¿Cuánto podemos hacer sufrir a nuestros personajes?

1.1K 105 196
                                    


Drama. Ay el drama. Cuánto nos gusta el drama, no me digáis que no. Tanto el positivo como el negativo. Que el empresario de turno sea un capullo que le mola pegar con el látigo a la chica universitaria pero virgen (imposible, la vida te ha jodido ya) no molaría tanto si no fuera una persona atormentada con un pasado atroz, una madre yonkarra. El horror. Inserten gif de Apocalypse now!

 Inserten gif de Apocalypse now!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No, en serio, es que imaginaos. Os sacrificáis con sexo salvaje, o sea, folláis (os dejáis follar, más bien) fuera de la cama, vamos a ver: FUERA DE LA CAMA EN UNA HABITACIÓN ROJA, ¡que eso hace daño a la vista! y os encontráis con que al señor simplemente le gusta pegar, porque nació con ese gusto sexual y no hay detrás un príncipe azul que parece gris porque está manchado de mierda. O sea, qué estafa es esa. Volved a la ferretería de donde ha salido y pedid la devolución.

Mierda con la que culpan a sendas mujeres, porque claro, todo es culpa de las mujeres y él es un pobrecito que se deja llevar por la ira y la desgracia y drama todo drama. Tan pronto están las señoras llorando como deseando tirar su marido a la basura e ir corriendo a echar currículums en todas las ferreterías del barrio. Eso es lo que mueve montañas, el drama. ¿O no?

Pues no.

Bueno, sí. Pero son montañas feas que no nos interesan mover. Si te apetece bañarte en una piscina de dinero, pues o bien os registráis como sugar babies u os montáis una película más rocambolesca que eso u os sacáis un temazo de trap, pero casi que no sigáis leyendo, porque os iréis a la ruina, seguro.

¿Qué es la ficción? ¿Dónde se encuentra el tope de lo dramático y lacrimógeno? ¿Cuánto podemos hacer sufrir a nuestros personajes? ¿Cómo les podemos hacer sufrir? ¿Qué tipos de sufrimiento hay?

Los dragones molan muchísimo. Eso HBO bien lo sabe. Los zombies parece que nos aburren. Eso HBO bien lo sabe, por eso George R. R. Martin dijo: "no pero chicos, los míos son zombies de hielo". Y venga huargos que luego no meten en las batallas porque o es el gigante o es Fantasma, no hay lana pa'todo. Y venga sacerdotisas pirómanas. Y venga fuego Valyrio (qué problema tiene esa serie con el fuego). Y venga cambiapieles. Ah no, pero no os ilusionéis, eh, que la friendzone es universal en el sentido más amplio de la palabra. No hay nada que salve a Jorah, lo siento.

Con todo eso, quién no va a querer leerse esos tochacos. Si es que es normal, es que tiene enganchado de principio a final, hasta que se mueren los interesantes y solo quedan los que no soporta nadie o los favoritos del autor cofcofTyrioncofcof. Sin quitarle el mérito, que a mí me fascina Juego de Tronos, pero siendo justos, es muy fácil que su saga sea un éxito, porque tiene drama por un tubo. Y nos encanta. Ojo, que no todo el mundo sabe llevar ese tipo de novela.

Nos encanta ver sufrir a la gente, para sentirnos más afortunados nosotros. ¿O no? También nos encanta ver a Bridget Jones sufrir y aunque haga una sopa azul vomitiva y este "gorda" —que no se os pasen desapercibidas esas comillas—consigue a los dos tíos del libro. Sufrimos con ella y nos consolamos pensando que nosotros aún no hemos llegado al final de nuestra peli y aún tenemos tiempo de no morir solos con seiscientos sesenta y seis gatos. O murciélagos, que son más monos.

No sé a qué huelen las nubes | Reseñas y recomendacionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora