Capítulo Ocho

1.1K 93 30
                                    

Llevaban un par de horas sobre la carretera, el ambiente se había tornado bastante incómodo tanto para Katheryn como para su padre. Él no sabía qué decir, sabía que ella estaba enfadada y resentida, además sería hipócrita si se ponía a hablar con ella como si nada hubiera pasado, claro estaba que primero tenían que hablar y aclarar el asunto.

Ella simplemente se había dedicado a mirar el paisaje por la ventana y a suspirar de vez en cuando, y no. No había llorado desde que habían salido de la ciudad, se prometió a sí misma que ya no lloraría y aunque doliera se trataba de convencer de que el cambio no sería tan malo, solo a excepción de la presencia y convivencia con sus padres.

El rencor que Katheryn tenía a sus padres era bastante, no comprendía por completo el por qué de su 'abandono', como ella le decía, entendía que era por un asunto delicado pero ella ya no era una niña y estaba en edad de entender cualquier asunto que la incumbiera.

—¿Sabes? —comenzó a hablar el mayor rompiendo el silencio— Tu madre y yo nos hemos cambiado de casa, es un lugar muy lindo, no muy lejos de donde vivíamos pero es más cómodo y mejor. Te encantará —aseguró con una sonrisa.

—Vaya, nueva casa —dijo Katheryn sin interés alguno.

—Hemos armado tu habitación con cosas nuevas y otras cuantas de cuando eras pequeña —siguió hablando su padre tratando de hacerla sentir mejor y entablar una conversación con ella, pero Katheryn sólo miraba a la carretera con desgane sin mostrar aún algo de interés—. Además, la escuela en la que irás es una de las mejores, quizá sea fácil hacer amigos, creo que algunos chicos que asistían al jardín de niños contigo, también estarán ahí y... —ella lo interrumpió mirándolo de golpe.

—¿Amigos? —cuestionó con burla— Aquellos idiotas sólo se la pasaban insultandome y burlándose por mi dialecto coreano, esos no son amigos —se cruzó de brazos y volvió la vista a la ventana.

Su padre la miró un momento y se sintió mal por haber dicho aquello, lo último que quería era empezar mal con ella.

—Tú —dijo el mayor—, no te escuchas más con el dialecto coreano, cuando eras pequeña lo hablabas muy bien.

Katheryn no pudo evitar soltar un bufido mientras se removía con molestia en el asiento. Esta conversación no le estaba gustando mucho.

—No, ya hace tiempo que no hablo coreano —admitió ella—. Estamos en América y no le veo el caso a hacerlo. Tú me diste un nombre americano , no creo que te moleste eso. Además, si es que voy a volver a ver a esos idiotas, es mejor no darles más motivos para que me molesten —agregó con enojo.

Él guardó silencio mientras pensaba en algo qué decir para no pelear con ella, se le estaba complicando tener una buena conversación. Luego de unos segundos pensando, recordó algo que quizá la haría feliz.

—Recuerdo que llevabas un chico a casa para jugar contigo —Katheryn lo miró enseguida y le prestó atención a lo que decía. Él sonrió satisfecho, había tocado su punto débil—. ¿Pero cuál era su nombre?

—¿Jackson? —preguntó curiosa por saber si hablaba de él.

—¡Oh cierto! Jackson, ese chico siempre me agradó, es muy bueno —habló casi con entusiasmo—. Pero es una lástima que se haya mudado.

—¿Mudado? —preguntó Katheryn sintiendo su corazón acelerarse. No quería admitirlo pero muy en el fondo deseaba volver a ver a Jackson aunque fuera una vez. Le había tomado gran aprecio y verlo la haría bastante feliz—. ¿A dónde? ¿Cuando? —interrogó impaciente.

—Oh, unos meses después de llevarte con tus tíos, nos enteramos que sus padres consiguieron una muy buena propuesta de trabajo y tuvieron que irse —explicó su padre, notando cómo se entristecía con cada palabra.

Things Of Love |Jackson Wang|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora