurecía, quería que ella lo olvidara y rehiciera su vida, pero sola, el solo pensar en ella con otro despertaba su instinto asesino.

Cuando observó como él ponía sus manos sobre ella y la acercaba hacia sí, se puso tenso, instintivamente se llevó la mano hacia el arma que traía fajada a la cintura, pero desistió, no quería llamar la atención de esa forma, sin embargo cuando lo miró poner sus manos sobre su cintura y atraerla aún más hacia sí y la observó como ella descansaba las suyas sobre sus anchos hombros, una oleada de cólera lo invadió.

Sin pensarlo dejó a su acompañante parada a media pista y se abalanzó sobre Lorena, la gente que lo conocía ya se esperaba algo así, sabían que él no toleraba que ella estuviera cerca de otro hombre y menos en tales circunstancias, uno en brazos del otro aunque solo se tratase de un simple baile.

_Qué crees que estás haciendo. -la apartó con brusquedad del lado de Gustavo. _te recuerdo que aún eres mi esposa. -gritó con furia.

ESPERANDO POR TI. No. 2️⃣ // SERIE HOMBRES DE LA SIERRA. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora