Capítulo 55.

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Crucé el mall sin atreverme a mirar atrás, y me metí disparada en el museo del aire y el espacio. Me quité la gorra de invisibilidad en cuanto crucé la recepción.
La parte principal del museo era una sala gigantesca llena de cohetes y aviones colgados del techo. Por todo el perímetro discurrían tres galerías elevadas que permitían observar las piezas expuestas desde distintos niveles. No había mucha gente. Sólo algunas familias y un par de grupos de niños, seguramente de excursión escolar. Habría querido gritarles que echaran a correr, pero pensé que no lograría otra cosa que acabar detenida. Tenía que encontrar a Zöe, Winn y las cazadoras. En cualquier momento los hombres esqueleto irrumpirían en el museo, y mucho me temía que no se detendrían por la visita guiada.

Tropecé con Zöe. Literalmente.

Yo subía a toda velocidad por la rampa que llevaba a la galería más alta y choqué con ella con tal fuerza que la dejé sentada en una cápsula Apolo.

Winn dio un grito de sorpresa.
Y antes de que pudiese recuperar el equilibrio, Malia y Lisa me apuntaban ya con sus flechas.
Cuando Malia me reconoció, no pareció muy deseosa de bajar el arco.

-¡Tú! ¿Cómo osas presentarte aquí?

-¡Lena!.- dijo Winn.- ¡Gracias a los dioses!

Zöe le lanzó una mirada fulminante y él se sonrojó.

-Bueno... Eh... Cielos, se supone que no deberías estar aquí.

-Maggie.- dije, tratando de recobrar el aliento.- Está aquí.

-¿Dónde?.- preguntó Zöe mientras se llevaba una mano a su pulsera de plata.

Les conté lo del museo de historia natural: la escena entre el doctor Espino, Maggie y el General.

-¿El General está aquí?.- dijeron Zöe y Malia al mismo tiempo. Y extrañamente, ambas parecían consternadas.

-Imposible. Mientes.- dijo Malia.

-¿Por qué iba a mentir? Escucha, no tenemos tiempo. Hay guerreros esqueleto y al parecer Maggie trajo consigo a algunos mestizos...

-¿Qué?.- preguntó Zöe.- ¿Cuántos?

-Doce esqueletos y creo que once mestizos.- dije.- Y algo más todavía. Ese tipo, el General, ha dicho que había enviado a un "compañero de juegos" para distraelos. Un monstruo.

Zöe y Winn se miraron.

-Estábamos siguiéndole el rastro a Artemisa.- dijo Winn.- Casi habría jurado que conducía aquí. Hay un intenso olor a monstruo. Debió de detenerse por aquí cuando buscaba a esa bestia misteriosa. Pero aún no hemos encontrado nada.

-Malia.- dijo Lisa, nerviosa.- Si es el General...

-¡No puede ser!.- espetó Malia.- Lena habrá visto un mensaje Iris o alguna clase de ilusión.

-Las ilusiones no resquebrajan un suelo de mármol.- le dije.
Malia respiró hondo, tratando de serenarse. Yo no sabía por qué se lo tomaba como algo personal, ni de qué conocía al General, pero supuse que no era momento de preguntar.

-Si eso de los guerreros esqueleto es cierto.- dijo por fin.- no hay tiempo para discutir. Son los peores, los más horribles... Debemos irnos ahora mismo.

-Buena idea.- asentí.

-No me refería a ti, niña.- agregó Malia.- Tú no tomas parte en esta búsqueda.

-¡Oye, estoy haciendo lo posible para salvarlos!

-No deberías haber venido, Lena.- dijo Zöe gravemente.- Pero ya que estás aquí... Vamos. Volvamos a la furgoneta.

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