¡ESTAMPIDA!

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"Pero maestra, todavía no encontramos el loto de fuego celestial, ¿Cómo podemos ayudar a su cultivación?" Bai Yao sabía lo importante que era encontrar el loto de fuego celestial para su maestra, eso ayudaría a la maestra a entrar en el camino de la cultivación.

Claro que Bai Yao no sabía todo lo que le ocurrió a Bai Feng durante su desaparición. Ahora era la dueña de un palacio milenario, la maestra de cinco bestias divinas y la persona que alcanzó la etapa de 'General de plata' en tan solo dos meses. Seguramente el pequeño gatito estaría tan sorprendido que se olvidaría incluso de comer.

"No te preocupes por..." Justo cuando Bai Feng estaba a punto de contarle todo lo sucedido en los tres picos del cerezo, un extraño sonido proveniente de las profundidades del bosque llamo su atención.

Bai Feng fijo su mirada en las oscuras sombras que se movían entre los árboles, en la oscuridad de la noche esos ojos fieros y brillantes parecían tener una gran intención asesina. Los rugidos de las bestias se escucharon en todo el lugar.

"M-Maestra... ¿Eso es?" Cuando Bai Yao escuchó esos aterradores rígidos no pudo evitar temblar en el hombro de Bai Feng.

".... Hay que salir de aquí" la voz de Bai Feng era muy baja y contenía una mezcla entre preocupación y urgencia.

".... Maestra.." Bai Yao no termino de hablar antes de que innumerables bestias espirituales saltarán desde todos los ángulos con los ojos inyectados en sangre.

"¡Estampida!"

Bai Feng dió un grito y comenzó correr entre la maleza.

Una estampida de bestias espirituales era un suceso muy poco común que pasaba únicamente dentro de sus tierras. Las bestias espirituales se reunían en grandes masas para erradicar a todos los humanos que entraban en su territorio y una vez que esa ola de bestias azotaban contra las personas, ni siquiera un 'Emperador de oro' podría escapar. Durante el tiempo que tardan en reunirse, mayormente no son vistas, no es de extrañar que no hubiera ninguna bestia espiritual desde el momento en el que ingresaron al bosque.

Cuando esto sucedía solo había una alternativa y esa era ¡Correr!

La velocidad de Bai Feng mientras corría y saltaba sobre las ramas de los árboles era casi anormal, pero lo más anormal era que las bestias espirituales estaban a tan solo cinco metros de ella.

Todos los árboles y rocas eran destruidos por la ola de bestias masiva, lo único que quedaba por el camino en el que pasaban era solo los escombros.

Muy pronto llegaron hasta la ladera de un precipicio.

Las bestias espirituales rodearon a Bai Feng desde todas las direcciones.

"¡Demonios!" Bai Feng maldijo su propia suerte, ella solo quería regresar a casa...

"¡Maestra!... ¿Q-Que hacemos?" Bai Yao estaba muy preocupado, sino salían de esta situación pronto ¡Se convertirían en la cena de estas bestias! Él tenía que proteger a su maestra no importa que.

Mientras que Bai Yao pensaba en alguna forma de garantizar la seguridad de su maestra, feroces rugidos sacudieron la tierra.

*Rugido, Rugido*

La calma del cielo nocturno fue irrumpido por dos enormes fuerzas, un majestuoso pavo real y un enorme dragón dorado descendieron de entre las nubes. Todas las bestias espirituales que inicialmente estaban tan descontroladas, ahora solo podían agachar la cabeza y temblar de miedo frente a estas dos divinidades.

El majestuoso pavo real parecía ser la criatura más hermosa del mundo, sus plumas azul marino resplandecían como gemas en la oscuridad y esos puros y limpios ojos rosados le daban el aire de un ser que nunca antes había sido profanado por los males de este mundo.

Por el contrario, el gran dragón dorado batía sus enormes alas en el cielo, el brillo de sus escamas doradas se combinaba con la luz de la luna y su arrogante mirada era la de una persona que miraba al mundo como si fuera insignificante, el monarca de los dragones, la criatura que reinaba sobre diez mil bestias tanto espirituales como sagradas, ese era el dragón dorado.

El gemido del pavo real y el rugido del dragón dorado hicieron que todas las bestias se estremecieron, las cientos de bestias espirituales nunca imaginaron que estás dos criaturas aparecieran aqui ¡Eso los hizo temblar hasta la muerte!

Las pobres bestias espirituales no eran las únicas que temblaban, el que parecía estar apunto de sufrir un infarto era Bai Yao.

Inicialmente creyó que una masa de bestias espirituales era aterrador, pero ahora que aparecieron estos dos tipos ¡Definitivamente estaba asustado!

Por el contrario a Bai Yao, Bai Feng estaba muy tranquila, por fin dió un suspiro de alivio. Ella invocó a las dos bestias divinas Wang Hua y Mu Jin Yue para probar su poder y salvar su pellejo.

Aunque sabía que su nivel de fuerza había alcanzado el pináculo de la etapa 'General de plata' ella no era rival para todo un mar de bestias desalmadas.

¡Incluso alguien como ella conocía la delgada línea que separaba la valentía del suicidio!

Las dos enormes bestias que aún continuaban en el cielo dieron un rugido antes de que sus cuerpos comenzarán a brillar y a descender.

Una segadora luz dorada envolvió al dragón divino y casi al mismo tiempo un torbellino de plumas consumió el cuerpo del pavo real. Entre todo este extraño suceso un par de delicadas figuras aparecieron bajo el resplandor de la luna.

El hombre alto y hermoso como una flor vestía una túnica rosada con delicados estampados dorados que mostraban su candente torso desnudo, tenía una mirada tierna que combinada con la pureza de sus soñadores ojos rosados le daban la apariencia de un dios qué bajó desde el mundo celestial hasta el mundo humano.

Junto a él estaba una pequeña y encantadora figura, su cabello rubio brillaba como los rayos del sol y sus grandes y bonitos ojos dorados mostraban una pizca de arrogancia mientras miraba a todas las bestias espirituales arrodilladas ante él, llevaba una pequeña y adorable túnica amarilla con estampado de dragón, sus blancos pies desnudos parecían haber sido tallados en jade e incluso sus uñas eran semejantes a final joyas.

"Se atrevieron a tratar de atacar a mi maestra... Debes estar listo para morir" Wang Hua ya no tenía la delicada y tímida mirada que siempre estaba dibujada en su rostro. Mientras miraba a las bestias espirituales sus bellos ojos rosados se convirtieron en dos tempranos de hielo y su voz reveló una gruesa sed de sangre.

Señorita Prodigiosa: La Leyenda Del Doctor DivinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora