A la salida de la chatarrería, tropezamos con un camión de remolque tan desvencijado que parecía que también lo hubiesen dejado allí como chatarra. Pero el motor arrancó y tenía el tanque casi lleno, así que decidimos tomarlo prestado.
Zöe conducía, pues parecía menos aturdida que los demás.-Los guerreros esqueleto aún andan por ahí.- nos recordó.- Tenemos que seguir adelante.
Avanzamos por el desierto bajo un cielo límpidamente azul. La arena brillaba de tal modo que no podías ni mirarla. Malia iba en la cabina con Zöe, mientras Winn y yo, en la caja, apoyados en el cabrestante. El aire era caliente y seco, pero el buen tiempo parecía un insulto después de perder a Lisa.
Llevaba apretada en la mano la figurita que le había costado la vida. Aún no tenía claro qué dios se suponía que era. Leonard lo sabría.
¡Maldición! ¿Qué iba a decirle a Leonard?
Quería creer que Lisa seguía viva en alguna parte. Pero tenía el funesto presentimiento de que había desaparecido para siempre.-Tendría que haberme tocado a mí.- dije.- Tendría que haberme metido yo en el gigante.
-¡No digas eso!.- dijo Winn alarmado.- Bastante terrible es que hayamos perdido a Kara. Y ahora a Lisa. ¿Crees que podría resistirlo? ¿Crees que habría alguien dispuesto a ser mi mejor amiga?
-Ay, Winn...
-Estoy... Bien.- dijo. Pero yo sabía que no lo estaba. Desde lo sucedido en Nuevo México con aquel viento salvaje que había soplado de repente, se le veía más frágil y sentimental que de
costumbre.
No me atrevía a hablar de ello, porque de nuevo empezaba a sollozar.
Tener un amigo que pierde la calma más fácilmente que uno no deja de ofrecer una ventaja. Comprendí que no podía continuar deprimida. Tenía que dejar de pensar en Lisa y avispar a los demás, como hacía Zöe. Me preguntaba de qué estarían hablando aquellas dos en la cabina.
_______________Se nos acabó la gasolina a la entrada de un cañón. Tampoco importaba, porque la carretera terminaba allí.
Zöe se bajó y cerró de un portazo. En el acto, reventó un neumático.-Estupendo. ¿Y qué más?
Escudriñé el horizonte. No había mucho que ver. Desierto en todas direcciones y, aquí y allá, algún grupito de montañas peladas y estériles. El cañón era lo único interesante. El río en sí mismo no era gran cosa: tendría unos quince metros de anchura y unos cuantos rápidos, pero había abierto una garganta muy profunda en mitad del desierto.
Los riscos se precipitaban vertiginosamente a nuestros pies.-Hay un camino.- señaló Winn.- Podemos bajar al río.
Estiré el cuello para ver a qué se refería y descubrí por fin una salida diminuta que bajaba serpenteando.
-Eso es un camino para cabras.- dije.
-¿Y qué?.- preguntó él.
-Que los demás no somos cabras.
-Podemos hacerlo.
Me lo pensé dos veces. Había cruzado precipicios otras veces, aunque no me gustaban demasiado. Entonces miré a Zöe y vi lo pálida que se había puesto. Su problema con las alturas... Ella no lo conseguiría.
-No.- dije.- Creo que deberíamos ir corriente arriba.
-Pero...- protestó Winn.
-Vamos. Una caminata no nos vendrá mal.
Miré a Zöe. Y con su mirada me dió las gracias.
Seguimos el curso del río durante un kilómetro y llegamos a una pendiente por la que era mucho más fácil bajar. En la orilla había un centro de alquiler de canoas,
cerrado en aquella época del año. No obstante, dejamos unos cuantos de dracmas de oro
en el mostrador con una nota que decía: "Te debemos dos canoas, amigo."
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Tú
عشوائيKara Zor-El no es una chica común. Ella es una semidiosa hija de Zeus, legado de Apolo, y poseedora de la bendición de 5 dioses. Ella pensaba que este año en el campamento mestizo sería uno tranquilo. Vaya que estaba equivocada. Kara tendra que lidi...