En la mansión del emperador del infierno, Wangzi Hei estaba sentado en su oficina aparentemente leyendo un libro, tenía la cabeza perezosamente apoyada en una de sus manos mientras pasaba las páginas una y otra vez.
No muy lejos de él se encontraba un alto hombre de tez morena, tenía el cabello castaño y afilados ojos marrones, estaba vestido completamente de blanco y tenía una expresión un tanto extraña mientras observaba a su joven maestro sentado frente a él.
Gotas de sudor frío comenzaban a caer por su ruda piel de trigo, inesperadamente sus manos empezaron a temblar mientras cerraba los ojos con impotencia.
¿Qué le pasa al joven maestro hoy?
Después de que llegó a la mansión hace un día, el joven maestro parecía estar en otro mundo. Se comportó de una manera extremadamente extraña, cambió el color de todas las cortinas de la mansión a rojo, compró cientos de perfumes florales, los olió, pareció no agradarle el aroma y los tiro y lo más loco de todo fue que empezó ordenarle a sus subordinados que buscarán a una hermosa silueta roja con una máscara dorada.
¡¿En dónde demonios se supone que encontraremos a esa persona en la masa de gente que hay en el país?!
¿Será que el joven maestro se golpeó la cabeza en el bosque? ¿O el sol salió por el norte el día de hoy?
¡Y sigue actuando de manera extraña en este mismo momento!
El pobre guardaespaldas Baiyan miró intensamente a su joven maestro mientras gritaba en su corazón.
¡Joven maestro usted no se ha dado cuenta pero, ha estado sosteniendo ese libro al revés durante más de dos horas!
Baiyan no tenía las agallas suficientes para decirle este hecho a su joven maestro...
Wangzi Hei sintió la mirada de Baiyan y levantó la cabeza mientras decía.
"Baiyan... ¿Qué significa cuando una persona piensa todo el día en alguien?
Las palabras de Wangzi Hei eran frías y confusas, pero aún así sacudieron todo el cuerpo del guardaespaldas.
Baiyan miró con incredulidad al hermoso hombre frente a él, no podía creer que este hombre sanguinario diría tales palabras, casi pensó que sus oídos lo engañaban estuvo a punto de golpear su cabeza contra la pared.
Finalmente Baiyan reunió todo el coraje de su cuerpo y logro abrir la boca.
"Maestro... Cuando piensa tanto en alguien... ¿No significa eso que piensa en matar a esa persona? ¿Tal vez es su enemigo?" Baiyan dijo lo que pensaba con mucha honestidad ¿Si no era eso entonces que era?
Wangzi Hei escuchó en silencio las palabras de Baiyan y luego reflexionó. Él definitivamente no quería dañar a esa persona.... Por el contrario, quería acercarse a él, ser su amigo.
(N/T: obviamente es una forma de autoengaño...)
Inconscientemente recordó cuando se encontró con esa persona en el bosque, no pudo ver su cara ni saber su nombre, solo recordó la vaga silueta roja, esa cautivadora voz que lo dejo casi sin aliento y el suave e inolvidable tacto de esa pequeña mano.
Sin tener claro el motivo ¡Aunque volteara cielo, tierra y mar definitivamente tenía que volver a reunirse con esa persona!
"¿Alguna información sobre la persona que pedí que encontrarán?" La fría y penetrante voz de Wangzi Hei resonó en toda la oficina.
Baiyan se secó rápidamente el sudor frío de la frente mientras levantaba la mirada para encontrarse con los diabólicos ojos bicolor de su joven maestro.
"Se le informa al maestro, no hemos tenido ningún dato de la persona que pidió encontrar el maestro..." Baiyan sintió un horrible escalofrío en la espalda, lentamente levantó la cabeza y se encontró con la aterradora mirada de su maestro.
La cara de Wangzi Hei estaba completamente negra, cuando escucho que no habían encontrado a esa persona sintió como si su corazón fuera estrujado ¿Qué pasaría si nunca más vuelve a ver a esa persona? ¿Será que le pasó algo? ¿Todo lo que sucedió esa noche fue un sueño? ¡No! No fue un sueño, el continúa recordando la voz de esa persona incluso cuando está dormido...
"Duplica el progreso de las investigaciones, quiero su paradero dentro de una semana, puedes retirarte" Wangzi Hei sintió que era una perdida de tiempo seguir hablando asi que le ordenó a su guardaespaldas que se marchara.
"Si, con su permiso" Baiyan hizo una leve reverencia antes de desaparecer en la oscuridad.
La oficina se volvió muy silenciosa de repente y solo un suspiro se pudo escuchar.
Wangzi Hei jugueteó con el pincel en su mano mientras le preguntaba al vacío.
".... ¿En dónde puedo encontrarte?"
..........
De vuelta en la capital, cierta llamativa figura rojo se frotó la nariz después de estornudar.
"Parece que alguien está hablando de mi..." Bai Feng estaba de vuelta en la capital, sus días en el bosque Ting podrían considerarse como bien aprovechados, ahora tiene cientos de núcleos y muchas hierbas medicinales de alto nivel, cuando llegue a la mansión lo único que tenía que hacer era conseguir un horno y comenzar a refinar las píldoras.
Los comerciantes empacaban sus cosas para marcharse a la próxima ciudad después de la finalización del festival de la flor de cerezo.
Las calles continuaban siendo muy ajetreadas, las personas iban y venían en todas las direcciones.
Para evitar ser empujada Bai Feng decidió entrar en un callejón y tomar un atajo, en ese lugar apenas habían personas y las pocas que se encontraban eran mendigos o algún que otro ladrón.
Mientras caminaba, Bai Feng se topó con un chico apoyado en una de las paredes con la cabeza gacha, estaba sentado en el suelo y tenía la ropa cubierta de sangre.
En ese momento Bai Feng puso los ojos en blanco mientras miraba el cielo.
Dios mío ¿A cuantas personas más tendré que salvar para poder satisfacerte?
Bai Feng dió un suspiro de impotencia y se acercó al joven.
Una vez frente a él...
Bai Feng se agachó y tomo la muñeca del joven para revisar su pulso, pero se sorprendió mucho cuando el joven abrió de repente los ojos y tomo la mano de Bai Feng, él tenía la mirada fija en los encantadores ojos azules de la persona vestida de rojo.
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Señorita Prodigiosa: La Leyenda Del Doctor Divino
Casuale"Quiero que te cases conmigo" dijo cierto príncipe de cierto país. "¿Estas soñando? ¡Yo se lo pedí primero!" dijo el arrogante rey de los demonios mientras fruncía el seño. *Suspiro* "No veo el motivo de su discusión, al fin y al cabo ella será mía"...