CAPÍTULO 10

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Recorrí todo el lugar con la mirada tratando de buscar algo o a alguien pero todos estaban ocupados en alguna plática, de seguro más interesante que molestar a una chica con mensajes sin sentido.
Guardé mi celular y me quedé mirando el servilletero del centro de la mesa como si se tratara del objeto más interesante de la faz de la tierra.

—Teresa, hey, Teresa— una mano pasó por enfrente de mí e inmediatamente parpadeé repetidas veces.
—¿Qué pasa?— cuestioné al ver que Nash, quién se encontraba frente a mí, era el que había agitado su mano para llamar mi atención.
—Eso pregunto yo ¿Qué pasa? Te estamos hablando pero no nos haces caso— todos me veían como si tuviera que explicar algo y creo que eso estaban esperando, una respuesta al porqué los ignoré
—Amm... Solo me distraje— al decir aquello en la cara de Benito se formó una sonrisa de lado como si supiera en lo que estaba pensando. Eso fue raro.
—Bien, pues te estábamos preguntando ¿Qué vas a ordenar?
Lo pensé por un segundo
—Una hamburguesa y un refresco de naranja.
La misma chica rubia de hace unos segundos tomó nuestras órdenes y se fue por donde vino.

—Debo ir al baño— habló Emilio e hizo que Nash se levantará para él poder salir ya que estaba junto al ojiazul

Nuestra comida llegó, todos pidieron lo mismo a excepción de Ryan que ordenó una pizza. Los tres hermanos eligieron postre, un muffin de chocolate mientras que los demás no.
Agarré una papa frita de mi plato y mi bolsillo vibró, me limpié la grasa de los dedos con una servilleta y me dispuse a ver la notificación.
Era un mensaje, que novedad.

Así me gustas, que me
hagas caso.
Tal vez luego me
me pidas algo y yo te
haré caso. 😏🤤

Mi gemelo llegó del baño, tenía las manos un poco mojadas y su celular en una de ellas. Tomó asiento y así empezamos a desayunar algo no tan nutritivo pero no importa, después de todo, solo se vive una vez ¿No?

—No puedo creer que se hayan comido dos hamburguesas— ¿Cómo no engordan?— Cada uno— añadí con un tono más fuerte para que quedara claro. Cuando terminaron su primer hamburguesa Emilio los retó a que no podían comerse otra, y así lo hicieron, incluido él.
Ahora están como si nada, como si hubieran comido de los más normal; aunque en cierto modo los hombres comen más pero que también se hayan comido dos muffins en menos de cuatro minutos y sin ahogarse, eso es de raros.
Los veía sorprendida, yo apuradamente me comía una completa y eso a veces.

—Ya debemos irnos— me paré y los mire esperando a que hicieran los mismo.
—Ve tú. Nosotros te alcanzamos luego. Mi hermano tan bien que cuida de mí ¿Verdad?
—¿Van a dejar a una chica indefensa irse sola?— puse una mano en mi pecho y fingí llorar, mi hermano junto a Nash soltaron una estruendosa risa que llamó la atención de varios comensales que simplemente disfrutaban de su desayuno.
—Eso ni tu te lo crees— abrí mi boca ofendida. Los Mendes solo nos veían para saber de que hablábamos.
—Recuerdo ese día en el que tacleaste al pobre chico en el centro comercial. Decidió hablar Nash.
—¿Tacleaste a un chico?— me miró Shawn con una risa retenida en su rostro.
—Así es. Estábamos ahí porque el baile de graduación se acercaba. Emilio relataba el embarazoso momento que pasé aquel día—Teresa estaba mirando los zapatos y el chico que estaba como ayudante se acercó a ella para hacer su trabajo pero en eso unos niños pasaron corriendo e hicieron que perdiera el equilibrio y cayera encima de Didi. Ella como toda una "chica indefensa"— utilizó comillas— lo empujó lo más lejos que pudo y agarró un zapato— empezó a reírse— y se lo aventó a la cabeza, luego agarró otro y lo sujetó como si fuera un arma. El chico estaba más que asustado que hasta salió corriendo. Después le dijimos a Teresa lo que había pasado y le pidió disculpas al chico— Los chicos se empezaron a reír.
—En mi defensa, nunca deben hacerme algo.
—¿Y el chico estaba lindo?
Obviamente Ryan fue el que preguntó
—Algo.
—¿Le pediste su número?
—No, en ese entonces aún salía con Nash.
Ya todos habían dejado de reírse y nos acercamos a la caja para pagar.
Y como era de esperarse, la teñida, perdón, rubia, le estaba coqueteando a Benito y pues él se dejaba. La resbalosa, que diga, la chica agarró un plumón y le escribió su número en su antebrazo.
Salimos del lugar y yo iba hasta el frente junto a Nash, el cual empezó a sostener mi mano entre la suya.

                         
Mi mano empezó a sudar pero no pensaba en retirarla.
Shawn pasó por delante de nosotros con paso rápido y la cabeza agachada. Llegamos a la casa y él ya nos estaba esperando sentado en la entrada.
Vió mi mano entrelazada con la de Nash y tensó la mandíbula, o... Puede que solo sea yo y mi imaginación.

Entramos y los chicos fueron directo a la sala, creo que de nuevo veremos una película.

—Son como niños— Ryan
—Rapidos y furiosos— Emilio
—The outfield— Nash
—The Avengers— Shawn
—Terminator— Benito

Discutían sobre cual película ver y cuando entré a la sala cinco pares de ojos se posaron sobre mí.

—The Avengers— Shawn sonrió ante mi respuesta y los demás bufaron.
Nos acomodamos para ver la película como el día de ayer e íbamos como por la mitad cuando mi hermanito decide hablar.
—Quiero una pizza— ¿acaso dijo lo que creo que dijo?— Tengo hambre.  Sí, si lo dijo. ¿Cómo puede tener hambre?
—Yo igual— Nash
—Pidamos una pizza— Benito. Todos voltearon a verme, rodé los ojos y me paré para poder llamar a la pizzería.

¿Me estaba perdiendo la película solo por ordenar una pizza que ni siquiera iba a comer? Debo estar loca.
Pensé en regresar a la sala pero los chicos empezaron una guerra con palomitas y no pensaba involucrarme así que esperé la llegada de la delicia con queso derretido y pepperoni.
Unos cinco minutos después llegó la pizza y el mismo morenito sexy de ayer estaba con mi pedido entre sus manos; ni siquiera traté de disimular, se notaba que me lo comía con la mirada, creo que hasta la saliva se me salió. Llevaba una camisa aún más pegada que la del día anterior haciendo que sus músculos resaltaran.

—Aquí tienes— me entregó la caja y le di el dinero. Me sonrió e hice los mismo.
—Gracias.
—Ya te he dicho que tiene novio. Pasaron un brazo por mi cintura y cerraron la puerta bruscamente. Benito me arrebató la caja y volvió con los demás a la sala.

Deja vu

LOS TRILLIZOS MENDES©  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora