Cecil era el asistente personal de An Yize, siempre se encontraba a su lado para atenderlo y servirlo de todas las maneras. Bai Feng ya se había encontrado con este hombre en repetidas ocasiones, y era un hecho que Cecil era un cultivador en la etapa intermedia de 'Emperador de oro' así que, ¿Cómo era posible para él terminar en este estado?
Sus meridianos estaban gravemente dañados, aunque no era suficiente como para matarlo, el simple hecho de tener los meridianos destrozados fue suficiente como para frenar el cultivo de un marcialista. Además. Los ojos de Bai Feng se estrecharon y la frialdad se expandió por sus pupilas. Después de revisar el estado de Cecil, estaba clara que fue envenenado por una sustancia increíblemente potente, hasta el punto de que incluso ella quedó sorprendida.
Hace algún tiempo trató el veneno del cuerpo del príncipe heredero, aunque fue un poco difícil, no hubo inconveniente. Pero ahora, frente al veneno en el cuerpo de Cecil, Bai Feng no pudo evitar arrugar con más fuerza las cejas.
Con su poder pudo deducir perfectamente que ese veneno fue creado con más de tres mil hojas venenosas, lo cual no era una hazaña sencilla en lo absoluto. La persona que lo creo debió ser un maestro del veneno bien versado en la alquimia y la refinación de píldoras, de ser así, en verdad resultó ser un gran problema.
Sin atreverse a demorarse más, Bai Feng colocó una de sus delicadas manos blancas como el jade en la frente ensangrentada de Cecil, la clara y limpia energía espiritual fue transmitida lentamente a través de la palma. Pero un momento después, las cejas de Bai Feng saltaron hacia arriba. Desde su palma, podía sentir un leve flujo de energía desconocida, una energía densa contraría a la energía de la luz.
Aunque el desconcierto brilló en sus ojos, no detuvo su tratamiento.
Después de un momento, algunas voces se escucharon desde la distancia. Bai Feng levantó la mirada y se encontró con los dos hermanos Xue, Xue Tan y Xue Yue. Tal vez pasó mucho tiempo desde de que se fue, por lo que ambos salieron a buscarla.
Sin cambiar la expresión en su rostro, miró a los dos hombres y dijo, "Necesito que me ayuden a sacarlo de aquí"
Xue Yue y Xue Tan se miraron el uno otro, luego siguieron la mirada del joven maestro y encontraron a un hombre cubierto de sangre aplastado bajo una pared de roca. Al instante entendieron las intenciones de su joven maestro, se agacharon un poco y ejerciendo algo de fuerza movieron todos los escombros. Después de recibir los cuidados del joven de traje rojo, ambos hermanos ya habían recuperado por lo menos un 80% de su fuerza, dejando de lado algunos arañazos, sus heridas internas ya se habían curado, así que mover algunas cosas no requería de mucho trabajo.
Bai Feng estiró las manos y ayudó a Cecil a salir, el pobre hombre tuvo que arrastrarse, pues sus piernas aún estaban inmóviles.
Siendo liberado, Cecil trató de regular su respiración mientras se sentaba en el suelo.
Bai Feng le pasó una píldora de recuperación mientras preguntaba, "¿Puedes decirnos lo que sucedió?"
Cecil cogió sin restricciones la píldora y se la llevó a la boca, luego de escuchar la pregunta, su cuerpo tembló y pareció vacilar por un momento.
"... El maestro y todos nosotros fuimos capturados por ellos..."
Bai Feng frunció el ceño,"¿Ellos?"
Asintiendo con la cabeza, Cecil continuó, "Hace algún tiempo nuestras tierras fueron masacradas por los muñecos de barro, el maestro guío a nuestra gente para encontrar un lugar seguro al cual regresar pero... despues de llegar aquí, fuimos emboscados. El maestro instruyó a los soldados de quedarse para ganar tiempo y dejar que las mujeres y los niños se fueran y llegaran a la barrera..."
Hasta aquí, Cecil cerró la boca, se mordió el labio y continuó, "... Pero al final, un hombre extraño tocó una melodía desconocida y los cadáveres comenzaron a levantarse, después de eso, todos fueron capturados..."
Escuchando esto, los ojos color cielo de Bai Feng se enfriaron y una gruesa intención asesina comenzó a emanar de su cuerpo, "¿Qué hay de tí?"
Cecil levantó la cabeza, "... Pensaron que estaba muerto y me dejaron atrás"
"¿Sabes a dónde se los llevaron?" Bai Feng continuó preguntando.
Cuando Bai Feng escuchó las palabras 'Hombre de la flauta' ya tenía cierta idea de la identidad de esa persona.
Cecil abrió un poco los ojos, luego arrugó las cejas tratando de recordar, pero al final negó con la cabeza, "Lo siendo, lo único que alcancé a oír antes de desmayarme fue algo sobre una persona con nombre Jin..."
"¡¿Qué dijiste?!" Al oír ese nombre, el cuerpo de Bai Feng se puso rígido al instante.
Jin. Si, seguramente no era otro que ese hombre. Ella aún recordaba su encuentro de la última vez. Esa presión insondable e ilimitada que parecía demoler sus huesos y carcomer su alma como un siniestro veneno mortal. Esa vez, ella era realmente impotente, hasta el punto en el que ese hombre podía aplastarla con un solo dedo. Además, ese era el cuerpo de su 'hermano' la persona a la que quería salvar.
Este mundo era realmente pequeño. Bai Feng se rió con una burla fría. Escuchando el testimonio de Cecil, era muy probable que Bai Hui Shen tuviera algo que ver con ese tal Senior Jin. Si ese era el caso, Bai Feng ya no tenía que andar corriendo como un pollo sin cabeza, buscando a ambas partes en diferentes direcciones. Si ambos hombres estaban trabajando juntos, entonces, sin importar la dificultad, tendría que matar a dos pájaros de un tiro.
Pero incluso así, Bai Feng no era ninguna idiata. Sabía que el Senior Jin era una persona temiblemente poderosa y que contaba con un vasto ejército de muñecos de barro y cuerpos vivientes, derrotarlo no sería una tarea fácil en lo absoluto. Fuera de eso, el alma de su hermano aún estaba ahí, aunque casi se había apagado, incluso si se trataba solo de un pequeño fragmento, Bai Feng podía salvarlo.
Pensando en esto, los puños de Bai Feng se apretaron hasta que incluso sus dedos comenzaron a palidecer. Su fuerza aún no era suficiente, ella tenía que ascender al reino inmortal, solo así protegería a los que quiere.
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Señorita Prodigiosa: La Leyenda Del Doctor Divino
De Todo"Quiero que te cases conmigo" dijo cierto príncipe de cierto país. "¿Estas soñando? ¡Yo se lo pedí primero!" dijo el arrogante rey de los demonios mientras fruncía el seño. *Suspiro* "No veo el motivo de su discusión, al fin y al cabo ella será mía"...