Capítulo 45

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*Narra Sofía*

Quito el tapón de la bañera, permitiendo que el agua se vaya. Samuel sale de la bañera, colocándose una toalla, ayudándome a salir. Coloca una toalla rodeando mi cuerpo, y con otra, empieza a secar mi pelo. Después me peina detenidamente, tomando pequeños mechoncitos de pelo, para no hacerme daño. Finaliza secando mi pelo, con el secador.

-Mi amor, voy a arreglarme-comenta besando mi hombro, y mirándome a través del espejo.-Después vendré a recogerte, además he contratado a unas personas, para ayudarte a ti-asiento con la cabeza, sonriendo abiertamente.-No te esfuerces, ¿vale, amor?

-Vale, mi amor. 

Despacio caminamos a la cama, dejándome sentada. Se viste con un pantalón, y una camiseta, para después irse. Lanzo un beso al aire, que atrapa, antes de irse. No tardan en llegar dos mujeres, que me sentaron en una silla, para comenzar a peinarme. Dejaron mi pelo ondulado, recogiendo la mitad, en un broche. Me maquillaron un poco, y después se fueron dejándome sola. Tomo el vestido que ha traído Samuel, era de color rojo, hermoso. Con cuidado, y despacio, consigo vestirme.

Tocan a la puerta, justo cuando termino. Observo por última vez mi reflejo en el espejo, antes de ir a abrir. Samuel me estaba esperando, llevaba un traje, con una corbata a juego con mi vestido. Estaba realmente guapo, como siempre.

-Estás preciosa, amor-muerde sus labios, mirándome de arriba hacia abajo.

-Tú tampoco te quedas atrás, te ves radiante-me acerco para besarle, mientras rodea mi cintura con sus manos.

Tomo su mano, bajando hacia el coche, que nos esperaba fuera. Pensé que íbamos a subir, pero Samuel nos dijo, que el lugar estaba cerca. Así que fuimos despacio, para que no me cansara. Iba contemplando todo París, hasta que entramos al restaurante. La torre Eiffel estaba a lo lejos, pero estábamos más cerca, que en el hotel.

La cena fue tranquila, romántica, y sobre todo deliciosa. Aunque Samuel a cada minuto que pasaba, se encontraba más nervioso. Incluso no dejaba de secarse las manos, en sus pantalones.

-¿Estás bien?-le pregunto, preocupada.

-Sí, ¿por?-responde, igualmente, secándose las manos.

-Te noto nervioso, ¿sucede algo?

-No, no, estoy bien. Tranquila cariño-toma mi mano, entre la suya, dejando un beso.

Samuel llama al camarero, para que nos traiga la cuenta. Éste la trae enseguida, se retira mientras Samuel paga. Posteriormente me propone ir a dar una vuelta, por la zona, por lo que acepto. Me sentía bien, no me dolía absolutamente nada, los medicamentos estaban haciendo su trabajo. Poco a poco, nos acercamos a la torre Eiffel, que estaba iluminada, y se veía preciosa en la noche. Nos dirigimos a las taquillas, compramos las entradas, e hicimos cola para subir.


Mi sugar daddy (Vegetta777) *EN EDICIÓN*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora