CAPÍTULO 28

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—¿Qué hay de desayunar— caminó a la mesa y rodeó los hombros de Shawn para sentarse a su lado y juguetear con su mano.
PERRA.

—Ahora vuelvo— me levanté rápidamente y caminé a la sala dejando a todos en la cocina confundidos.

Mel ha estado comportándose raro desde que llegó. No entiendo su actitud. Siempre hemos sido unidas y con respecto a los chicos, recuerdo que era tímida con todos los de nuestra escuela.

Pasé mi mano por mi cabello alborotandolo un poco, suspiré y regresé a la cocina con todos.

—¿Estás bien?
—Sí.
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—Chicos, ya les dije que no tengo ganas de nada.
—Y ya te dijimos que no nos importa.

Después del desayuno los chicos me obligaron a levantarme del sofá y empezaron a jalar de mí hasta que ahora vamos caminando al parque.
—Esto puedo tomarlo como secuestro. Y es ilegal.
—Ah, pero no es ilegal querer secuestrar a Bruno Mars.
—¿Tú cómo sabes eso?
—Mel— hablaron obvios todos al unísono.
Maldita Mel.

Ryan y Emilio jalaban de mis brazos con fuerza, según ellos, para que no me escapara.

—Quiero ir a casa. Tengo algo importante que hacer.
—¿Importante? Pensé que solo ibas que ver videos Harry Styles.
—Eso es lo importante. Ver a mi amado— cerré los ojos y suspiré profundamente. Harry Is My Boyfriend.
—Superalo. Nunca lo vas a conocer— soltó una risa y me siguió arrastrando junto con Ryan y todos los demás por detrás, incluida Melanie Perra Contreras.
Nadie se mete con mí relación con Harry. Harry es mío y lo voy a conocer, odio que siempre me digan eso. Ya verá.
Un policía, muy bueno a decir verdad, estaba del otro lado de la calle saliendo de una cafetería junto con otro policía un poco regordete. ¡Genial!

—¡Help me! ¡Help me! ¡Me secuestran! ¡Ayuda! ¡Policía!— los chicos se detuvieron para voltearme a ver pero sin soltarme de las manos. Me vieron confundidos al notar que tenía una sonrisa en mi rostro y de un momento a otro ambos chicos fueron tacleados por unos policías.
—Eso les pasa por traerme a donde no quiero.
Les saqué la lengua a ambos y salí corriendo.
Tal vez me gane un súper regaño por eso pero pues meh, ahora a disfrutar.
Caminé de regresó a mi casa con las manos dentro de las bolsas del pantalón. El viento me pegaba en el rostro y hacía volar unos cuantos cabellos haciendo que me pegaran en todo el rostro.
—¿Por qué lo hiciste?— su voz hizo pegar un brinco y me llevé una mano a mi pecho.
—¡Joder! Me espantaste.
—¿Joder? Ese vocabulario no es de señoritas.
—Mira como me importa.
—No contestaste.
—Se metió con Harry— alzó una ceja— Y no sé, quería estar sola.
—¿Cómo están? ¿Se los llevaron?
—No, todos le explicamos lo que pasó.

Ok, ni siquiera sé si lo hice a consciencia.

—¿Dónde están?
—De seguro ya vienen, yo me adelanté.
Asentí levemente y mordiéndome el labio sin saber que decir.
Sus ojos conectaron con los míos y sonrió de lado.
—Ven conmigo.
—¿A dónde vamos?
No contestó a mi pregunta y solo jaló de mi mano para salir corriendo a algún lado.

Empecé a sentir frío, por momentos cubría mis brazos con mis propias manos tratando de crear calor con ellos.

—¡Dispara!
—¡Morirás!

El lugar estaba un poco oscuro, algunos árboles y una pequeña choza de madera en el medio.
Pasos detrás de mí. Salí corriendo y me posé detrás de la choza esperando a mi atacante.
—¡Bu!— el Mendes puso su mano sobre mi hombro y sentí un cosquilleo.
—¡Mierda, Benito! Me espántaste.

—Equipo verde, ganador.
Una voz en un parlante nos anunció como los ganadores del juego. Sí, Benito me trajo a jugar Paintball.

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—Fue muy divertido— le sonreí feliz y sincera a la cual me correspondió. Al salir del juego caminamos de regreso a mi casa.

—¡Ya llegué!— grité al entrar y caminamos hasta la biblioteca donde se escuchaban voces.

—¡Beni!— una chica como de mi estatura se levantó corriendo del sofá para lanzarse a los brazos de Benito. Algo en mi estómago se revolvió.
Él la apretó contra su pecho y ella pasó sus brazos por detrás de su cintura.
Mis padres y los señores Mendes junto con todos los chicos, incluídos los Grier y Mel estaban sentados en el sillón.
La chica se separa de Benito y se pone frente a mí.

—Tu debes ser Teresa, ¿No?— me extiende la mano y la observó dudosa pero termino aceptándole el saludo
—Sí, ¿Y tú eres...?
—Aaliyah, hermana de estos tarados— sonrió y señaló a los trillizos
La chica que ahora que veo bien si tiene un parecido a los chicos se sentó junto a sus padres y empezaron a hablar todos.

—¿Celosa?
—Claro que no.

Sí, claro

Esperen un poco más, por favor
—Jos



LOS TRILLIZOS MENDES©  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora