Capítulo Veinte

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El silencio por parte del chico la ponía nerviosa, esperaba que esa reacción no fuera por algo malo. Katheryn le había mostrado a Yugyeom las canciones que había escrito, esperando que él le diera su opinión pero sólo se mantenía en silencio mientras seguía mirando la escritura.

Llevaban gran rato sentados en una de las mesas de la cafetería matando el tiempo mientras esperaban a que las clases iniciaran. Hasta ese momento habían estado tranquilos, sin nadie que los molestara por lo que también hablaron un poco sobre ellos.

—¿Y bien? —preguntó ya impaciente la chica.

Él no respondió, siguió sin verla por unos segundos más hasta que emitió un sonoro suspiro.

—Me gustan —respondió.

—¿Pero? —inquirió Katheryn sabiendo que había algo más que él tenía que decir.

—Las letras son realmente buenas pero la composición que le diste no me convence mucho —explicó él—. Quizá algunas necesitan algún ritmo menos lento, sólo eso.

Katheryn creyó que podría tratarse de algún desperfecto en la coherencia de la letra o algún mal uso, pero oír que sólo era la composición le tranquilizaba. Escribir canciones sólo era una manera de relajarse pero de igual forma esperaba que éstas fueran buenas.

—Gracias —dijo Katheryn con suavidad.

—Me gustaría pedirte algo —soltó de repente Yugyeom. Katheryn lo miró enseguida esperando que no se tratara de algo que ella no pudiera conceder, sinceramente la presencia del chico le causaba cierto nerviosismo y ese tipo de petición también le alteraba un poco—. Quisiera que me dejaras cantar tus canciones.

—¿Cómo? —preguntó ella un poco sorprendida, esperaba algo más que eso.

—No es por presumir pero tengo buena voz y el leer tus canciones me da la sensación de querer cantarlas. Claro, si tu quieres, sólo era una sugerencia, no es algo que estés obligada a hacer, puedo comprender si no quieres sólo...

—Me encantaría —lo cortó ella al verlo hablar cada vez más rápido y nervioso. En ocasiones le parecía demasiado tierno.

—¿En serio? —sonrió sorprendido él, no creyó que ella aceptara tan fácilmente.

—Si es verdad eso de que tienes buena voz, entonces está bien —él no pudo evitar sonreír al escucharla—. Y ahora que lo mencionas quiero oírte.

La sonrisa en el rostro de Yugyeom se esfumó de pronto.

—¿Ahora? —inquirió un poco sorprendido.

—Sí, ya que has visto mis letras pienso que sería bueno que las compusieras como creas que se escucharían bien.

Yugyeom no lo quería admitir pero le daba mucha vergüenza cantar para Katheryn y que en algún momento desafinara en alguna nota y ella se riera de él, lo haría quedar en ridículo.

—De acuerdo —dijo no pudiendo negarse a la petición de la joven.

Katheryn sonrió emocionada observando cómo el chico se aclaraba la garganta y se acomodaba mejor en su asiento para iniciar con aquella canción.

Con las primeras notas Katheryn borró su sonrisa sin darse cuenta de ello, era verdad que Yugyeom cantaba muy bien, es más, superaba las expectativas que tenía ella de él. La manera en la que el chico decía cada palabra de helaba la piel a Katheryn, con cada nota alta su corazón se aceleraba y cada vez que él bajaba la voz hasta tal punto de susurrar, le erizaba la piel. Aquello, Katheryn no lo había experimentado en mucho tiempo, sólo cuando tenía a Dylan a una distancia bastante corta, o cuando éste solía decirle palabras fuera de contexto.

Things Of Love |Jackson Wang|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora