Las mañanas dentro de los 'Tres picos del cerezo' no eran muy diferentes a las del mundo exterior. La única diferencia sería que en este lugar no se podía encontrar ninguna otra forma de vida aparte de las plantas y árboles. Pero podría decirse que todos los días se puede apreciar un glorioso amanecer, las luz del sol adorna los pétalos de los cerezos que bailan con el viento junto con la brisa, las enormes fuentes de jade blanco brillaban como hermosas joyas y el majestuoso palacio que nacía en el centro del mar de árboles de cerezo es digno de llamarse una fantacia que solo podría verse dentro de los sueños.
En la parte trasera del palacio de jade, se encuentra un lugar conocido como 'los campos elíseos' cuyo mar de flores blancas se extiende hasta donde alcanza la vista.
En medio de ese lugar se encontraba una persona cuya destacada ropa roja contrastaba con el delicado color blanco de las flores. La persona vestida de rojo estaba sentada sobre una enorme roca y bajo la exquisita máscara dorada que ocultaba la parte superior de su rostro se podían apreciar un par de ojos firmemente cerrados.
Pero de pronto las largas pestañas de la persona vestida de rojo comenzaron a temblar levemente... Poco a poco los ojos inicialmente cerrados empezaron a abrirse lentamente.
Muchas personas se jactan de que no existen los ojos más hermosos de todos... pero después de ver esta escena, seguramente dudarían de su propia afirmación.
Bajo la máscara dorada, un par de hermosos ojos color cielo se mostraron con un brillo reluciente. Los absorbentes iris agua marina eran resaltados por los gloriosos rayos del amanecer...
Claro que Bai Feng no era consiente de lo hermosos que podrían llegar a ser sus ojos. Ella simplemente se levantó, sacudió su ropa y se estiró perezosamente.
A diferencia de la última vez, en esta ocasión Bai Feng sabía con exactitud cuanto tiempo había estado cultivandose dentro de los campos elíseos.
Fueron cuatro meses...
*Gruñido*
Un pequeño rubor rojo subió por las mejillas de Bai Feng mientras se masajeaba el estómago. Justo cuando estaba por volver al palacio de jade, un par de figuras muy familiares salieron corriendo a la velocidad de la luz...
"¡Maestra~! ¡Por fin ha terminado de cultivar!" Wang Hua fue el primero en llegar. Sus hermosos ojos rosados contenían enormes lágrimas mientras se tiraba a los brazos de su maestra.
"¡Oye! ¡No te acerques tanto! Y por favor, maestra~ al menos muestre algo de resistencia" Al ver las desvergonzadas acciones de Wang Hua, Mu Jin Yue frunció con fastidio sus pequeñas cejas. Esto hacía del gran dragón dorado aún más adorable...
"¿Ehhh? Pero estuve esperando el regreso de la maestra por cuatro meses..." La voz de Wang Hua estaba llena de quejas mientras miraba herido a Mu Jin Yue.
"¡¿Acaso eres un niño?! ¡Pórtate como una bestia divina honrada y digna! ¡Maldición...!" La pequeña y lechosa cara de Mu Jin Yue se puso roja de ira mientras señalaba con su regordete dedo a Wang Hua.
Al ser regañado tan brutalmente, Wang Hua puso una expresión como si estuviera apunto de romper en llanto. Aunque el dragón dorado tuviera la apariencia de un niño en este momento, él aún seguía siendo tan estricto como siempre.
*Gruñido*
Después de escuchar este pequeño y extraño sonido, todos los presentes se sumieron en el silencioso...
"...."
"...."
"...."
Bai Feng bajó la cabeza para ocultar su vergüenza...
¡Dios! ¡Que embarazoso!
"Jajajaja... Maestra, ¿Por qué no entramos de una vez? Le prepare algo de comer" Una brillante y amable sonrisa se formó en los labios de Wang Hua. Cuando su maestra tenía hambre su actitud era muy linda.
"Creo que tiene razón, iré por algunas frutas del huerto" Después de ver la avergonzada apariencia de su maestra, toda el disgusto que Mu Jin Yue sintió hace un momento fue instantáneamente borrado. Ahora de buen humor fue a buscar frutos en el huerto medicinal.
.........
Después de unos minutos, Bai Feng se sentó en la mesa mientras esperaba a que Wang Hua terminara de cocinar.
No muy lejos de ella estaba Mu Jin Yue quien acababa de volver del huerto medicinal con una gran cesta llena de fruta fresca. Utilizando sus pequeñas manos de jade comenzó a separar los tallos y las hojas de cada fruto.
Una alegre sonrisa se formó en los hermosos labios de Bai Feng... No sabía cuándo comenzó a sentirse como parte de una familia, aparte de las personas en la mansión Xue.
Y aún habían otras tres bestias divinas esperando a ser despertadas...
Mientras pensaba, un delicioso aroma comenzó a salir de la cocina... Ah, Wang Hua cada vez tengo más respeto por tus habilidades culinarias.
"Por cierto, maestra, ¿Cuanto a progresado su cultivo?"
"¿Eh?... Ahora que lo mencionas... todavía no lo he comprobado" La voz de Mu Jin Yue despertó a Bai Feng de sus pensamientos.
"Ya veo... Entonces, permítame" Después de sus palabras, Mu Jin Yue cogió una de las muñecas de Bai Feng y virtió lentamente su poder espiritual.
Momento después, los cristalinos ojos dorados de Mu Jin Yue se ensancharon con sorpresa mientras dirigía su mirada a su maestra.
"M-Maestra... Creo que usted es una genio aterradora... ¡Su cultivo ya ha llegado a octava etapa de 'Emperador de oro'!"
"¡¿Qué?! ¡¿Tan rápido?!" Al escuchar las palabras de Mu Jin Yue, Bai Feng casi se cae de la silla. Es cierto que la primera vez que empezó a cultivarse avanzó a una velocidad casi inhumana, pero cada vez que su cultivo de hacía más y más fuerte también se hacía mucho más lento...
¡Ella no esperaba llegar casi a las finales de la etapa de 'Emperador de oro'!
Mu Jin Yue retiró sus manos de las muñecas de Bai Feng y con una sonrisa satisfecha dijo.
"Maestra, con su nivel actual ya es suficiente como para despertar al quilin de fuego, podemos empe-"
*CRACK*
*BOON*
*CRASH*
Antes de que Mu Jin Yue terminara de decir su frase, una serie de fuertes sonidos se escuchó desde la cocina.
"¡W-Wang Hua! ¡¿Qué sucede?!" Gritó Bai Feng mientras se levantaba apresuradamente de la silla.
Pero antes de que si quiera pudiera dar un paso, Wang Hua salió disparado de la cocina a la velocidad de la luz, se lanzó a los brazos de Bai Feng con lágrimas en los ojos y con una mirada suplicantes gritó.
"¡Maestra! ¡Piénselo bien! ¡Puede liberar a Yun Xiao o a Wu Wei Li! P-Pero si libera a Yan-Yan... ¡Si lo hace, la castidad de la maestra correrá peligro!"
"¿Eh?" Bai Feng inclinó la cabeza a un lado con confusión.
Wang Hua se secó las lágrimas y volvió a dirigir su mirada a Bai Feng.
"¡Yan-Yan es el enemigo natural de todas las mujeres! ¡El quilin de fuego es un pervertido!"
Okey, ahora sí que no entiendo nada.
Bai Feng frunció el seño y luego dirigió su mirada a Mu Jin Yue.
Mu Jin Yue tenía una sonrisa amarga mientras asentí con la cabeza a la interrogante mirada de su maestra. Si, él sabía perfectamente el comportamiento obsceno del quilin de fuego, pero eso no quitaba el hecho de que el quilin de fuego, por más pervertido que fuera, aún seguía siendo una bestia divina. Además, si se atrevía a hacerle algo a su maestra ¡Yo, Mu Jin Yue, el gran dragón dorado, le rompería todos los huesos!
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Señorita Prodigiosa: La Leyenda Del Doctor Divino
Random"Quiero que te cases conmigo" dijo cierto príncipe de cierto país. "¿Estas soñando? ¡Yo se lo pedí primero!" dijo el arrogante rey de los demonios mientras fruncía el seño. *Suspiro* "No veo el motivo de su discusión, al fin y al cabo ella será mía"...