Capítulo 48

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*Narra Sofía*

La cerradura de la puerta, interrumpe nuestra conversación. Ambas nos giramos hacia la entrada, Samuel entra sonriente, dejando su maletín a un lado. Se acerca a nosotras, dejando un beso en mi frente, y besando la mejilla de mi suegra.

-Hola mamá, ¿cómo tú por aquí?-pregunta Samuel, cuando toma asiento en el sofá.

-Vine de visita, y tu novia me invitó a comer-comenta ella, mirándome sonriente.

-Novia no, prometida-suelta él de golpe, dejando a mi suegra boquiabierta.

-¿Cómo?

-Le he pedido matrimonio, Sofía ha dicho que sí. ¡Nos vamos a casar!

Mi suegra se levanta, para abrazarnos emocionada. Tanto ella como la abuela de Samuel, estaban ansiosas para que nos casáramos. Posteriormente ellos comienzan a poner la mesa, no permiten que yo me mueva, aseguran que debo guardar reposo. Así que tomo asiento en la mesa, mientras ellos terminan de servir.

Al terminar de almorzar, su madre se empeña en lavar los platos. Después se marcha, ya que debía de hacer unos recados. Samuel tuvo que meterse en el despacho para trabajar, ya que no quiere acumular trabajo. De mientras yo busco un libro, entre las estanterías del salón. Cuando encuentro el idóneo, me tumbo en el sofá para leer.

La noche llega sin darme cuenta, el libro casi va por la mitad, y Samuel aún no ha salido. Había pasado todo el día trabajando, es hora de descansar. Dejo el libro a un lado, dirigiéndome a su despacho. Doy un par de toques a la puerta, y entro, cuando me cede el paso. Rodeo el escritorio, sentándome en su regazo, besando sus labios.

-Mi amor, deberías de descansar, llevas toda la tarde sin parar de trabajar-hago un puchero, mientras acaricio su cabello.

-Tienes razón, amor. Venga, vamos a cenar, y ponemos una peli. ¿Te apetece?-sugiere él, cerrando su ordenador.

-Me parece genial.

Samuel me toma en brazos, dirigiéndose hacia la cocina. Allí me deja sobre la encimera, mientras comienza a hacer la cena. Yo me dedico a observar cada uno de sus movimientos, por toda la cocina. Decidimos sentarnos en el sofá, cena en mano, y elegimos una película. Es maravilloso estar así, con mi futuro esposo. 

Cuando terminamos, recojo los platos, para llevarlos a la cocina. Al menos Samuel, me permitió hacer eso. De regreso, me tumbo junto a él en el sofá. Él me abraza por la espalda, mientras que sus brazos reposan en mi cintura. Después de esa película, decidimos ir a la habitación, para ver otra. Así si nos quedamos dormidos, ya estamos sobre la cama, y no incómodos en el sofá. Al final Samuel se queda dormido, apoyado en mi pecho, a mitad de la película. Por mi parte, apago la televisión, y me quedo dormida, acariciando su cabello.


Mi sugar daddy (Vegetta777) *EN EDICIÓN*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora