A su lado Gustavo aún dormía, ambos estaban vestidos, ella con algo ligero y cómodo pero él vestía unos Jeans y una camisa, algo incómodo para dormir, seguramente lo que había usado durante el día en el trabajo.
De pronto vinieron a su mente todos los acontecimientos de la noche anterior y no pudo evitar sentir ternura y agradecimiento por él, aunque su corazón seguía adolorido.
Él la había llevado a su recámara y no conforme con eso, no la había dejado sola, había permanecido a su lado.
Intentó levantarse sin despertarlo, pero fue imposible, al sentir su movimiento él abrió sus ojos soñoliento y luego la miró interrogante.
*****
Gustavo sintió movimiento junto a él, abrió sus ojos y pensó que estaba soñando con Lorena, pero rápido se dio cuenta de que no era un sueño, ella en verdad estaba ahí, en la cama con él, se incorporó de un salto y pasó su mano por entre su cabello, estaba desorientado, los días anteriores con exceso de trabajo y las noches sin dormir habían hecho que se quedara profundamente dormido, pero ahora empezaba a recordar en donde estaba y porqué estaba ahí, recordó como luego de que ella se quedara dormida él decidió llevarla a su recámara y cuando la depositaba sobre la cama, ella abrió sus ojos enrojecidos por el llanto y soñolienta le rogó que no la dejara sola el asintió y se recostó junto a ella abrazándola y prometiéndose a sí mismo que en cuanto ella estuviese profundamente dormida él se marcharía, sin embargo el que se quedó profundamente dormido fue él._Perdón. -fue lo primero que salió de sus labios. _no debí..., lo siento... -se veía contrariado. _no pretendía pasar la noche aquí.
_No te disculpes -lo miró también apenada, se había puesto de pie como él. _Lo único que puedo decir es gracias por no dejarme. -lo miró con ojos cristalizados, seguramente él ni siquiera sabía lo que había sucedido pero estaba ahí y eso la confortaba.
_Bueno, me retiro -hizo él el ademán de salir.
_Espera. -lo detuvo, _quédate a desayunar, te preparo un café.
El miró su reloj. Era demasiado tarde, hacía dos horas que debería haber estado en el trabajo, a las nueve tenía una reunión y ya debería estar en camino porque el lugar era apartado, en la oficina deberían estar vueltos locos por su ausencia. No podían marcharse sin él.
_Lo siento. -dijo con sinceridad, tengo que resolver algo en el trabajo y ya debería estar ahí. _pero te prometo que en cuanto me desocupe estaré aquí para tomarme esa taza de café. <<Si es que regreso>> pensó.
En unas horas estaría en medio de la sierra reunido con varios miembros del crimen organizado, quienes estaban molestos porque él no quería alinearse a sus exigencias y a sus demandas y amenazaban con sabotear las obras que se llevaban a cabo para el complejo turístico.
_Bien. -dijo ella. _entonces esperaré a que te desocupes y gracias por quedarte anoche, no tienes idea de lo que hiciste por mí. -se quebró su voz solo de recordar el mal rato que pasó.
_Todo va a estar bien. -la abrazó. _te prometo que cuando regrese hablaremos de esto. ¿De acuerdo? -tomó su rostro entre sus manos y le dio un beso muy cerca de sus labios, deseaba con toda su alma besarla de verdad, pero no podía aprovecharse de su vulnerabilidad.
Con desgano la soltó y se dirigió a la mesita de noche en donde había dejado su celular, con incredulidad se dió cuenta de que estaba apagado, no supo en que momento lo hizo seguramente fue sin querer, el hecho era que estaba sin señal y su gente debería estar desesperada.
Al nada más encenderlo los mensajes se sucedieron uno tras otro como cascada, todos eran de sus colaboradores, aunque la mayoría provenían del celular de Miguel su asistente, los primeros eran normales, los de mas tarde eran ya en tono desesperado por su falta de respuesta y los últimos de franca preocupación.
De forma rápida envió un mensaje informando que estaba bien y se dirigía hacia allá, dando instrucciones para que nada más llegar él, poder partir a su reunión.
No podían hacer esperar a esa gente y menos estando las cosas como estaban, aunque era valiente no podía dejar de sentir un nudo en el estómago, si por él fuera hubiera acudido solo, no temía por él sino por los que lo acompañaban pero no había logrado hacerlos desistir, era gente agradecida y fiel a él que lo apreciaban, además, el no conocia el territorio y necesitaba de alguien que lo guiara.
_Yo te busco en cuanto regrese. -se apartó por fin de ella. _pero cuídate, vales mucho, los que no se den cuenta son unos idiotas. -sonrió tocando de nuevo su mejilla con ternura al ver sus ojos llorosos, nada es para siempre, vas a estar bien, te lo prometo. -se dirigió hacia la salida.
*****
Al nada más salir él, ella se dejó caer sobre la cama, se sentía sumamente cansada a pesar de haber dormido toda la noche, se tocó el lugar donde minutos antes habían estado las manos de Gustavo y donde sus labios se habían posado.Aún sentía su toque ahí, agradecía tanto que él hubiese aparecido justo en esos momentos, de no haber sido así su situación sería otra.
A pesar del dolor que aún sentía en esta ocasión era diferente, por experiencia sabía que después de este tipo de encuentros le seguían semanas de tristeza y depresión, hasta que poco a poco empezaba a recomponerse y seguía adelante, pero hoy se sentía diferente, hoy sentía que no luchaba sola, que había alguien que la sostendría, alguien que por primera vez le hacía sentir que era valiosa y que quizás los equivocados eran su esposo y sus amantes.
Más animada decidió activarse, no se quedaría en la cama lamentándose y abriendo sus heridas, no, y aunque era sábado y no tenía trabajo, si tenía mucho que hacer en su casa y sobre todo, tenía una cita que esperar.
ESTÁS LEYENDO
ESPERANDO POR TI. No. 2️⃣ // SERIE HOMBRES DE LA SIERRA.
Roman d'amourLorena se había casado totalmente enamorada hacía ya varios años y a estas alturas cansada de las infidelidades de su guapísimo marido por fin se había armado de valor y había interpuesto la demanda de divorcio. Hacía mas de un año que lo había hec...