—¡DIDI!— un gritó en mi oído me hizo removerme en la cama— ¿Es en serio? Didi ya levántate
—Largo— dí un manotazo al aire pero un quejido me indicó que si le pegué a alguien
—Auhh— abrí un poco mi ojo derecho y ví a Emi frente a mí sobándose su ojo con la mano hecha puño— Bien, si tú así lo quisiste— pasos alejándose, ¡Por fin podría dormir tranquila! O bueno, eso solo me duró unos cuantos segundos.
Algo frío había caído sobre mí, sentía como me mojaba toda la ropa dejándome empapada y húmeda la espalda.
—¡Pero a ti qué te pasa, me hechaste hielo frío!— alzó una ceja. Estaba parada intentando que la blusa no se me pegará al cuerpo.
¿Hielo frío? ¿En serio? Ni que fuera caliente; creo que no soy muy inteligente en la mañana.
—No te querías levantar y yo te lo advertí— dijo jugando con el balde que tenía en la mano— Vamos a desayunar que hay muchas cosas por hacer hoy— con eso creo que se refiere a investigar sobre el sujeto, asentí y me fuí con paso de pingüino a mi cuarto.
Fuí directo al baño y me quité todas las prendas para meterme debajo de la regadera, lavé mi cabello y cuerpo rápidamente para salir y vestirme con lo primero que saqué del clóset.
Sequé mi cabello y lo cepille no muy cuidadosa.
Bajé al comedor y ya estaban todos sentados.
—Buenos días— dije al entrar
—Buenos di...— no terminaron de decir. Emi se quedó con la cuchara de cereal a medio camino. Mis padres me veían con una sonrisa divertida en el rostro.
Papá se aclaró la garganta y habló.
—Cariño, ¿De dónde sacaste eso? Y más importante, ¿Porqué lo estás usando?
Me acerqué al refrigerador para poder ver un poco mi reflejo. Tenía una blusa naranja con unas letras en rosa brillante, unos pantalones de mezclilla manchados de pintura que eran de cuando pintaba y nunca se le pudo quitar dejando un explosión de colores en ellos; y mi cabello estaba hecho nudos.
—Me puse lo primero que agarré— saqué la silla de su lugar y me senté.
—Yo creo que te ves...— Mamá no pudo terminar ya que Emi la interrumpió
—Horrenda— lo miré mal y le aventé un pedazo de pan que estaba en una pequeña canasta en el medio de la mesa.
Seguimos desayunando en silencio con alguna que otra pregunta de nuestros padres sobre los estudios.—¿Teresa, estás aquí?— me encontraba sentada en un sofá café leyendo un libro en la biblioteca que por fin me atreví a usar.
—Aquí estoy— volteé la vista para ver a mamá entrar por la puerta.
Llegó hasta estar junto a mí y paso su mano por mi cabello peinandolo.
—Siempre te gustó estar entre libros, cuando íbamos a librerías no querías irte sin antes haber olido varios. Que raros gustos tenías— soltó una pequeña risa y alcé la vista para verla, ella estaba viendo hacia algún punto fijo en la pared de enfrente.
—Recuerdo cuando ibas corriendo por una biblioteca grandota como la de las películas, te escondias entre los pasillos pero siempre terminabas en el mismo lugar, la sección de misterio— soltó un suspiro como si le costará contarlo— Tus hermanos corrían a buscarte para darte de besos en toda la mejilla y hacerte cosquillas— la miré sonreír y una pequeña lágrima salió de ella
—¿Tus?— bajó la vista para poder verme y tragó saliva.
—A lo que venía, los Mendes van a venir porque el señor Manuel tiene que hablar con tu padre, tú te vas a ir con Shawn a la feria cuando llegué así que vete arreglando porque ya es tarde— miré mi reloj en mi muñeca, 3:51, no era tan tarde, creo— Ponte la chaqueta negra, te verás hermosa— besó mi cabeza y se fue por donde vino¿Tus? ¿Hermanos? ¿Qué habrá querido decir con eso?
Cuando terminé de leer las 5 páginas que me faltaban del libro subí a arreglarme.
Busqué la ropa que me iba a poner, una blusa rosa con pequeñas estrellas y cuello de bebé, jeans negros y tenis del mismo color, cabe destacar que todos mis tenis son converse, y por supuesto mi chaqueta negra.
Me quité lo que traía puesto y me metí a la ducha por segunda vez en el día, eché shampoo sobre mi mano y así pasarlo por mi cabello dejando un olor a miel, lavé mi cuerpo y por último me enjuague por completo. Cerré a la llave y me enrollé en la toalla, me sequé despacio y con cuidado, salí del baño y me acerqué por mi ropa y vestirme. Ya vestida peiné mi cabello en una media coleta.4:44. Justo a tiempo.
Bajé a la sala y me senté en el sofá frente al televisor.
El siento a mi lado se hundió y giré la cabeza para encontrarme con mi hermano, pasó su brazo izquierdo sobre mis hombros y acercarme a él.—Te ves hermosa.
—Gracias.
—No por nada eres mi hermanita— le dí un puñetazo de juego en el brazo y empezó a reír. Me estrujó entre sus brazos, me movía para safarme pero me era imposible.— Tengo que hacer algo antes pero iré a la feria y te estaré vigilando— dejé de moverme para escucharlo con atención y ponerme seria. Asentí despacio. El timbre de la casa sonó y el saludo de los Mendes nos indicó que habían llegado. Emilio besó mi frente e hizo que me levantará.
Caminamos hasta las personas en la puerta y saludamos.—Estás hermosa— me dijo Shawn al acercarse a mí y después de darme un beso en la mejilla
—Nosotros nos despedimos, con su permiso— llamó la atención de todos y nos fuimos no sin antes un recordatorio de mi padre sobre que debíamos llegar temprano.
Me abrió la puerta de un coche negro que me sorprendió ¡Las puertas se abren hacía arriba!—¿El coche es tuyo?— le pregunté ya que había subido a este
—Sí, me lo dieron de regalo a los 18. Mis hermanos tienen uno igual
—¿Y dónde están tus hermanos?
—Se quedaron en casa— moví levemente la cabeza y me le quedé mirando.
—¿Tengo algo en la rostro?Hermosura.
—No, nada— se le formó una sonrisa muy linda
—¿Quieres escuchar música?
—Claro— encendió la radio y estaba sonando "I See Love" de Jonas Blue con Joe Jonas, empezamos a cantarla y así se fue todo el camino, entre cantar y uno que otro chiste malo por mi parte.
Tenía mi cabeza recargada en la ventanilla y al momento de ver que habíamos llegado me enderece en el asiento. Una gran rueda de la fortuna con luces iluminaba gran parte del lugar.
La puerta de mi lado fue abierta y Shawn me extendió su mano, ni siquiera me dí cuenta cuando se bajó del coche, acepté su mano y salí del auto. Lo cerró y empezamos a caminar.—¿Ya habías venido a una?— me señaló con la cabeza hacía el frente
—No que yo recuerde.
—Entonces haré que no olvides este día— agarró mi mano y jalo de ella, corrimos entre la gente y se detuvo frente a un juego mecánico. Uno en donde subía y bajaban los asientos a través de un gran pedazo de metal.
—Vamos— se acercó al tipo para comprar los boletos y formarnos
Llegó nuestro turno de subir, nos colocaron los cinturones de seguridad y el juego empezó a subir despacio, hubo un momento en el que se detuvo estando en lo más alto, podría apreciar a la gente caminar, parecían niños, ah no, esperen, si son niños.
Sentí la mirada de Shawn sobre mí y giré mi rostro para verlo, sonrió y me agarró la mano, iba a decirle algo pero de un momento a otro ya me encontraba gritando, el juego había bajado a toda velocidad que no lo ví venir. Una y otra vez el monstruo bajaba y subía velozmente. Mientras yo gritaba como loca Shawn se reía fuertemente.—¡Por fin tierra!— grité y corrí al momento de que me bajara de esa cosa que casi hace que me dé un infarto.
—No fue para tanto.
—¿No fue para tanto? ¡¿No fue para tanto?! Casi muero ahí mientras tú te reías— soltó una carcajada y lo pellizqué.
—Ya, ya, vamos a otro juego.
—Mecanicos ya no, por favor— le hice carita de perrito y sonrió asintiendoEstuvimos jugando en los pequeños puestos y en uno Shawn tiró unas botellas apiladas con una pelota, a la primera lo logró y el premio que le dieron me lo dió, un león de peluche con una camisita azul con una letras en blanco.
—¿Quieres un algodón?— le sonreí en respuesta y se alejó de mí para dirigirse al puesto
El celular me vibró, con una mano sostuve a mi león de peluche y con la otra saqué mi móvil.
Lindo león pero
yo te puedo dar
algo mejor 😉Con mi mano en el celular miré en todas direcciones pero no hubo nada fuera de lo normal.
Volvió a vibrar.
Te dije que no
vinieras con Shawn.
Por cierto, ¿Dónde está?Y con eso bastó para que me alterara, giré la vista a donde se supone Shawn estaría pero no lo estaba. Mi mano empezó a temblar. Corrí para buscarlo pero no lo hayaba por ningún lado.
Juré verlo visto doblar una esquina y corrí detrás de él pero al momento de doblar el puesto choqué con alguien.
—Hey, ¿Porqué tanta prisa?
—Nash— sonrió— ¿Qué haces aquí?
—Amm... Yo...
—Didi— mi hermano llegó corriendo por un lado y llegó hasta mí para posar sus manos sobre mis hombros.
—No encuentro a Shawn.
ESTÁS LEYENDO
LOS TRILLIZOS MENDES©
Fanfiction-Sí, si quiero ser tú novia. ¿Qué pasaría si Teresa Hernández se muda a Canadá por el trabajo de su padre y a consecuencia de eso conoce a unos peculiares hermanos? Shawn Peter Raúl Mendes Rayment Benito Mendes Rayment Ryan Mendes Rayment Jóvenes he...