Capítulo 29

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*Narra Samuel*

Despierto con el dichoso despertador, sonando sin parar, como cada mañana. Lo apago, dándome la vuelta, hacia ella. Sofía aún está dormida, sus mejillas están rojas. Está sudando un poco, y su respiración, está alterada. Paso mi mano por su frente, está ardiendo, siento que está peor que ayer.

Estiro mi mano hacia la mesita, tomando el termómetro, para ponérselo con cuidado. No quería despertarla, no por ahora. Cuando el termómetro pita, anuncia que tiene 40 de fiebre. La zarandeo suavemente, ella se da la vuelta, esquivándome.

-Cariño despierta, tienes mucha fiebre...

-No pasa nada, déjame dormir-ella refunfuña, dándose la vuelta.

-No, levántate, ve a darte una ducha de agua fría. O te llevo a urgencias.

Sofía vuelve a negarse, lloriqueando para que la deje en paz. Me levanto, para llenar la bañera con agua, no muy fría. Regreso a la habitación, aparto las sábanas, y la tomo en brazos. Ya en el baño, le dejo en el suelo, señalando la bañera.

-Venga, métete-le indico, rogando para que me haga caso.

-No quero-hace un puchero, muy tierno, cruzando sus brazos.

-Venga Sofía, no eres una niña pequeña.

Ella vuelve a negarse, dándome la espalda. La desvisto rápido, casi sin que se dé cuenta, y la meto en la bañera.

-¡¿Q-QUÉ HACES?!-grita ella, totalmente sorprendida, tratando de taparse.

-Oh vamos, ya te he visto desnuda antes, no tengas vergüenza. Además que, tú no querías meterte, en la bañera.

Sofía se cruza de brazos, visiblemente enfadada, dándome la espalda. Yo me limito a mojarle, para que le baje la fiebre. Todo el baño, está en silencio. Únicamente se escucha el agua, y la respiración de ambos. Ella aún permanece de espaldas a mí, con las piernas cruzada. Su espalda era perfecta, y de su moño, caían pelos pequeñitos.

Al cabo de un rato, noto que su piel está menos caliente. Era hora de que salga de la bañera, para tomar su medicación. Le pido que se levante, tomando una toalla, para cubrirla entera. A continuación, la tomo en brazos nuevamente, para llevarla a la habitación. Tomo su temperatura, y compruebo que ha bajado.

-Cariño, siento mucho, lo que ha sucedido-me agacho hasta su altura, tomando sus manos.-Sólo quería que te pusieras buena, y mira, te ha bajado la fiebre.

Ella sonríe, dándome un beso. Como tantas veces habíamos hecho, como tanto me gustaba. Realmente estaba loco de amor, por esta preciosa mujer. Cuando nos separamos, le dejo en paz para que se vista, mientras yo me encargo del desayuno.

*Narra Sofía*

Tras vestirme tranquilamente, me dirijo hacia la cocina. Samuel está haciendo el desayuno, o eso parece. Le abrazo por la espalda, dejando un beso en ésta, antes de sentarme en la barra. Él me dedica una sonrisa, sirviendo todo lo que había preparado, y tomando asiento a mi lado. Estaba delicioso, aunque fuera lo más simple del mundo.

-Quiero que dejes de trabajar-comenta él, provocando que me atragante con el zumo.

-¿Qué?

Mi sugar daddy (Vegetta777) *EN EDICIÓN*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora