CAPÍTULO 26

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—Hola, Teresa.
—Este... Amm..— ¿Cómo se llamaba? Ah sí, ya me acordé—Hola, Matt— me enderecé y me puse frente a él, me sonrió y ladeó un poco la cabeza haciendo que unos cuantos cabellos que tenía en su frente se movieran y brillaran un poco por la luz de las grandes lámparas en el techo.
—Que gusto volverte a ver.
—Lo mismo digo.
—Amm... Debo irme— habló nervisoso al ver que los chicos se paraban detrás de mí, y no creo que sea lindo que te intimiden 6 chicos.
—Siempre ligando— negó Benito y todos lo siguieron hasta las cajas para pagar todo.
Llegué junto a Emilio para pagar todo lo que compramos de comida y varias golosinas que subieron al carrito.
Íbamos saliendo del centro comercial cuando me llega un mensaje.

Regla #1 de como ser
una señorita: 📕
Nunca ligar con
desconocidos.

—¡Didi, ayúdanos con esto!— me gritaron y me acerqué a ellos
—¿Cómo quieren que yo lleve todo eso?— señalé las bolsas al ver que me querían dejar todo a mí— Se supone ustedes son los hombres—
—¡Ja! Ellos no tienen nada de hombres— soltó Mel y los chicos empezaron a hacer un montón de poses y gestos raros creyéndose los más masculinos de la faz de la tierra.
Caminamos hasta las casa, bueno, ellos caminaron por qué nosotras nos subimos a las espaldas de mi hermano y de Nash.
Al entrar fueron directo a la cocina y después regresaron a tumbarse en los sillones de las sala.
—Tengo hambre— soltaron todos los hombre a la vez y lo vimos con cara de miedo
—Pidamos pizza— sugirió mi hermano y después todos voltearon a verme, rodé los ojos y caminé por el celular.
Llamé a la pizzería y pedí 3 pizzas, una de pepperoni, una Hawaiana y otra de salchichas.
—La pizza viene en camino— me senté en el suelo junto a Ryan
—Quiero ver una película— Mel nos miró a todos
—Busca una— me encogí de hombros y me alejé un poco, no quería estar cerca de ellos ahora que escojan la película.

—¡Mission Imposible!
—¡Jurassic Word!
—¡The Maze Runner
—¡The Hunger Games
—¡Harry Potter!
—¡Divergent!
—¡Star Trek

Todos los chicos gritaron al unísono uno más fuerte que el otro haciendo notar sus ideas. Mel los veía horrorizada y yo mientras en un sillón aparte me reía.
El timbre de la casa sonó y fuí a abrir dejando a los chicos con su discusión por cual película ver.
—Aquí tiene sus pizzas— el joven y encantador repartidor me entrego las cajas— Son 17 con 25.

Saqué de mi bolsillo los billetes y esperé a que me diera el cambio.
—¿Está tu novio en casa?— me miró sonriente y no pude evitar hacerlo también
—Sí, si está y ya te he dicho que no te le acerques— una voz a mi espalda hizo tensarme y cerró la puerta de un portazo.
Pobre chico.
Benito me sonrió de lado y quitó de mis manos las cajas.

Deja vu por dos

El celular me vibró por segunda vez en el día y abrí el mensaje.

Creí haberte dicho
que no te le acercaras.
Si querías algo para comer
me hubieras comido a mí.
Soy más delicioso que
cualquier pizza. 🍕😉😏🤤

Guardé el celular, ya después se lo mostraría a Emilio y Nash.
Regresé con los demás a la sala para ver la película.
—¿Cuál vamos a ver?— pregunté al verlos todos quietos y comiendo pizza de la caja
—¡Me Before You!— chilló emocionada Mel y dió brinquitos en su lugar. Agarré un pedazo de pizza que estaba sobre la mesita de centro y me senté en el piso junto a Nash.

—Que película tan aburrida.

—Will trata mal a Clark, ¿Porqué sigue allí?.

—Cambió por ella.

—¡En tu cara, Patrick.

—¡No!
—¡No puede ser!
—¿Porqué Will?
—Pero si Clark la amaba.
—Pudieron ser felices por siempre.
—Estupida película, mis sentimientos, idiota.

Los chicos estaban chillando, sí, los 6 "hombres" sufrieron por la película. Mel y yo los veíamos divertidos.
La película había terminado y con ella la pizza, cuando empezó ellos estaban durmiendose pero de a poco les fue gustando y después terminaron llorando por el final.
No pudimos perdernos la oportunidad de burlarnos con ellos por esto el resto de nuestras vidas y los empezamos a grabar.

Papá llegó del trabajo y subió a su cuarto sin dirigirnos una palabra a Emilio y a mí, a los demás sólo los saludó y les dijo un "buenas noches".

Ya era de noche y los chicos ya se iban pero para su suerte empezó a llover así que les tuve que preparar cuartos de huéspedes a cada uno no sin antes pedirles permiso a sus padres y sin oposición alguna por parte de ellos.
—Ya están sus cuartos— les hablé y me siguieron hasta la parte de arriba para enseñarles donde dormirían.
Todos se encerraron en sus cuartos correspondientes y yo caminaba hacia el mío pero dos voces me detuvieron y entré al cuarto de uno seguido por el otro.

LOS TRILLIZOS MENDES©  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora