Alex nos esperaba en un callejón de la calle Church. Tiró de Lex y de mí justo cuando pasaba el camión de los bomberos en dirección a la escuela.
-¿Dónde lo encontraste?.- preguntó, señalando a Lex.
En otras circunstancias me habría alegrado mucho de verla. El verano anterior habíamos acabado siendo amigas. Y yo seguramente la había echado de menos bastante más de lo que estaba dispuesta a reconocer.
Pero en aquel momento acababa de atacarme un grupo de gigantes caníbales; Lex me había salvado la vida tres o cuatro veces, y todo lo que se le ocurría a Alex era mirarlo con fiereza, como si él fuese el problema.-Es amigo mío.- le dije.
-¿Es un sin techo?
-¿Y eso qué tiene que ver? Puede oírte, ¿sabes? ¿Por qué no se lo preguntas a él? Ustedes los ricos creen que pueden juzgar a todo el mundo.
Ella pareció sorprendida.
-¿Sabe hablar?
-Hablo. Tú eres preciosa.- respondió Lex intentando acercarse a Alex
-¡Uaj! ¡Asqueroso!.- exclamó apartándose de él.
No podía creer que se comportara de un modo tan grosero. Le miré las manos a Lex, esperando ver un montón de quemaduras a causa de aquellas bolas ardientes, pero no, las tenía en perfecto estado: mugrientas, eso sí, y con cicatrices y unas uñas sucias del tamaño de patatas fritas. Pero ése era su aspecto habitual.
-Lex.- dije con incredulidad.- No tienes las manos quemadas.
-Claro que no.- dijo Alex entre dientes.- Me sorprende que los lestrigones hayan tenido las agallas de atacarte estando con él, y aún más sabiendo que estás bajo la protección de Kara.
Lex parecía fascinado por el pelo pelirrojo de Alex. Intentó tocarlo, pero ella le apartó la mano con brusquedad.
-Alex.- dije.- ¿de qué estás hablando? ¿Lestri... qué?
-Lestrigones. Esos monstruos del gimnasio. Son una raza de gigantes caníbales que vive en el extremo norte más remoto. Kara se ha enfrentado varias veces con ellos, pero yo nunca los había visto bajar tan al sur como para llegar a Nueva York...
-Lestri... lo que sea, no consigo decirlo. ¿No tienen algún nombre más normal?.- pregunté, y Alex reflexionó un momento.
-Canadienses.- decidió por fin.- Y ahora, vamos. Tenemos que salir de aquí.
-La policía debe de estar buscándome.
-Ése es el menor de nuestros problemas.- dijo.- ¿Has tenido sueños últimamente?
-Sueños... ¿Sobre Winn?.- respondí y su cara palideció.
-¿Winn? No. ¿Qué pasa con él?
-¿Por qué me lo preguntas? ¿Sobre qué has soñado tú?
La expresión de sus ojos era sombría y turbulenta, como si tuviera la mente a mil kilómetros por hora.
-El campamento.- dijo por fin.- Hay graves problemas en el campamento.
-¡Mi madre me ha dicho lo mismo! ¿Pero qué clase de problemas?
-No lo sé con exactitud estaba en Virginia cuando Kara me contactó y me pidió buscarte, no parecía alterada ni nada, pero algo no va bien. Tenemos que llegar allí cuanto antes. Desde que salí de Virginia me han perseguido monstruos intentando detenerme. ¿Tú has sufrido muchos ataques?.- yo negué con la cabeza.
-Ninguno en todo el año... hasta hoy.
-¿Ninguno? ¿Pero cómo...?.- se giró hacia Lex.- Ah.
-¿Qué significa "ah"?
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Tú
RandomKara Zor-El no es una chica común. Ella es una semidiosa hija de Zeus, legado de Apolo, y poseedora de la bendición de 5 dioses. Ella pensaba que este año en el campamento mestizo sería uno tranquilo. Vaya que estaba equivocada. Kara tendra que lidi...