—Quiero nadar, hay que nadar.
Lo dije al momento que ya me iba quitando la blusa y el short para simplemente quedar en ropa interior y meterme al gua cristalina.—¡Tessa, espérame!
Ryan iba corriendo trás mí mientras se quitaba su camisa roja dejando ver su bien trabajo abdomen, y saltó desde una roca haciendo que pequeñas gotas me salpicaran en el rostro.—¡Ey! ¡Esas manos!
Gritó Benito recargado de un árbol al ver que Ryan me tenía de la cintura.
—Tranquilo, hermanito, que si te la quisiera quitar ya lo hubiera hecho.
Le aventé un poco de agua a Ryan y éste rió; Benito negó divertido.—Nadaremos, nadaremos, en el lago, el lago, el lago.
Ryan cantaba alegre mientras nadaba por toda la orilla y recolectaba alguna que otra piedra que le resultaba interesante.
—¿Porqué no entras?
Le pregunté a mi novio cuando llegué hasta él que estaba sentado sin camisa sobre un tronco a la orilla del lago.
—No es lo mío.
—Oh, por favor, vamos.
—Paso.
Se recargó sobre sus brazos y alzó la vista mirando un pájaro carpintero que volaba alrededor de un árbol viejo.
Me le quedé observando por un rato haciéndole carita de niña tierna.
—No hagas esa cara porque me pasan muchas ideas por la cabeza.
No me quedó más remedio que volver a regresar con Ryan para ayudarlo a recoger piedras.
—Mira, Tessa— me mostró una piedra azul con pequeños sobresalientes brillosos— Debe ser un zafiro o algo que se le parezca. No sé, pero es para ti.
Con ambas manos me entrego la piedra.
—¿Para mí? Pero tú la encontraste.
Quise devolversela pero me lo impidió. Solo recibí un «Es un obsequio» de su parte y sin más se fue a seguir buscando piedras. Sólo me quedé mirando esa preciosa piedra entre mis manos, la sostuve con una de éstas hecha puño, y volví hasta donde Benito para que me la guarde.—¿Vienes para intentar convencerme de nuevo?
—No.Creo que mi respuesta lo sorprendió porque se sentó en cuanto lo dije.
—¿Me puedes guardar esto?
—¿Qué es?
—Una piedra. Ryan me la dió.Le entregué el objeto azul y la miró con detenimiento para después meterla en el bolsillo de su bermuda.
—¿Vas a seguir nadando?
—No, me estoy haciendo viejita.
—A mí me gustan mayores.No pude evitar reírme ante su comentario y mojarlo un poco haciendo que riera mostrando sus dientes.
—El viejo eres tú.
Salí del agua y mi novio pasó una toalla por mis hombros, para después darme un beso en la frente.
—Soy tu sugar daddy.
—¡Creé el fuego!— mi hermano gritó y fue cuando noté que ya era de noche, el cielo estaba muy estrellado y un búho empezaba a ulular.
Empecé a caminar al lado de Benito cuando Ryan nos arrebasó corriendo gritando «¡Malvaviscos!»
Negamos divertidos y llegamos junto a los demás para sentarnos en troncos alrededor de la fogata que mi hermano había hecho y contar una que otra historia de terror mientras comíamos bombones y más galletas de animalitos.—Yo tengo una historia.
—Era 1862 cuando el granjero Panks decidió salir a caminar por todo el parque Chull's, ya que estaba por medio camino escuchó el grito de una chica en peligro, decidió mirar que pasaba encontrándose con una rubia a la que habían degollado. Nadie nunca ha sabido que pasó en realidad, pero después de eso, el señor Panks se suicidó en uno de los tantos árboles del parque.
Nunca temas a una historia, teme a quien la cuenta.
—Es mejor dejar las historias.
Habló Shawn al ver como su hermano temblaba teniendo un bombón a medio comer entre sus manos.—El fuego se está terminando.
—Iré por más leña.
—Te acompaño.
Así mi hermano, mi novio y mi mejor amigo se adentraron aún más al bosque para buscar palos; Mel entró a su tienda diciendo que ya tenía mucho sueño.
Me levanté de mi tronco y me acerqué a mi mochila para sacar un repelente de mosquitos, nunca he tolerado a esos insectos.
Escuché ronquidos y me reí por los sonidos de la rubia.
Me volví a sentar a esperar a los chicos; Shawn estaba frente a mí. Solo se escuchaba el ruido que emitía el fuego con la madera y me quedé un buen rato mirándolo.—¿Puedo hablar contigo?
Fue el primero en romper el silencio.
—Claro, ¿Qué pasa, Shawn?
—Te ví con Benito.
Sonrió apagado, se levantó de su lugar y se sentó en el tronco junto a mí.
—¿Eres feliz con él?
No sabía cómo tomar su pregunta.
—Sí, supongo que sí.Su mirada se tornó aún más triste, bajó la mirada y juro que pude escuchar mi corazón quebrarse al momento que una lágrima resbaló por su mejilla.
Quise abrazarlo y no soltarlo jamás, levanté mi mano con la intención de hacerlo pero la detuve a medio camino.—Lo siento.
—¿Porqué?Si bien no entendía su pregunta, lo entendí por lo que sucedió después.
Tomó mi cabeza colocando una mano en mi mejilla y la otra en la nuca para seguido presionar sus labios con los míos en un ligero y suave movimiento; sus ojos se encontraban cerrados, podía ver sus largas pestañas y su fina nariz.
No sabía cómo reaccionar pero al sentir su pulgar haciendo leves movimientos en mi mejilla lo supe, cerré mis ojos y pasemos brazos por su cuello siguiendo los movimientos de sus labios. Quitó sus manos de sus respectivos lugares para ponerlos en mis muslos haciendo que me sentara sobre él.
Esto estaba mal y lo sabía pero no quería detenerme a pensar en eso, no ahora.
Me separé un momento de él y pude ver sus labios un poco rojos e hinchados, nuestras respiraciones eran agitadas y nuestros corazones latían al mismo tiempo y velocidad.
Iba a acercarme más a él pero mi celular vibró.Las niñas buenas
no se besan si no es
con su pareja :)Volvió a vibrar haciendo que brincara sobre Shawn y éste emitió un gemido ahogado.
Te arrepentirás
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LOS TRILLIZOS MENDES©
Fanfiction-Sí, si quiero ser tú novia. ¿Qué pasaría si Teresa Hernández se muda a Canadá por el trabajo de su padre y a consecuencia de eso conoce a unos peculiares hermanos? Shawn Peter Raúl Mendes Rayment Benito Mendes Rayment Ryan Mendes Rayment Jóvenes he...