Humo | Ángela C. Domenech

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¿Recordáis que dije en la reseña de Un viajero errante que era mi primer amor de Wattpad pero no el único? —ahora otra más si añadimos Malestarpues hoy os hablo de mi segundo amor: una alegoría sobre el cielo y el infierno en una distopía siniestra, oscura, con mucha crítica respetuosa a la religión.

En este caso, voy a hacer un poco de trampa. No está terminada como tal, pero como la autora lo ha dividido en partes, se puede evaluar, porque tiene una estructura completa. Va por ciclos cronológicos según los recuerdos del personaje protagonista, por tanto, hay una historia para cada etapa. Puedo valorarla de forma justa en todos los sentidos a la perfección, pero tendréis que seguir esperando las actualizaciones. Dicho esto, vamos a por Humo de DhalyaSweet

 Dicho esto, vamos a por Humo de DhalyaSweet

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No se qué contaros primero. Humo sigue a un artista cojo y atormentado que no ha superado una relación tóxica incluso después de la muerte del susodicho. La vida presente y los recuerdos de Mikhael Bauer, un hombre que además de ser artista y ganarse el pan —en este caso diré las patatas— pintando mártires y santos para la Iglesia, se encarga de dibujar los planos de las infraestructuras que protegen la ciudad donde viven del resto del mundo infectado de demonios, criaturas horribles, pantanos y ciénagas mortales.

Lo primero que quiero decir en favor de Humo es el control que la chica tiene sobre el arte y cómo lo usa a su favor para crear toda una metáfora maravillosa. A ver, voy a ser honesta: yo tengo debilidad por los protagonistas artistas atormentados. Yo he escrito y podéis verlo sobre un artista atormentado muy parecido a Mikhael —bien podrían ser hermanos separados al nacer Amor y Mikhael, ambos productos de una alegoría religiosa —pero si hay una cosa que sé hacer es ser objetiva cuando toca. Y ahora toca.

Una de las estrategias que se utiliza a la hora de escribir es hacerlo sobre lo que uno sabe y es un consejo tremendo, obvio pero tremendo. ¿El problema? Que la gente es muy basiquina —léanlo con acento asturiano de pura cepa, por favor —y se creen que eso implica hablar sobre tu vida aburrida en un trabajo o la prepa. Pues no. Hablar de lo que se sabe es lo que ha hecho Ángela, señores; usar sus conocimientos sobre una materia para enriquecer la historia con matices, para redondearla, para darle estilo y belleza, para aportar claroscuros. Así sí.

A lo largo de toda la obra va diseminando referencias, apreciaciones, descripciones que le aportan esa madurez que diferencia a una mediocre de una buena. Ya no es solo el realismo con el que puede crear a un escultor/pintor, sino también el ambiente con el que lo rodea, es un 2×1. Humo nos enseña porque debemos hablar de lo que sabemos. Lo resumo en eso, porque si no me pasaría la noche entera hablando sobre el arte y acabaría haciendo aquí un ensayo ¡y hemos venido a hablar de su libro!

Hilado con lo anterior, una de las cosas que más me ha gustado es lo bien que describe la situación general. Las palabras con esta chica cobran vida. ¿Y cómo lo sé? Pues porque he leído mucho y cuando la leía a ella no dejaba de imaginarme lugares que me venían a la mente que los identificaba parecidos. Ha sido capaz de crearme una visión mental en una persona que después de 6 películas de Harry Potter seguía sin verle la cara a Ron cuando me puse con el último libro. Y ojo que esto me ha pasado fuera de Wattpad solo con mi querido Murakami.

No sé a qué huelen las nubes | Reseñas y recomendacionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora