Capítulo 16

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*Narra Sofía*

Busco mi teléfono, y mi cartera, guardándolo en mis bolsillos. Abandoné la habitación, justo cuando Samuel, estaba a punto de entrar. Ambos chocamos, pero por suerte, ninguno se cayó.

-¿A dónde vas, princesa?-él está sonriente, maldito cínico.

-No me llames princesa, hipócrita-murmuro, furiosa, pasando por su lado.

-Espera, espera, ¿por qué dices eso?-él agarra mi brazo, tratando de detenerme.

-Ah, ¿no lo sabes? Ayer me pediste, que fuera tu novia. Hoy te escucho decirle a esa mujer que, soy una simple SugarBaby, que me vas a dar la patada.

-No, espera. No es lo que parece, Sofía.

Antes de que él pudiera continuar hablando, me zafo de su agarre, para salir corriendo de allí. Él me perseguía, muy de cerca, pero conseguí confundirlo escondiéndome en una tienda. Sin salir de allí, llamé a un taxi, para que me recogiera. Éste me llevó hasta mi casa, ya allí le pedí que me esperara. Contemplé desde fuera, la casa de mi infancia. Si bien había tenido muchos momentos malos, también tenía recuerdos maravillosos. Sin darme cuenta, las lágrimas comenzaron a salir. No quería entrar, pero era lo único que me quedaba. Metí la llave temerosa, la tenía guardada en mi cartera, abrí la puerta, y comprobé que mi padre no estaba allí. Subí hacia mi habitación, buscando mis ahorros, guardé algunas de mis cosas en una mochila, antes de irme de allí. Mi teléfono no dejaba de sonar, Samuel era muy insistente.

Pago el taxi, antes de desesperarlo más. Después comencé a andar por las calles, sin rumbo, ahora no tenía absolutamente nada. Con mi padre no me podía quedar, seguramente él me mataría, o acabaría peor que la última vez. Decido quedarme en un hotel, mientras buscaba otra cosa. Dejo la maleta sobre la cama, y salgo nuevamente a la calle. Necesito despejarme, por lo que entro a un Starbucks. Tomo asiento en una de las mesas, pensando en lo que debía de hacer ahora. 

*Cuatro meses después*

Otro día más, en esta pesadilla. Contemplo el techo, de este horrible apartamento, desde la cama. Estaba sola, completamente sola, lo único interesante que me pasaba, era descubrir nuevas humedades por la casa. Observo la hora en mi teléfono, si no me preparo, llegaré tarde. Me dirijo al baño para arreglarme, poniéndome mi uniforme. Logré encontrar un empleo, en el Starbucks. No era gran cosa, pero logré alquilar un apartamento pequeño. Eso sí, no sé nada sobre Samuel. Día tras día insistió llamándome, mandando mensajes, pero nunca contesté. Le extraño, pero él no me quería.

Salgo corriendo del apartamento, como cada día, llegaba tarde. Ya no sé, ni cómo lo hago. Siempre llego tarde, aunque me prepare temprano. Para mi suerte, vivía cerca, no tenía que coger ningún autobús. Entro dejando mi bolso a un lado, y comienzo a atender los clientes. 

A media mañana, mi teléfono comenzó a sonar. Mi compañero me cubrió momentáneamente, y atendí la llamada.

-¿Diga?-pregunto, al descolgar.

-Buenos días, ¿hablo con Sofía Hernández?-escucho al otro lado, de la línea.

-Sí, ¿quién es?

-Llamo del hospital Fontaneda, ¿conoce usted a Samuel De Luque?

-Em...-titubeo momentáneamente, sin saber qué decir.-Sí, le conozco.

-El señor De Luque, ha entrado de urgencia, por un accidente.









Mi sugar daddy (Vegetta777) *EN EDICIÓN*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora