Mi sugar daddy (Vegetta777) *EN EDICIÓN*

Capítulo 23

-Quédate sentada, yo puedo-me detiene él, cuando trato de levantarme.

-Peso bastante Samuel, no quiero hacerte daño.

-No pesas nada, eres como una plumilla.

Le saco la lengua, él sonríe, girando la rueda. Cuando llega al apartamento, me levanto para abrir la puerta. Aunque pesara poco, no quería hacerle daño, o que él hiciera un movimiento brusco. Ambos entramos aún hablando, hasta que nos damos cuenta de que, sus padres estaban allí. Nos quedamos petrificados, ¿cómo han entrado? Bueno, seguramente, tienen llaves extra.

-Bueno Samuel, tengo que marcharme-me agacho un poco a su altura, besando su mejilla.

-No, no, quédate Sofía-me detiene, la madre de Samuel.

-No te vayas Sofía, queremos hablar con ambos-dice esta vez, su padre.

Samuel toma mi muñeca, mirándome suplicante. Resoplo un poco, cerrando la puerta, esto me incomoda. Llevo a Samuel hasta el sofá, y tomo asiento a su lado. Estaba muy nerviosa, sus padres querían separarnos, ¿por qué ahora quieren hablar con los dos?

-Escuchen, sabemos que lo que dijimos, está mal. No podemos decidir, sobre tu vida Samuel. No podemos decidir, si podéis estar juntos o no-comenta su madre, mirándonos sonriente. Uy, esto es raro.

-Por un momento, me dejé llevar por los beneficios. Tu madre me hizo reaccionar, hijo. Eso no está bien, Sofía no se le ve como una mala mujer-su padre me mira también sonriente, pero esto no me hace sentir mejor.-Además hemos encontrado, una empresa que, nos beneficiará mucho más.

-Te pedimos disculpas Samuel, a ti también Sofía. Sois libres, de estar con quien queréis.

Samuel y yo nos miramos sonrientes, esto nos hace muy felices, aunque sea una tontería. Pero, ¿qué pasaría ahora con esa chica? ¿Intentará algo contra nosotros? ¿Contra mí? La mano de Samuel apretando la mía, hace que vuelva a la realidad, apartando mis pensamientos. Concentrándome, en lo que sus padres dicen. Estaban despidiéndose de nosotros, ya que se marchaban.

Cuando cierro la puerta, siento como Samuel me abraza por la espalda. Doy la vuelta, pasando mis manos por su cuello. Le abrazo, apoyando mi cabeza en su pecho. Me encantaba oler su característico perfume, ese que tanto me gusta. Disfrutaba de ese abrazo, como si fuera el último. Sintiendo el calor, de alguien que te ama. Sintiendo todo, por él. Por Samuel De Luque...