¡La mansión está en llamas!

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"Si, el doctor divino, la persona que armó un gran alboroto en los rumores de la capital" Respondió el maestro Hai.

Una pequeña luz brilló en los ojos color rubí de An Yize mientras que una pequeña sonrisa adornaba su hermoso rostro.

"Si, también he oído hablar del doctor divino. El médico milagroso con la capacidad de salvar a una persona de las garras de la muerte. También me he enterado de que el mismo doctor divino curó las piernas de un cultivador después de estar paralizado durante muchos años, ¿Cierto?" Dijo An Yize con una gentil sonrisa.

"Veo que el maestro An sabe muchas cosas, es cierto, pero aparte de saber que el doctor divino vive actualmente en la casa de la familia Xue, no se sabe nada más" Exclamó el maestro Hai.

"Mmm... Ya veo"

Por un segundo, la gentil sonrisa en el rostro de An Yize se transformó en una siniestra expresión, casi indetectable.

.........

Por otro lado, entre las sombras de la mansión, un par de figuras se movían a la velocidad del viento.

Ambas figuras, una grande y la pequeña, saltaban con gran habilidad sobre los tejados. Momento después se detuvieron encima de una de las ventanas.

"Parece que tenemos que empezar..."

La persona que habló, era la pequeña figura negra, una maliciosa sonrisa se formó en sus pequeños labios mostrando una fila de dientes tan blancos como perlas.

Al escuchar sus palabras, la otra figura negra asintió la cabeza con aprobación.

Ambas figuras entraron por la ventana a una lujosa habitación.

Dentro de la habitación habían muchas cosas de primera clase, ya sean muebles o adornos, todo era de primera categoría.

Recostado en una enorme cama se encontraba un joven de unos 16 años. No podía considerarse devastadoramente apuesto pero tenía rasgos muy delicados. Una piel blanca como el jade, un sedoso cabello negro y largas pestañas, este era un joven con una belleza un poco más alta que la de las personas promedio.

"Bien, yo me quedaré aquí, Wang Hua ve por la chica..."

La pequeña figura negra no era otra que Mu Jin Yue disfrazado. En una de sus regordetas manos sostenía un pequeño frasco de porcelana mientras que su otra mano le daba indicaciones a la otra figura negra que, por cierto, era el gran pavo real Wang Hua.

"Si, voy en seguida" Dijo Wang Hua antes de desaparecer entre las sombras.

Mu Jin Yue sacó una pequeña píldora rosada del frasco, se acercó al joven en la cama y se la metió cuidadosamente en la boca.

Mientras tanto recordó la extraña idea de su maestra....

Bai Feng: "Necesito que le quiten la castidad al hijo de Hai Kang"

Cuando oyeron esas palabras, tanto Mu Jin Yue como Wang Hua no pudieron evitar abrazar su propio cuerpo en estado de shock mientras que sus hermosos rostros se volvieron tan pálidos como un fantasma.

Bai Feng: "No lo malinterpreten, lo que quiero que hagan es que el hijo de Hai Kang se comprometa con otra mujer, de esta manera evitamos... ¿Me están escuchando?"

Ambos asintieron después de suspirar con alivio.

¡Gracias al cielo que no era ninguno de ellos!

En fin, de esta manera escucharon el siniestro plan de la maestra. Una botella de afrodisíaco indetectable una vez que entra dentro del cuerpo y una pastilla que oculta la presencia espiritual fueron sus principales herramientas.

Unos minutos después, Wang Hua entró por la ventana con una bella chica en sus brazos. La niña parecía tener alrededor de 15 años, con el cabello castaño y una delicada cara tallada en porcelana.

"¿Esta está bien...?" Preguntó Wang Hua.

"Si, cumple con los requisitos" respondió con indiferencia Mu Jin Yue.

Wang Hua colocó a la joven en la cama después de haberle quitado toda la ropa y darle la píldora del afrodisíaco.

"Listo... Ahora a tomar precauciones" una aterradora sonrisa apareció en los labios de Mu Jin Yue mientras que sus bellos ojos dorados brillaban con malicia.

Por alguna extraña razón, el cuerpo de Wang Hua sintió un horrible escalofrío.

Ambos, el pequeño y el grande comenzaron a deshacerse de todas las ropas, cortinas, sábanas, todo desapareció en un instante.

Momento después, los dos cuerpos en la cama comenzaron a moverse. Parecía que la temperatura estaba subiendo para ellos dos.

La joven tenía el rostro enrojecido mientras pequeños gemidos comenzaron a salir de su boca uno tras otro.

De la misma manera, el hombre también empezó a sucumbir bajo el efecto del afrodisíaco.

Al ver la candente escena frente a él, Wang Hua no pudo evitar sonrojarse, se cubrió la boca con la mano mientras veía con asombro las lascivas acciones de las personas en la cama.

Mu Jin Yue notó su mirada y no pudo evitar suspirar.

"... Demasiado inocente"

Luego de sus palabras, Mu Jin Yue levantó su pequeña mano de jade y una enorme llama ardió con fiereza. Luego apunto a los muebles y lanzó la bola de fuego, en poco tiempo parte la habitación comenzó a incendiarse.

La llama también fue lanzada en las otras habitaciones y en tan solo unos cuantos minutos, la mansión Hai se sumió en un gran alboroto. Claro que los dos perpetradores, hace tiempo que habían desaparecido.

"¡¿Qué demonios significa todo esto?!"

"¡Tenemos que detener el fuego!"

"¡Informen de esto al maestro!"

Todos los guardias y sirvientes de la mansión corrían de un lado a otro tratando de controlar las feroces llamas que parecían nunca extinguirse.

Mientras tanto....

Dentro de la habitación, las dos personas que continuaban enredadas entre sí, no parecían percatarse de lo que estaba ocurriendo a su alrededor. El hombre estaba cubierto de sudor mientras la joven lanzaba delicados gemidos al aire. Por alguna extraña razón, las llamas parecían no afectarles en los más mínimo.

Y así, las dos personas segadas por la lujuria no se dieron cuenta de que acababan de cometer el mayor error de sus vidas...

..........

En la sala principal de la mansión Hai, se encontraban los tres hombres discutiendo sobre asuntos relacionados al doctor divino cuando un guardia interrumpió su conversación.

"¡Maestro algo malo sucedió!"

"¡¿Qué puede ser tan malo como para darte las agallas de interrumpir?!" Rugió el maestro Hai.

Al escuchar sus palabras el guardia se sacudió un poco antes de decir.

"¡La mansión está en llamas!"





Señorita Prodigiosa: La Leyenda Del Doctor DivinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora