Cerca de una semana después, Bai Feng y los dos hermanos Xue llegaron a las afueras de capital imperial, que en este momento estaba plagada de Ni Kuilei. Los edificios habían sido reducidos a escombros y de algunos incluso quedaban las cenizas. Las cejas de Bai Feng se frunciron con fuerza, sus ojos eran mucho más fríos de lo normal y una presión invisible comenzó a nacer desde su cuerpo. La ciudad capital era el único lugar al que ellos podían ir después de la tormenta de arena en el desierto negro, volver a la barrera era una idea que se esfumó tan rápido como el humo en el cielo. Si ellos se atrevían a regresar, era muy posible encontrar a los muñecos de barro y, si ellos decidían volver a atacar la barrera, ninguna persona estaría a salvo.
Según la información proporcionada por Xue Tan y Xue Yue, en la capital se encontraba una gran parte de energía concentrada, la misma energía que vivía dentro del cuerpo de los muñecos de barro. Su plan inicial era ir con algunos soldados para averiguar, pero quién diría que al final casi todos fueron exterminados.
Al recordar la muerte de sus hombres, tanto Xue Yue como Xue Tan apretaron los puños y cerraron los ojos para ocultar su amargura. Al verlos de esta manera, Bai Feng solo pudo quedarse en silencio, ella comprendía perfectamente lo que ambos estaban sintiendo en su corazón. Era la misma impotencia que ella sintió cuando era cautiva en alguna parte de las montañas. No poder hacer nada, solo quedarte quieto y ver cómo otros destruyen tus aspiraciones, al final pierdes la voluntad de seguir adelante y te adentras en un camino lleno de sombras.
Pero es precisamente ese mismo sentimiento de impotencia lo que le permite a las personas perseverar para superar las dificultades y conseguir un nuevo comienzo. Es lo que ella estaba haciendo ahora, y lo que seguramente los dos hombres también harían.
Después de evitar a algunos grupos de Ni Kuilei, Bai Feng y los hermanos se adentraron sigilosamente en la ciudad, evitando caminar por las calles y llamar la atención. Gracias a una píldora que Bai Feng había inventado con anterioridad, la presencia de las tres personas fue totalmente cubierta. Pero lo chocante era ver las montañas de cadáveres agrupados en el piso, incluso alguien como Bai Feng no pudo evitar sentir un ataque de náuseas.
El estómago fue abrido por completo, mostrando los órganos y tripas ensangrentadas. Después de un minucioso análisis, se notaría con claridad que el corazón había sido arrancando y que la víctima sufrió una muerte horrible y viciosa. Pero lo que en realidad hizo que se estremecieran, fue la escena que se presentó después.
Eran los mismos cadáveres, cubiertos de sangre y con los órganos al descubierto, caminaban lentamente por las casas, sin hacer ningún sonido, casi como un alma en pena buscando a alguien para atormentar. Esto hizo que el rostro ya pálido de los hermanos Xue palideciera aún más, por un momento, incluso estuvieron a punto de sacar sus armas, pero fueron detenidos por Bai Feng.
Hasta aquí, la mayor parte de las sospechas de Bai Feng se resolvieron de inmediato. Esto era algo que ya había experimentado en el pasado, en el 'valle de hielo' el pueblo de los muertos vivientes. En ese momento, conoció a una extraña persona, Bai Hui Shen, el flautista capaz de reanimar a los cadáveres y hacer que se movieran a su antojo. En el pasado, Bai Feng aún quería encontrarse con ese hombre y vengar las cosas que el muy bastardo le había hecho a Wang Hua en aquel momento.
Pensando en esto, los labios de Bai Feng se engancharon en una mueca fría, sus ojos casi se habían convertido en un par de helados témpanos de hielo. Hacía un tiempo que quería encontrar a ese hombre y saldar algunas deudas, otra razón para esto también era descubrir la relación que ese sujeto tenía con ella y ese tal Senior Jin.
El hombre de la túnica plateada también se había convertido en una de sus principales preocupaciones. La escena que vió dentro del libro de las almas hizo que entendiera muchas cosas, aunque la mayoría de ellas aún estaban empañadas por una niebla y las imágenes eran difusas, la verdad estaba allí, en frente de sus ojos. Bai Feng nunca fue una persona que creyera en casos como una nueva vida o reencarnación, pero al parecer su punto de vista era el verdadero erróneo.
Aunque ella misma no podía creerlo, al parecer fue una diosa en su vida pasada, una de las dos entidades más importantes y fundamentales del mundo, la diosa que reinaba en el océano de la noche y la oscuridad, la representación viviente del Yin. El niño de sus recuerdos era su hermano, el dios de la luz y de las nuevas oportunidades, la presentación del Yang, la energía positiva.
Según el libro de las almas, ambos fueron separados por culpa del dios de la oscuridad, cuyo corazón fue consumido por la sed de venganza. Al principio quiso apoderarse de ella, pero al no poder lograr su cometido, optó por controlar el cuerpo de Yang. Debido a las ondas oscuras producidas por el dios de la oscuridad, Yang sufrió una gran perdida de sus poderes, su conciencia casi se había disipado. Pero Bai Feng estaba segura de que el niño aún seguía vivo, estaba vivo pero no tenía control sobre sí mismo, ahora solo podía observar como era tan descaradamente controlado por un Dios ambicioso.
Pero esta historia era algo que aún no se lograba explicar con claridad. Habían muchos agujeros en todas partes, las cosas se tornaban locas y algunas ni siquiera tenían sentido, era muy agobiante. En esos recuerdos también aparecía la presencia de un hombre, un hombre que cubría su rostro bajo el velo de su sombrero de bambú, era una figura misteriosa, a tal punto que ni Yun Xiao podía dar una explicación clara sobre él.
En la actualidad, Bai Feng y los dos hermanos entraron en lo que solía ser la casa del primer ministro del Imperio, lugar que ahora se encontraba vacío y en ruinas. Con cada paso adelante, más fuerte se hacía la variación de energía negativa y la cantidad de Ni Kuilei también iba en aumento. Era muy peligroso tratar de ir en este momento, lo mejor sería sentarse y descansar hasta recuperar parte de sus fuerzas.
No se sabía si era de día o de noche, ya que el color rojizo del cielo aún no se había desvanecido incluso después de tantos días. Bai Feng se sentó sobre una roca y cerró los ojos, usó su fuerza interna para examinar los alrededores, en busca de algún posible enemigo. Pasaron varios minutos, fue entonces, cuando de repente, los ojos de Bai Feng se abrieron abruptamente, al instante saltó de la roca y avanzó un par de metros.
Desde los restos de una construcción, una persona asomaba las manos por debajo de la pared demolida, la sangre aún goteaba de su cuerpo, pero el hombre seguía vivo.
Los ojos de Bai Feng se oscurecieron cuando se puso se cuclillas frente a esa persona. Después de unos segundos, pudo ver cómo el hombre levantaba lentamente su cabeza bañada en sangre, pero cuando vió a Bai Feng, sus ojos casi apagados comenzaron a brillar.
"... Usted"
Bai Feng escuchó esa voz, la reconoció de inmediato, la sorpresa reinó en todo su rostro mientras exclamaba.
"¡Eres Cecil!"
(Zheffora: Recuerden que Cecil es el asistente personal de Ah Yize, el Rey demonio.)
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Señorita Prodigiosa: La Leyenda Del Doctor Divino
Random"Quiero que te cases conmigo" dijo cierto príncipe de cierto país. "¿Estas soñando? ¡Yo se lo pedí primero!" dijo el arrogante rey de los demonios mientras fruncía el seño. *Suspiro* "No veo el motivo de su discusión, al fin y al cabo ella será mía"...