Capítulo 51

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*Narra Sofía*

La noche llega a nuestra casita, recién me había duchado, y puesto mi pijama. Preparo la cena, el plato favorito de Samuel, dejándolo todo en la mesa. Ya con todo servido, me dirijo hacia su despacho, para avisarle. Doy dos toquecitos, pero no escucho la respuesta, por lo que asomo mi cabeza. Le falta poco, para meterse por completo en el ordenador.

Bajo nuevamente hacia la cocina, esperando a que baje para cenar. Mis brazos están cruzados, mientras que miro a un punto fijo. De fondo escucho la puerta del despacho abrirse, y unos pasos acercándose a la cocina. Samuel entra en silencio, tomando asiento a mi lado. Acto seguido comienza, prácticamente, a engullir la comida. Incrédula mantengo mi mirada sobre él, para ver si así, me presta algo de atención. Pero no lo consigo, él continúa como si nada.

Dejo el plato intacto, levantándome de golpe, dirigiéndome hacia nuestra habitación. Me siento a un lado de la cama, las lágrimas me caen solas. ¿Y si ha perdido el amor por mí? Quizá ya no me quiere, ya no me desea. Soy un fantasma, para él.

Noto que el otro lado de la cama se hunde, es Samuel. Pasa un brazo por mi espalda, pero me separo de golpe. Él me ha ignorado, ahora lo hago yo.

-¿Por qué te has ido?-pregunta él, sin acercarse.-Mi amor... Mi cielo, ¿qué ocurre?-pregunta él, en un tono suave. Tratando nuevamente, de acariciar mi espalda. Me alejo un poco más, todo lo que puedo en la cama.-Cariño, dime, ¿qué sucede?

-¿En serio me preguntas? Llevo un mes detrás de ti, ya no me abrazas, no me besas, no hablas conmigo, no me tocas, no pasas tiempo conmigo, no nada. Y cuando te sientas en la mesa, para comer, solo engulles la comida. Luego te vas a trabajar, y solamente te veo cuando te acuestas o te levantas-hago una pausa, limpiando mis lágrimas enfadada.-Si ya no me quieres, dímelo, y me voy.

-Claro que te quiero, te amo mi amor-él se levanta de la cama, arrodillándose delante de mí.-Me tienes loco completamente, mi niña. Siento muchísimo lo que mis acciones han provocado, pero quiero trabajar al máximo, para que cuando nos casemos, pueda aprovechar el tiempo contigo-Samuel seca mis lágrimas, dando pequeños besitos.-Lo siento de verdad, perdóname. Soy un idiota.Sus manos secan mis lágrimas, tratando de consolarme.

Me lanzo a sus brazos, abrazándole, necesitaba sentir su calor, que tanto había extrañado. Él susurra en mi oído, una y otra vez, que lo siente. Beso sus labios suavemente, sintiéndole nuevamente. Le extrañaba.

-¿Me perdonas?-pregunta, separándome un poco, para ver mi rostro. Yo asiento, besándole nuevamente.-¿Sabes qué? Voy a dejar el trabajo por hoy, nos sentamos en la cama, y me muestras todas las novedades de la boda. ¿Quieres, princesa?

-Vale, me parece bien.

-Pero antes, tenemos que terminar de cenar. Tú ni siquiera has tocado tu cena, y yo he dejado la mitad.

Samuel vuelve a tomarme en brazos, mientras yo voy dándole besos por el camino. Con cuidado me deja en la silla, dejando un beso en mi frente. Continuamos hablando, mientras cenamos tranquilamente. Más tarde ambos recogimos la cocina, antes de subir a nuestra cama. Samuel no tarda mucho, en unirse a mi lado. Había ido al despacho, para apagar su ordenador. Abro el ordenador, buscando la carpeta, con todos los archivos, y le muestro todas las novedades. De mientras sus brazos, permanecen rodeándome, dejando algunas caricias.

Mi sugar daddy (Vegetta777) *EN EDICIÓN*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora