XXIII

1K 90 28
                                    

Desde el día en el que ocurrió la pelea, Iván comenzó a desarrollar por Nicolás una especie de instinto protector hacia él, como si se tratase de un hermano pequeño. Quería cuidarlo, incluso cuando ya no estaba herido. Lo ayudó a examinar las heridas que él mismo había causado y le repitió por otras treinta veces lo mucho que lo sentía.

Los dos chicos empezaron a llevarse mejor a partir de ese acontecimiento, y juntos se dieron cuenta de que se necesitaban más que a nada mientras siguiesen allí dentro. Una de las veces en las que apagaron la luz del Purgatorio para intentar dormir por unas horas, Nicolás soñó con algo desagradable. Iván fue despertado a causa de sus murmullos, y no le hizo falta demasiado tiempo para darse cuenta de que su compañero de habitación debía estar teniendo una pesadilla.

Se acercó hasta él, y con toda la delicadeza que pudo, lo despertó. Nicolás dio un pequeño sobresalto para después comenzar a respirar con brusquedad. El otro chico trató de tranquilizarlo, y después se tumbó en su misma cama, junto a él.

-¿Quieres contarme que has soñado? –Le dijo.

Nicolás respiró profundamente antes de empezar a hablar.

-¿Te he hablado alguna vez sobre mi antiguo colegio?

-No.

-Cuando era pequeño, había algunos niños que se metían conmigo.

-¿Por qué lo hacían? –Preguntó Iván.

-No lo sé, pero tampoco creo que necesitaran un motivo. Lo hacían, sin más. A veces me insultaban, y otras veces incluso me pegaban.

-Lo siento.

-No pararon hasta que no se les fue de las manos.

-¿Qué paso?

Nicolás no respondió. Se giró hacia Iván, y él lo miró también.

-Preferiría no contarlo –susurró.

-No tienes que contármelo si no quieres.

Nicolás asintió.

-Sueño con ello. Muchas veces. Sueño que vuelve a pasar, que alguien vuelve a hacerlo. Suele pasarme unas cuatro o cinco veces al año, y es horrible. Es casi como si fuese real.

-¿Puedo hacer algo para ayudar?

Nico pareció pensar su respuesta.

-Iván.

-¿Qué?

-¿Alguna vez le has hecho bullying a alguien?

Iván sintió su corazón temblar por un ligero instante. Su mente se cargó de malos recuerdos, recuerdos que estaba deseando ser capaz de borrar.

-Sí –su voz apenas era audible.

-No vuelvas a hacerlo –Nicolás se acercó un poco más a él, y acomodándose sobre la cama, cerró los ojos-. Por favor.

En la misma habitación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora