CAPÍTULO 16

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—Didi, deja el celular que ya casi empieza la película— el móvil me fue arrebatado de mis manos, me removi en mi asiento y me dispuse a mirar la gran pantalla con imágenes en ella.

La función había terminado y al parecer era de humor porque nos la pasamos riendo a cada rato, y si no era de humor entonces era una película muy mal hecha.
Caminamos de regreso a casa, las calles estaban vacías sólo se veían las luces de los pequeños establecimientos. Una racha de aire me dió escalofríos por lo que me abracé a mi misma; mi hermano al ver mi movimiento pasó su brazo sobre mis hombros acercándome más a él.
Después de unos minutos más de caminata llegamos a casa. Entramos en ella y nos inundó un olor a ¿Muffins?

—Mamá, ya llegamos— habló mi gemelo y nos acercamos a la cocina que era, claramente, de donde venía ese delicioso olor. Mis padre estaba sentado en una silla y observaba a mamá moverse de un lado a otro con harina hasta en el cabello.
—¿Estuvo buena la película?— habló mi papá al darse cuenta de que estábamos en la cocina.
—Sí, me ayudó a distraerme— hablé mientras veía a con los ojos entrecerraros toda el desastre que había. La película me ayudó a distraerme pero no dejaba de pensar en algo, en alguien más bien... Unos hermosos ojos no salían de mi cabeza.
—¿Para que es todo esto?— mi hermano sostuvo entre sus manos un tazón con una mezcla dentro
—Los Mendes van a venir a cenar.
Dijo mi padre aún sentado—Así que se ponen presentables.
—Ok— dijimos al unísono alargando la "O" y chocamos los cinco por eso.
Subí a mi cuarto y me acosté en el piso que está muy cómodo. Todavía era de tarde así que no me apuraba por estar lista para la noche, tenía tiempo de bañarme y "estar presentable" como dijo mi padre.
Coloqué mis brazos sobre mi pecho, y me quedé mirando el techo. Solté un gran suspiro, y cerré los ojos disfrutando del fresco y silencio del lugar.

—¡Didi! Abre la puerta— los golpes cesantes que retumbaban en mi puerta me hicieron abrir los ojos mientras soltaba gruñidos por haberme despertado de tal manera.
—¿Qué quieres?— dije brusca al momento de abrir la puerta y encontrarme a un Emilio bien vestido y ¿Perfumado?
—Ni siquiera te has bañado, los Mendes están por llegar— ¿Qué? ¿Me quedé dormida? Agarró fuerte la muñeca de mi hermano y miró la hora, 8:30 p.m, tanto tiempo dormí.
—Apúrate, que mamá ya nos espera abajo— y sin más, se fue
Cerré la puerta y con paso apresurado me dirigí al baño, me quité la ropa y me coloqué bajo el metal dejando que me empapada de agua.
Lavé mi cabello con el shampoo así dejando un aroma a coco, pasé el jabón por todo mi cuerpo y terminé rápidamente mi ducha. Le cerré a la regadera, me sequé bruscamente con la toalla y me dejó un color rojo al paso de esta.
Salí del baño y me coloqué una ropa interior color negro y encima un vestido color rosa con escote en corazón y brillo en el, odiaba los vestidos pero el estar "presentable" significa que debo usarlos.
Me acerqué a él tocador, tomé el cepillo y lo pasé con cuidado por las puntas para no dañarlo, terminé de cepillar y lo deje suelto para que se terminara de secar.
Apliqué un poco de perfume por mis brazos y cuello ya que no me gustaba mucho porque me empezaba a doler la cabeza, y por último me puse unos zapatos solo de meter no muy altos de color plata.

Bajé rápidamente las escaleras y llegué a la sala donde ya se hayaban mis padres junto con mi hermano sentados en el gran sofá.

—Hasta que bajas, Didi.
—Ya estoy aquí— me acerqué a ellos y me senté junto a mi gemelo.
—Los Mendes no tardan en venir, y quiero que se comporten durante la cena— habla nuestro padre y nos mira a ambos con los ojos entrecerraros y señalándonos.
—Pero si yo siempre me comporto. hablé lo más tierna que pude y pestañeaba repetidas veces con una sonrisa en mi rostro.
—Claro que no, el que se comporta soy yo; ella es la copia barata de Katherine Pierce, igual de malvada.
Volteé a ver a Emi con el ceño fruncido y con mala mirada a lo que solo hice que su sonrisa se ampliará más.
Estaba por decirle algo pero me ví interrumpida por el timbre de la puerta, mis padres se levantaron y se dirigieron a abrir.

—Buenas noches— habló Manny, mi padre hizo un ademán con la mano para que pasaran y así lo hicieron. Nos acercamos a ellos y saludamos a los señores.
—Por favor, pasemos al comedor.
Los adultos iban delante y nosotros unos pasos atrás.
Iba caminando junto a Ryan, que llevaba una playera blanca y un pantalón negro, ambos le quedaban pegados y se veía increíble que si no fuera gay me lo comería en este instante. ¿Pero que estoy pensando? Moví mi cabeza lentamente para alejar los malos pensamientos.
—Te ves bien— le dije por lo bajo y me sonrío
—Gracias, tú tampoco te quedas atrás.
Me guiñó un ojo y siguió su paso para llegar junto a mi hermano.
Sentí como alguien se puso a mi lado y volteé para verlo.
—Te ves hermosa— Mis mejillas se tiñeron de un color rojo por lo que tuve que bajar un poco la cabeza.
—Gracias— Shawn iba con una camisa de botones color roja y pantalones rojos, que también le quedaban pegados dejando ver su bien trabajado cuerpo.
Su hermano lo llamó y se acercó a los chicos.
—Solo lo dijo para ser cortes— Benito se posó a mi lado con su estúpida sonrisa en el rostro. Él llevaba una camisa de abrochar color negra con algunos pequeños puntos en color blanco y pantalón negro, y, por supuesto, que su ropa le quedaba pegada.
¿Porqué los hermanos están tan buenos? No me dejan tener pensamientos puros

Nos sentamos todos en las sillas, yo estaba en el medio de mi hermano y Ryan.
Iba a llevarme un trozo de carne a la boca cuando mi celular que había puesto sobre mi regazo vibró.
Discretamente, para que nadie me viera que tenía un celular en la mesa, abrí el mensaje.

Estás realmente
hermosa 😉😘

Mismo número desconocido pero diferente tipo de mensaje, aunque siguiera siendo tenebroso en una parte fue lindo cómo lo puso.
Bloqueé el celular y alcé la vista encontrándome con la mirada de Benito que se hayaba frente a mí, me guiñó un ojo mientras tenía una hermosa sonrisa en su rostro, luego bajo la vista y siguió con su cena.

LOS TRILLIZOS MENDES©  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora