*Narra Sofía*
Ya estamos de vuelta en casa, muy a nuestro pesar, ya que la luna de miel fue maravillosa. Estuvimos varios días en París, haciendo turismo, visitando lugares increíbles. Posteriormente, visitamos Hawái, donde estuvimos completamente relajados. Por desgracia, nuestras vacaciones terminaron, y Samuel ya está de vuelta en la empresa.
Por mi parte, llevo unos días bastante rara. Desde que me levanto, siento náuseas, y bastante malestar. Además me duermo por las esquinas, no es suficiente con el descanso de la noche. Seguramente estoy cogiendo un resfriado, sí, será eso.
Termino de arreglarme rápido, he quedado con mi suegra, para desayunar en su casa. Los hombres, Samuel y mi suegro, no pueden asistir por el trabajo. Pero no pasa absolutamente nada, porque una mañana de chicas no viene mal. Antes de salir, me aseguro de que todo esté cerrado, y tomo las llaves del coche. Me toca conducir hasta su casa, ya que insistió en que quería prepararme el desayuno.
-Hola cielo, que bien que hayas llegado-comenta ella, abrazándome cuando me ve llegar.
-Buenos días Virginia, gracias por invitarme-contesto, correspondiendo el abrazo.
-Ay no, gracias a ti por venir. Pasa cielo, pasa.
Ambas entramos al comedor, la comida ya está servida en la mesa. Creo que se ha pasado un poco, aunque todo huele delicioso. Juntas tomamos asiento, y comenzamos a desayunar. En mitad de mi cometido, siento que algo sube por mi garganta. Cubro mis labios, levantándome rápidamente, para correr hacia el baño, expulsándolo todo. Unos golpecitos suenan en la puerta del baño, mi suegra se asoma brevemente.
-Cariño, ¿estás bien?-ella termina por entrar, acariciando mi espalda suavemente.
-Sí, sí, lo siento...-tiro de la cadena, tratando de recomponerme.
-Oh vamos, no te disculpes. ¿Seguro que estás bien, cielo?
Asiento con la cabeza, repetidas veces, mientras me ayuda a ponerme de pie. Enjuago mi boca, y salimos del baño. El pasillo me parece eterno, porque no se queda quieto, provocando que me tambalee. Virginia toma mi brazo, dirigiéndome hacia el salón. Ambas tomamos asiento en el sofá, mientras trato de recomponerme.
-Sofía, ¿estás embarazada?-pregunta ella, mirándome dudosa.
-¿Qué? No, no, no-niego rápidamente.
-¿Desde cuándo no tienes la menstruación?
Mi respiración se detiene durante unos segundos, ante esa pregunta. Trato de recordar la última vez que vino, hasta que la tensión recorre mi cuerpo. Miro un poco asustada a Virginia, creo que definitivamente, estoy embarazada. Estos síntomas no son normales, y la otra vez, sucedió lo mismo.
-No te preocupes cielo-comenta a decir mi suegra, tras ver mi cara de susto.-Vamos a ir al doctor, y haremos una prueba.
-De acuerdo.
Ambas tomamos nuestros bolsos, antes de subir al coche. Ésta vez, es ella quien conduce. No permite que sea yo la que conduce, por si el mareo vuelve a recorrer mi sistema, mientras conduzco. Muevo mis manos en mi regazo, estoy muy nerviosa. Virginia me dedica una breve mirada tranquilizadora, diciéndome que todo va a estar bien.
Al llegar, dudo unos segundos, de bajar del coche. Pero es mi suegra, la que me da ánimos. Entrelaza mi brazo con el suyo, y tira suavemente de mí, hacia la entrada del hospital. En la entrada dejo mis datos, posteriormente, una enfermera nos guía hasta la consulta. Allí el doctor me hace una pequeña entrevista, dándome un botecito para tomar una muestra. Además me sacan sangre, para tener doble comprobación. Nos hacen esperar largos minutos en la sala de espera, que siento como horas, antes de reunirnos nuevamente con el doctor.
-Bueno Sofía, déjame darte la enhorabuena. Claramente, estás embarazada-nos comenta el doctor, con los resultados en mano.
Mi suegra empieza a gritar de felicidad, mientras mis ojos se llenan de lágrimas, inevitablemente. Un bebé. Oh, dios mío. Ambas salimos de allí, siento que mi cuerpo no deja de temblar. Mi suegra me abraza fuertemente, sin dejar de hablar sobre el bebé. Está muy emocionada, de que vaya a tener un nietecito. Pero yo... Yo me siento aterrada, de volver a perderlo...
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Mi sugar daddy (Vegetta777) *EN EDICIÓN*
FanfictionImagina por un momento tener a unos padres divorciándose, sufrir los golpes causados por la furia de tu padre. Sentir que tu madre te ha abandonado. Pero tener a un chico que te quiere, pero eres su sugar baby. Imagina, vivir con él. Tener toda una...