Capítulo 6.

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-También es un gusto verte D.- saludó sin borrar su sonrisa.- Y me encantaría jugar pero no quiero ganarle de nuevo a Quirón.- eso último lo dijo soltando una risita y sentándose a mi lado.

-Eso no pasará de nuevo.- le contestó Quirón muy seguro.

-Entonces juguemos.- dijo el Sr. D. Comenzando a barajar las cartas.

No sé por cuánto tiempo estuvimos jugando, pero yo fui la primera en perder, el segundo en hacerlo fue el Sr. D. Ya solo quedaban Kara y Quirón.

-Espero que estés lista Kara.- habló Quirón con una sonrisa torcida.- Tengo full.- Kara no se inmutó, solo le dio una mirada traviesa y miró de nuevo sus cartas.

-Escalera de color.- dijo mostrando sus cartas mientras el Sr. D se reía a carcajadas.

-Buen juego Quirón. Pero que te parece si me dices para que me buscabas.- preguntó Kara bebiendo un poco del jugo de uvas que el Sr. D había aparecido en la mesa mágicamente.

-Cierto, lo había olvidado.- contestó.- Como ya sabes, Lena es una nueva campista.- ella me miró y asintió ante lo obvio.- Y bueno, ella necesitará que alguien la entrene.

-Espera Quirón ¿acaso te volviste loco?. Esta chica apenas llegó y ya quieres matarla.- dijo con diversión el Sr. D.

No entendía de lo que el director hablaba, pero si podía ver el rostro serio de Quirón y Kara.

-Quirón, ¿estás seguro de que quieres que yo la entrene?.- preguntó Kara un poco escéptica.- Sabes muy bien cuáles son mis métodos.

-Si. Los sé. Y también sé que con esos métodos hiciste de Clarisse la mejor guerrera de todo el campamento, claro después de ti.

-Y por si lo olvidaste, también la envíe a la enfermería múltiples veces.- le contestó levantándose de su silla.- Y no murió gracias a que es una hija de Ares, una de las pocas, si no es que es la única que puede soportar mis golpes y ataques ofensivos.

-Kara, por favor, entrena a Lena. Estoy muy seguro de que te sorprenderas con su capacidad de combate.- dijo un suplicante Quirón.

Kara se cruzó de brazos y parecía estar pensándolo detenidamente. Pasó un buen rato así, hasta que bajó los brazos y soltó un gran suspiro.

-Por los años que llevo de conocerte puedo decir que no aceptarás un no por respuesta ¿verdad?.- él solo asintió.

-Lo haré. Pero bajo mis términos ¿de acuerdo?.- dijo extendiendole su mano a Quirón como si fueran a cerrar un trato.

-De acuerdo.- respondió dándole un apretón de manos.

-Bien, si no me necesitan para algo más me retiró.- dio una reverencia al Sr. D y comenzó a caminar, ya estaba a unos diez metros cuándo se detuvo y se dio la vuelta.

-¿No vienes?.- gritó.

-Será mejor que vayas jovencita, a partir de hoy no puedes darte el lujo de desperdiciar tu tiempo de entrenamiento con ella.- me dijo el Sr. D. para luego desaparecer y dejar una nube morada con olor a uvas.

No hizo falta que Quirón me hablara, porque ya estaba caminando en la dirección de Kara.
En cuánto la alcancé comenzamos a caminar a quién sabe dónde. En el trayecto me pregunté porque para Quirón parecía importante que Kara me entrenara, y me hice otras preguntas que quizá ella me respondería.

-Llegamos.- habló sacandome de mis pensamientos.

-En dónde estamos.

-En la armería. Vamos a elegir el arma con la que mejor te acomodes.
Bien...tenemos arcos tradicionales, recurvos y de poleas. También hay lanzas, cuchillos de caza, dagas, espadas, escopetas, garrotes y cualquier arma que puedas imaginar.

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