Capítulo Cuarenta y Tres

546 81 33
                                    

Katheryn corrió de vuelta a casa, o eso intentó. Su baja estatura le dió desventaja ante los largos pasos de Jinyoung, a él le fue fácil poder alcanzarla y tomarla de la mano.

—¿Qué mierda te pasa? —cuestionó el chico.

Katheryn se soltó con brusquedad y sollozó sin poder evitarlo, no soportaba esa tediosa situación, quería terminar con ello pero no era capaz de contar lo sucedido.

—No quiero hablar de eso

—Pero yo sí y vas a decirme el por qué de tu comportamiento —espetó él ya harto de su silencio—. Estoy seguro de que algo te ocurre y tienes que contarme para que pueda ayudarte.

—No pasa nada, solo estoy un poco estresada ¿sí?, quiero ir a casa.

—Katheryn, quizá no confías en mí pero si hay alguien con quien en verdad te sientas cómoda, puedes contarle lo que quieras, te sentirás mejor y tal vez esa persona puede ayudarte con... —ella lo interrumpió. 

—¡Y nada! ¡Deja ya de meterte en mi vida y no me preguntes más! — exclamó con voz ronca por la garganta irritada— ¡No voy a hablar con nadie sobre un problema que no existe, así que ya deja ese maldito tema!

Jinyoung se sorprendió por su respuesta, pues ella no solía ser agresiva, no a tal grado. La chica no dijo más, le dio la espalda y continuó su camino con menos prisa que antes pero tomándo cierta distancia de su primo.

Aquella manera de reaccionar fue para ocultar su miedo, Katheryn estaba aterrada. Si Jinyoung se enteraba podrían surgir problemas, además había pensado en la posibilidad de que Dylan repitiera lo que hizo o algo peor. Eran tantas las cosas que se había imaginado que pasarían, que ya no sabía que hacer. Por ahora la única solución era seguir callando.

[•••]

A la mañana siguiente, cuanto Jackson fue a tomar su desayuno vio la cesta de frutas sobre la mesa y no pudo evitar recordar a Katheryn, desde que ella había vuelto, las manzanas la traían a su mente, acompañada de una sonrisa, pero ahora era distinto, cada vez que veía una manzana su pecho dolía y era inevitable extrañarla. A pesar de todo lo que le dijo la última vez, quería tenerla en sus brazos y poder besarla, sentir que le pertenecía y sentirse amado por ella.

Ir a clases fue como cualquier otro día, lo extraño fue que cuando entró al edificio Yugyeom y Youngjae acudieron a él con prisa.

—Chicos, deberían dejar el chisme. El único chismoso aquí soy yo —dijo el chino antes de dejar hablar a sus amigos.

—Jackson, esto es importante, se trata de Katheryn —comenzó Yugyeom.

El chico frunció el ceño al instante, ¿pasaría algo malo con ella?

—Ayer en la salida —continuó Youngjae— un chico la golpeó

—¿La golpeó? ¿Qué se cree ese imbécil? ¿Dónde está? —cuestionó molesto dispuesto a romperle la cara pero sus amigos lo detuvieron.

—Espera Jackson, eso no es lo malo —lo detuvo Youngjae—. Cuando él vino a disculparse ella reaccionó un poco extraño.

—¿A qué te refieres?

—Ella gritó como si el chico la atacara —dijo Yugyeom—, incluso gritó en cuanto Youngjae la tocó para saber si estaba bien.

Jackson los escuchó pero no dijo nada, eso sonaba extraño pero no entendía por qué se preocupaban tanto. Cualquiera reaccionaría de forma defensiva si alguien lo golpeaba, así que no vio el mal que había en que Katheryn se portara así.

—Jackson, ella ha estado muy rara desde que tú y ella se alejaron —dijo Yugyeom—. Siempre está nerviosa, se asusta con facilidad y la noto más callada. Deberías hablar con ella y arreglar sus malos entendidos, pienso que le afectó que te distanciaras.

El chino no creía que ese fuera el problema. Él también la había notado diferente pero desde que tomó la decisión de renunciar, se prometió no tener que ver nada con ella, así ambos estarían tranquilos.

El timbre de inicio de clases los interrumpió. Jackson suspiró y miró a sus amigos.

—Si tanto les preocupa, ocúpense ustedes. No me metan en problemas que no son míos.

Yugyeom quiso protestar pero Youngjae le indicó que guardara silencio. El menor no sabía nada y le era fácil hablar. Jackson no lo quería admitir pero le importaba más de lo que aparentaba, y eso Youngjae lo podía ver.

Jackson se dirigió al aula con prisa, por estar hablando con sus amigos no se dio cuenta de que ya era muy tarde. Dio vuelta al primer pasillo y colisionó con un pequeño cuerpo.

La chica se llevó la mano a la cara con una mueca de dolor. Él al verla sintió su corazón acelerar su ritmo. No podía mentirse a sí mismo, aún se emocionaba cuando tenía a Katheryn enfrente.

—¿Estás bien? —él levantó la mano para quitar la de ella de su rostro pero enseguida Katheryn exclamó.

—¡No! —ella se encogió de hombros como si esperara que él la golpeara y eso lo desconcertó— Digo, estoy bien. Discúlpame.

Ella no esperó a que él respondiera y se marchó casi corriendo evitando voltear a verlo porque estaba segura de que él la estaba mirando de la misma forma que hicieron sus amigos la tarde pasada. 

Jackson la miró aún desconcertado y fue entonces que se dio cuenta de lo ciertas que eran las palabras de sus amigos.

Algo estaba pasando con Katheryn.

Son cosas del amor... Apoyar aunque no sea requerido.








Ni se dieron cuenta de que ya no estaba ¿verdad?

Creí que no era expresiva. Pero soy la persona más abierta en cuanto a expresar mis sentimientos.

Repito. Nada está bien y necesito tiempo. Ya pensé que ustedes no quieren que borre la historia (o eso creo). Igual ya va a terminar, calculo que antes de mayo me despido, así que disfruten mientras me hundo en la desgracia.

Things Of Love |Jackson Wang|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora