El hombre de la cicatriz

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El hombre era alto y musculoso, una túnica negra cubría la mayor parte de su cuerpo, haciéndolo casi invisible en la oscuridad de la noche. No era guapo, pero tenía un rostro bastante regular, lástima que sus rasgos fueron arruinados por una larga y horrible cicatriz rojiza que iba desde su mentón hasta su ojo izquierdo.

El hombre miró a su alrededor como si buscará a alguien, pero después de revisar varias veces y no encontrar a nadie, finalmente estalló y soltó un siniestro alarido. Ese gruñido ronco no era algo que un humano normal pudiera hacer, ya que se parecía mucho al rugido de las bestias listas para salir a cazar.

Bai Feng, quien no se encontraba muy lejos de allí, lo observó en silencio desde las sombras, sus ojos azules como el cielo ahora eran profundos y sombríos como un lago congelado, sin una pisca de calidez en ellos.

El hombre extraño pareció sentir que alguien lo miraba, su cuerpo se puso rígido mientras giraba la cabeza con demencia, pero al final, a parte de él, no se encontraba nadie más. Con el cuerpo casi envuelto en la oscuridad, el hombre aulló muchas veces, sus ojos descoloridos no tenían sentimientos, solo un frío vacío muerto.

Las cejas de Bai Feng se arrugaron levemente, por alguna razón el cuerpo de esta persona le dió un fuerte sentimiento de peligro, algo que no sentía desde ya hace algún tiempo. Era extraño, ella se sentía amenazada incluso cuando su oponente no mostraba ninguna rastro de energía espiritual, si no fuera por los fuertes sentidos de Bai Feng, seguramente lo confundiría con una persona normal.

Hasta aquí, Bai Feng no se atrevió a quedarse un segundo más, después de asegurarse de que Yun Xiao se llevara a los demás, movió los pies y usó su habilidad especial para alejarse. Sin embargo, junto antes de dar el primer paso, por el rabillo del ojo notó que el sujeto extraño se giraba repentinamente en su dirección, la sangre de Bai Feng se heló en sus venas, no se detuvo ni por un momento mientras aceleraba su escape.

El hombre vestido de negro notó que la otra parte se movía, sus ojos inyectados en sangre nunca dejaron el cuerpo de Bai Feng mientras se abalanzaba en el aire para perseguirla.

El cuerpo de Bai Feng se movía como una brisa de viento, era tan rápida que apenas se podía ver su sombra, pero lo más sorprendente no era la velocidad inhumana de Bai Feng, sino la capacidad física del hombre de traje negro.

Las pupilas de Bai Feng se dilataron cuando se dió cuenta de que estaba por ser alcanzada, su sorpresa aumentó más al percatarse de que aquel hombre no estaba usando ningún artefacto ni energía espiritual para perseguirla, ¡Solo usó su cuerpo!

Bai Feng pateó el suelo y saltó a lo alto de un edificio, no podía seguir perdiendo el tiempo en este lugar, tenía que escapar antes de que Bai Hui Shen y los otros se dieran cuenta de su presencia. Al final, Bai Feng decidió ignorar al hombre que le venía pisando los talones, en unos cuantos movimientos más, su delgado cuerpo saltó la muralla de piedra que defendía la ciudad y se sumergió en las profundidades del desierto.

Pero para su sorpresa, el hombre no se detuvo incluso después de haber salido de la ciudad, todo lo contrario, se volvió más salvaje y desenfrenado.

Hasta aquí, Bai Feng tuvo muchas ganas de llorar pero no tenía lágrimas. Sus pies no se detuvieron y mientras levantaba una enorme horda de polvo, continuó corriendo por las interminables tierras del desierto negro. Todo eso mientras era frenéticamente perseguida por un psicópata que no podía ser más extraño.

Finalmente, después de un par de horas de correr sin sentido, la paciencia de Bai Feng tocó fondo y se dió la vuelta. Sus ojos fríos miraron la sombra oscura que le había dado dolor de cabeza durante esas largas dos horas y no pudo evitar reírse maliciosamente.

"¿Quieres pelear? ¡Bien entonces!"

Esta vez, en lugar de darse la vuelta y escapar, Bai Feng decidió probar suerte y enfrentarse al extraño. Una honda de energía escapó de su cuerpo mientras se lanzaba con un puñetazo. Su puño blanco como la nueve estalló contra el cuerpo musculoso de la otra parte, haciendo que la arena oscura bajo sus pies se levantara.

El hombre pareció sorprenderse por ese ataque, pero luego de un segundo sus ojos se oscurecieron y levantó la cabeza para soltar un largo y profundo aullido. Luego de eso, sus manos se juntaron en un extraño ángulo y sus ojos comenzaron a brillar con un ligero matiz púrpura.

Antes de que Bai Feng pudiera reaccionar, sus ojos vieron como el hombre se movía a una velocidad monstruosa mientras se acercaba a ella. Sus puños se habían convertido en un par de garras filosas, cuyo brillo asesino resplandecía casi como el dios de la muerte a la hora de matar.

Bai Feng usó sus manos para sacar un puñado de los agujas plateadas, esa pequeñas agujas fueron arrojadas directamente hacia el hombre, apuntando a sus nervios locomotores y órganos vitales. Si fuera en otro momento, Bai Feng estaba segura de que ese ataque no hubiera funcionado, pero ahora que había alcanzado la etapa de Santo Luminoso, bañar sus agujas en energía espiritual era tan fácil como chasquear los dedos.

Señorita Prodigiosa: La Leyenda Del Doctor DivinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora