Después de que el peligro fuera evitado, Bai Feng se encontraba cómodamente acostada en una suave cama, mientras su cuerpo era cubierto por unas cuantas vendas en sus brazos y en la pierna derecha. Las largas pestañas de la mujer cubrían sus párpados, proyectando una pequeña sombra bajo sus ojos, su pecho subía y bajaba, parecía indicar que estaba profundamente dormida.
Pero de pronto, los ojos de Bai Feng comenzaron a abrirse con tranquilidad. Sus movimientos fueron tan naturales, parecía ser que en lugar de estar dormida, solo estaba cerrando los ojos.
"Maestra, buenos días" Una profunda voz masculina resonó en la habitación.
Bai Feng giró la cabeza y se encontró con un apuesto hombre vestido de negro parado respetuosamente entre las sombras. En medio de esa oscuridad, ese par de luminosos ojos azules, que brillaban como los ojos de un lobo ártico, eran inusualmente encantadores.
Bai Feng frunció el ceño por un segundo antes de que sus ojos se llevarán de una agradable sorpresa.
"Tu eres Yun Xiao, ¿Verdad?" La melodiosa pero fría voz de la dama sorprendió un poco a Yun Xiao.
"Me honra que la maestra recordara el nombre de este humilde" Contestó el hombre de negro.
Bai Feng asintió y luego cambió su mirada a los muebles de la habitación. Debe decir que se sorprendió un poco al notar la gran variedad de muebles caros en su entorno. Sillas, mesas, cuadros, vasijas e incluso las cortinas fueron bordadas con hilos de oro.
"¿Qué es este lugar? ¿Donde estamos?" Preguntó Bai Feng.
"Respondiendo a la maestra, estamos en la cuidad Hua Nai, dentro de la mansión de An Ji, ya pasaron tres días desde que la maestra cayó en coma, este es el cuarto día" Respondió con un tono respetuoso Yun Xiao.
Al oír esas palabras, los iris de Bai Feng no pudieron evitar contraerse un poco.
¿Ciudad Hua Nai? ¿No era esa la ciudad que se encontraba cerca del mar Lan Mu? Este es el puerto principal de todos los comerciantes...
Yun Xiao pareció notar la perplejidad de su maestra, pero antes de que lograra explicarle las cosas, el sonido de la puerta al abrirse interrumpió sus palabras.
"¡Maestra~! Ya despertó, estaba tan preocupado~ ¡Si la maestra muere, entonces este hermoso hombre se irá con ella!" Yan, el quilin de fuego, entró por la puerta mientras clamaba una declaración 'apasionada' hacia su maestra.
Bai Feng secretamente arrugó las cejas, mientras pensaba para sí misma: 'Si fuera a morir contigo, preferiría una vida llena de sufrimiento'
Claro que Yan no tenía ni idea de que estaba siendo despreciado internamente pero... a decir verdad, tenía sus propias intenciones secretas. Su pequeña y gruñona maestra casi nunca mostraba su verdadero rostro, es por eso que en esta oportunidad, aprovecharía al máximo ver el rostro de su maestra, la mujer más bella del mundo, ¿Quién sabe? ¡Si tiene suerte incluso es posible realizar una pintura en secreto! La escena sería... ¡El momento en el que su maestra se encontrara tomando un baño!
Si Bai Feng supiera de los impuros pensamientos de Yan, seguramente se levantaría de la cama y aplastaría el estúpido rostro frívolo de su lasciva bestia contractual.
Pero los pensamientos de Bai Feng eran pequeños comparados con los de Yun Xiao.
Los agudos ojos azules de Yun Xiao se estrecharon peligrosamente mientras fulminaba a Yan con la mirada, ¿Cómo no saber lo que el quilin estaba pensando? En solo imaginarse los pensamientos de Yan, un escalofrío recorrió la espalda de Yun Xiao ¡La seguridad de la maestra era incierta incluso en su propio territorio! Debe pensar en una manera de tratar con la perversión de Yan lo más rápido posible...
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Señorita Prodigiosa: La Leyenda Del Doctor Divino
Random"Quiero que te cases conmigo" dijo cierto príncipe de cierto país. "¿Estas soñando? ¡Yo se lo pedí primero!" dijo el arrogante rey de los demonios mientras fruncía el seño. *Suspiro* "No veo el motivo de su discusión, al fin y al cabo ella será mía"...