Iván le contó a Nicolás lo que había pasado mientras él no estaba en la habitación. Le contó sobre el efecto que causó la comida sobre él, y también sobre la persona que vino a verlo, y cómo terminó atado a la bañera del Purgatorio.
Nicolás lo escuchó con atención, y cuando terminó de hablar, le contó a Iván lo poco que él había hablado con dicha persona.
-Solo habló conmigo cuando me trajo de vuelta aquí.
-¿Cómo lo hizo? ¿Te trajo en coche?
-Tenían un camión.
-¿Te fijaste en qué modelo era el camión?
-Me fijé en su matrícula. Me la sé de memoria. Puede que cuando salgamos de aquí nos sea de utilidad.
-Bien.
-El caso es que me vendó los ojos, y cuando me bajó de nuevo aquí, fue cuando habló conmigo.
-¿Te bajó? ¿Te refieres a que estamos en un sótano?
-Sí, bajamos por ascensor, y me quitó la venda al bajar. Es un sótano, y bastante amplio. Como si fuera un sótano de un edificio. Me recordó bastante al del hotel de mi familia –Nicolás hizo una pausa antes de seguir-. Solo me habló para contarme lo de Marcos. No tengo ni idea de quién es, pero sé que te odia. Y que quiere que te odie.
-¿Por qué crees que querrá que me odies?
Se encogió de hombros.
-Porque piensa que eso te hace daño.
Ninguno de los dos habló por un par de segundos.
-No me odias, ¿no?
Nicolás lo miró y sonrió, como si le hubiese sorprendido su pregunta.
-Solo a ratos –siguió mirándolo-. ¿Y a ti? ¿Te hace daño que te odie?
Iván le devolvió la sonrisa y contestó:
-Solo a ratos...
Después de un tiempo sin retirarle la vista, Nico bajó la mirada y volvió al tema principal.
-¿Quién crees que es? –De nuevo, estaba completamente serio.
-No lo sé –respondió.
-¿No tienes ni la menor idea? ¿A cuántas personas has jodido como para no saber quién es?
"Quieres saber quién soy, pues piensa a quién has podido llegar a joder tanto como para querer encerrarte. Oh, espera... ¿Son demasiadas las personas a las que jodiste como para saber quién soy?"
La voz de esa persona volvía a sonar en su cabeza, trayéndole recuerdos de todas esas personas a las que había hecho daño.
-No sé quién es. Y no sé cómo se supone que voy a saberlo.
-Bueno... -Nicolás sonó sorprendentemente positivo-. Entonces, habrá que descubrirlo por otro lado. Sabemos que te tiene aquí porque te odia. Pero, a mí, ¿por qué me ha encerrado?
"Para hacerme daño" –Pensó en silencio Iván.
ESTÁS LEYENDO
En la misma habitación.
RomanceIván abrió los ojos y despertó en una habitación desconocida. En un principio creyó que se trataba de una pesadilla, pero no fue así. Estaba encerrado en un dormitorio de tan solo unos metros cuadrados, sin ventanas, con una sola puerta de salida ce...