Capítulo 2.

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Cuándo entré a mi cabaña lo primero que noté es que había una caja en mi cama. Primero pensé en que podría ser una broma de los Stoll, pero descarté rápidamente esa idea ya que ellos o más bien nadie puede entrar aquí. Así que me acerqué y la abrí, una sonrisa cruzó por mi cara al ver lo que era y sobre todo de quién era.
Era un regalo de mi abuelo. Lo sabía solo con ver las flechas doradas y el par de gafas que había dentro. Pero esa sonrisa se transformó en una mueca sería al leer lo que la nota decía. No sabía de lo que hablaba, así que me encamine a la casa grande para hablar con Quirón y ver si el sabía algo.
Estaba tan metida en mis pensamientos que sin darme cuenta choque con alguien y la tiré, intenté disculparme hasta que la reconocí, y sonreí en grande, vaya que estaba felíz de verla.

-Miren lo que escupió el infierno.- dije mientras la ayudaba a levantarse.

-También estoy felíz de verte Kara.- dijo Clarisse, mi mejor amiga, mientras se sacudia el polvo de su ropa.

  Bien, cuando me presenté omiti algunas cosas como mi edad, mi aspecto, mi círculo de amistades, el porque soy adoptada y cosas así. Pero no te preocupes, sabrás todas estas y otras cosas más adelante.
Por ahora lo que puedo decir es que tengo 13 años, soy rubia, alta, de ojos azules, con sonrisa encantadora (eso según las hijas de Afrodita y algunas otras campistas) y...amm...casi lo olvidaba! Mis amigos, tengo 4 mejores amigos (contando a mi hermana y a Clarisse) sus nombres son: Samantha Arías o solo "Sam", ella es una hija de Atenea y capitán de su cabaña, es algo alta, delgada, de cabello castaño, con piel color caramelo y a diferencia de sus hermanos ella no tiene los ojos grises, los tiene de color marrón claro. Luego tenemos a Mike Matthews hijo de Hermes, el también es alto, de cabello castaño obscuro y ojos marrones. Luego está Alex, que como ya sabes es hija de Ares, ella es pelirroja, de piel clara y de ojos marrones . Y por último pero no menos importante está Clarisse La Rue otra hija de Ares, ella es alta, algo corpulenta, tiene la piel clara, sus ojos son de color marrón y su cabello es castaño claro, es capitán de la cabaña número 5, y también es la persona con la que tengo más tiempo compartiendo y conviviendo desde que entré al campamento.
Más adelante seguiré contandote otras cosas, por lo mientras mejor sigamos con lo que estábamos.

-Vas a darme un abrazo o tengo que robartelo.- le dije mientras extendía mis brazos.

-Te lo daré, pero solo porque estamos solas y así nadie cuestionará mi rudeza.

-Claro lo que digas.- dije mientras nos dábamos un abrazo rápido.- Oye por cierto, creí que este año no estarías aquí. No es que no te quiera ver, pero ya sabes, Quirón dijo que tenía una misión especial para ti.

-Si te refieres a esa sobre rastrear a un par de semidioses y cuidarlos, ya esta completada, no era gran cosa.

Asentí sabiendo que ese tipo de misiones eran de lo más fácil para alguien como ella.

-Por cierto, sabes si Quirón esta en la casa grande?

-Por lo que escuché parece que se demorará un poco en llegar. Que te parece si en lo que llega vamos a buscar a Sam, Alex y Mike y nos ponemos al día.

-Suena bien. Vamos.

Después de encontrarlos y hablar un buen rato, me di cuenta de que el cielo estaba cargado de nubes de tormenta, eran como las que mi padre hacía cuándo estaba enfadado, pero estas eran algo diferentes, les faltaban los rayos, y eso si que era raro.
Quirón ya había regresado pero se había encerrado en la casa grande y no había salido en todo el día. Por alguna razón cruzó por mi mente la idea de que quizá esto era a lo que se refería mi abuelo, pero no podía estar completamente segura, así que traté de no pensar en eso.

A la hora de la cena, justo cuando estaba por comerme un pedazo de carne escuché la voz de mi abuelo en mi cabeza diciéndome, prepárate, todo está a punto de cambiar. Y en el instante en que su voz se fue se escuchó una fuerte explosión en la barrera.

Todos fuimos a ver que ocurría, pero al ver que era una chica peleando contra el minotauro y un par de perros del infierno, no dude en sacar y preparar mi arco. Algunos campistas al ver eso comenzaron a sacar sus armas, pero los detuve.

-Guarden sus armas, yo me encargo.- sabía que la chica no duraría mucho, por eso tenía que darme prisa.- Will prepara la enfermería, llevare a la chica lo antes posible.
No me detuve a esperar su confirmación, porque ya esta corriendo hacía la chica. Conforme me acercaba pude ver como los perros se abalanzaron hacía ella, así que dispare dos flechas que iban directo a sus corazones, antes de que la tocarán ya se habían vuelto dos montones de polvo dorado. Al levantar la vista, fue cuándo me di cuenta de que esa chica logro matar al minotauro.

-Y yo que pensé que sería un año tranquilo.- dije en voz alta mientras tomaba a la chica en mis brazos.

No podía estar más equivocada.

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