El tiempo en esa habitación siguió pasando, e Iván no tuvo otra que ir acostumbrándose a ella, y también a Nico. Seguía llorando con frecuencia, y siempre solía encerrarse en el baño para hacerlo. Aun así, sabía que su compañero de habitación era capaz de oírlo, y la mayoría de veces que salía una vez había acabado, Nico solía recibirlo con esa mirada que parecía decir: "siento no poder ayudarte".
Una de las veces en las que se encerró en dicho baño se encontró con Nicolás llamando a la puerta para luego abrirla, aunque solo fuese unos centímetros.
-¿Puedo pasar? –Preguntó él desde el otro lado de la sala.
Iván asintió en respuesta, y Nicolás se adentró en el baño para sentarse a su lado. Esa vez, Iván no estaba llorando. Lo único que había necesitado había sido estar solo, lo suficientemente solo como para no sentirse presionado por nadie.
-¿Sigue en pie lo de llorar en parejas? –Dijo Nico.
Iván se encogió de hombros.
-Ya que has venido, sería mejor si también aportaras tus lágrimas.
Nicolás se envolvió las piernas del mismo modo que había hecho unos días antes.
-¿Qué ha sido esta vez? ¿Echas de menos a alguien en particular? -Preguntó.
-Echo de menos a mis padres. Toda la vida queriendo irme a vivir sin ellos, y ahora son a los que más echo de menos –Nicolás sonrió al escucharlo, pero no dijo nada-. Me gustaría poder hablar con ellos, decirles que estoy bien... No lo sé. Puede que incluso llegase a conformarme con volver a verlos, aunque no pudiese decirles nada.
Nicolás posó una mano sobre su rodilla a modo de consuelo, aunque lo cierto es que tampoco sirvió de mucho.
-¿Y tú? –Le preguntó Iván-. ¿También echas de menos a alguien?
-No –respondió en un principio-. Bueno, puede. Pero no a mis padres. No es que me llevase del todo bien con ellos –Iván quiso preguntar por qué, pero antes de que tuviera tiempo para hacerlo, Nico siguió hablando-. He tenido una pesadilla. Por eso he venido a verte.
-¿Qué pasaba? -Preguntó Iván interesado.
-Volvía a estar solo. Sin ti. Y dejaban de traer comida. Cada vez tenía más hambre, pero nadie venía a darme nada. Hasta que... Lo último que recuerdo del sueño es que estaba tumbado sobre mi cama y me desmayaba. Supongo que estaría muriéndome de hambre –hizo una pausa-. No me gustaría morir aquí. Sería triste, y solitario. No quiero que mi vida acabe aquí.
-Ya –lo consoló Iván-. No eres el único que no desea morir entre estas paredes.
Nicolás tenía la vista fijada en la nada, y tardó un poco en volver a hablar.
-¿Crees que podría llegar a pasar? ¿Que podrían llegar a dejarnos de alimentar?
-No –no estaba seguro de ello, pero sabía que era lo que debía decir si quería animar a Nicolás.
-No tienes ni puta idea de si puede o no pasar, ¿verdad?
-No –confesó reprimiendo una sonrisa-. No la tengo.
Nicolás también sonrió.
-Aun así, se agradece el intento de apoyo –Nico volvía a posar su mano sobre la rodilla de Iván.
-No se me termina de dar bien animar a la gente...
-Ya. Se nota –Nicolás se puso en pie, y cuando Iván lo miró a los ojos, seguía con la vista clavada en él, sonriendo-. Oye, ¿te importa si te echo del baño? Me gustaría bañarme. Creo que llevo más tiempo de la cuenta sin hacerlo...
Iván se levantó.
-Vale. Te dejo a solas –dijo mientras caminaba hasta la puerta del baño.
Nicolás habló justo cuando estaba a punto de marcharse, haciendo que Iván se girase nada más llegar a la puerta.
-Oye –dijo.
Iván lo miró y se dio cuenta de la forma tan determinada en la que observaba la bañera, como si tratase de descubrir algún secreto sobre ella.
-¿Qué? –Le preguntó.
Nico se volteó para mirar a Iván a los ojos antes de hacer su pregunta.
-¿Crees que cabríamos los dos en la bañera?
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El próximo capítulo será algo más extenso de lo habitual, y se tratará un tema importante para uno de los personajes. Además... Bueno, Iván tendrá que decidir si quiere o no compartir bañera con un chico al que apenas conoce.
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En la misma habitación.
RomanceIván abrió los ojos y despertó en una habitación desconocida. En un principio creyó que se trataba de una pesadilla, pero no fue así. Estaba encerrado en un dormitorio de tan solo unos metros cuadrados, sin ventanas, con una sola puerta de salida ce...