Un olor impregnó mis fosas nasales lo que hizo que abriera los ojos y mirara hacia todos lados buscando el fuego, que evidentemente se encontraba en esta casa, ¿Cómo lo sé? Pues veamos... ¡La maldita alarma de incendios retumba por todo el lugar!, creo que hasta ya me dió jaqueca.
Me levanté de la cama rápidamente y corrí escaleras bajo que es de donde provenía una espesa neblina grisácea; divisé más humo en la cocina y me adentre en ella con la mano cubriendo mi nariz y boca.
El humo poco a poco iba siendo esparcido por un pedazo de tela.—¡¿Qué les pasa?!— no me contuve y les grité lo más que pude los cinco inadaptados llenos de polvo blanco y negro por toda la cara y parte de la ropa. Los chicos claramente no me decían palabra alguna, mis ojos pasan por cada uno de ellos. Todos tienes cara de arrepentimiento y aunque Benito igual se nota arrepentido no quita su sonrisa de su rostro ahora cenizo.
—¿Y bien? ¿No me dirán nada?— me crucé de brazos y mi pie aún sin protección se movía contra el piso repetidas veces.
—Estás despeinada— es lo único que salió de la boca de Ryan y me señaló la cabeza. Sabía que en estos momentos debo tener un aspecto horrible pero ¿quién se pondría a estarse peinado cuando su casa se incendia? De seguro solo un demente haría algo así. Agarré un rodillo que estaba sobre la barra y empecé a golpearlo una y otra vez no tan fuerte como hubiera querido pero por las mañanas no tengo muchas ganas de hacer algo, ni mucho menos golpear a alguien solo por qué me dijo vagabunda en pocas palabras.
—Ya para, mujer— logró sostener el rodillo y se me fue arrebatado de las manos para después ser puesto de nuevo en el lugar del cuál los conseguí.
—Casi me dan un susto. Creí que iba a morir y encima solo me dices "Estás despeinada"— hice un intento de su voz pero obviamente no resultó
—¡Hey! Yo no habló así— se hizo el ofendido y llevó una mano a su pecho
—Pueden decirme que estaban haciendo— cuestioné para todos
—Queríamos galletas— habló Nash con voz de pequeño regañado. Eso está mal, cada vez que me hacía esa cara sabía que no podía resistirme.
—Y después pasó esto— dijo mi hermano señalado toda la cocina
—Bien— me quedé pensando— Todos limpiarán la cocina y tú, Nash, vienes conmigo— lo señalé con mi dedo e hice una seña para que me siguiera.
—¿Qué?— chilló Ryan— ¿Y él porque no limpiará?
—Porque yo lo digo y punto. Así que apurense— sin más, salí de la cocina dejando a los chicos con el desastre que provocaron.
Caminé escaleras arriba y entré a mí habitación para poder estar presentable. Nash venía detrás y el fue quien cerró la puerta.
Se sentó en la cama y yo fuí al baño, me cambié mi pijama de unicornios por una blusa blanca, un pantalón de mezclilla y mis tenis; en cuanto a mi cabello lo desenredé y lo dejé suelto; salí del baño y Nash seguía donde lo dejé.
—Hermosa— susurró pero logré escucharlo
—¿Qué dices?— hice como si no hubiera escuchado.
—Yo... No dije nada— pasó su mano por su cabello despeinandolo
—¿Quieres hacer algo?
—¿Cómo que?
—¿Vamos al parque?— se acercó a mí y paso un cabello por detrás de mí oreja. Me veía fijamente y no sé que me pasó, fue como un impulso, un impulso en donde estoy terminando de besar a Nash. La sensación de sus labios sobre los míos seguía siendo igual de hermosa como cuando éramos novios pero en cambio hay algo que no se siente igual. Nos separamos y apoyó su frente en la mía mientras pasaba su pulgar en movimientos circulares por mi mejilla.
—Vamos al parque— me separé rápidamente de él y con paso apresurado bajé a la sala— ¡Chicos! ¡Vamos al parque!— le grité a los cuatro que aún seguían limpiando su intento fallido de cocinar. Al terminar de decirles aquello, salieron corriendo pero ahora ya estaban un poco más limpios de su cara y ropa; pero no pude aguantar soltar una risa estruendosa al verlos con mandil y un trapo en la cabeza.
—Son...— no podía ni respirar— Son todas unas amas de casa— limpié una lagrima que caía de mi ojo— Esto necesita una foto— y sin darles tiempo de reaccionar la imagen ya estaba capturada en mi celular.
Ví sus caras aún cegados por el flash pero supe lo que querían hacer; se quitaron los utensilios para limpiar de encima y me voltearon a ver, fue ahí que salí corriendo todo lo que pude en dirección al parque.Mi respiración estaba un poco agitada pero logré llegar al parque viva, esos animales querían matarme.
Me recargue en un árbol y me deslicé por éste hasta sentarme en el pasto verde y fresco.—Que rápido corres— Ryan llegó a mi lado lo cual hizo que diera un brinco en mi lugar por no haberlo visto.
Del otro lado se sentó Emilio y los demás llegaron ya más tranquilos; creo que ya no me quieren asesinar.
—No hagas nada con esa foto— me señaló Benito. Todos me veían esperando una respuesta.
—Ok, solo me las quedo yo— alcé las manos en señal de paz.
Olfateé varias veces buscando el olor que había llamado mi atención y me encontré con un mini-restaurante al otro lado, al ver a unas personas comer mis tripas gruñeron y eso me hizo recordar que aún no desayunabamos. Creo que se dieron cuenta de mi hambre porque me dijeron que fuéramos. Shawn me tendió la mano y me ayudó a levantarme. Me sacudí mi pantalón y fuimos directo a la puerta del establecimiento haciendo sonar una campanita al momento del que la abrimos.
Nos sentamos en una mesa con vista al parque y una chica rubia no entrego la el menú.
Estaba viendo que ordenar cuando mi pantalón vibra, saco mi celular y es un mensaje.Ordena las hamburguesas.
son muy buenas en
este lugar, y también
pide una soda de naranja.P. D. Bon Appetit
ESTÁS LEYENDO
LOS TRILLIZOS MENDES©
Fanfiction-Sí, si quiero ser tú novia. ¿Qué pasaría si Teresa Hernández se muda a Canadá por el trabajo de su padre y a consecuencia de eso conoce a unos peculiares hermanos? Shawn Peter Raúl Mendes Rayment Benito Mendes Rayment Ryan Mendes Rayment Jóvenes he...