La ciudad subterránea

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Dentro de una espaciosa habitación, un hermoso hombre vestido de negro se sentó detrás del escritorio mientras jugaba con el pincel que tenía en las manos. Su par de peculiares ojos bicolor permanecían tiesos y fríos como un bloque de hielo y en su frente blanca como la porcelana se encontraba un llamativo loto púrpura. El hombre parecía estar inmerso en sus pensamientos, hacia mucho tiempo que se encontraba en esta situación, hasta el grado de que comenzó a preocupar a sus subordinados.

Bai Yan tragó saliva mientras trataba de ocultarse lo más posible en la esquina de la habitación, su maestro parecía no ser el mismo desde esta mañana y ese comportamiento desinteresado ya había comenzado a darle escalofríos.

Desde la llegada de los extraños muñecos hechos de barro, su maestro había movido a toda la secta fantasma a la ciudad subterránea, cuyas puertas fueron cerradas poco después. Ahora, una gran cantidad de cultivadores bajo el mando del emperador del infierno vivían y entrenaban en este lugar, debajo de la tierra.

Cuando empezó la guerra contra los Ni Kuilei, el mundo cayó en un completo caos, la muerte se encontraba en todos los rincones del país, y la vida comenzó a tomar un nuevo giro. Pero gracias a la protección de la barrera, millones de personas pudieron encontrar un refugio en cual estar tranquilos y seguros, el emperador de Bai Xi hizo un acuerdo con los monarcas de los otros países para dar inició a la resistencia contra las criaturas de barro y recuperar sus tierras.

También fue debido a esta propuesta que los cultivadores de varios lugares fueron tratados como el oro, grandes grupos de familias y famosas sectas espirituales comenzaron con una masiva recolección de discípulos, todo con el fin de formar tantos cultivadores como les fuera posible, entre más gente tenían de su lado, más poderosa sería su influencia.

De esa manera, se formaron cinco bandos que dividieron la barrera de protección: El primero consistía en la secta de los doce espíritus, cuya mayoría de discípulos fueron enviados a la guerra. El segundo bando estaba formado por los domadores de bestias que ocupaban toda la zona sur de la barrera. El tercer bando fue formado por los templos y santuarios sagrados que esparcían sus bendiciones para proteger a la gente. El cuarto era el dominado por el emperador del infierno en la ciudad subterránea, cuya ubicación aún seguía siendo un misterio para la mayoría de las masas. En cuando al quinto bando, este estaba formado por la población que no eran ni guerreros ni cultivadores, sólo un grupo de aldeanos comunes y corrientes.

La enorme secta fantasma se encontraba en medio de su entrenamiento en la ciudad subterránea, el número de cultivadores ya excedía el medio millón y todos ellos estaban la estaba tardía de 'General de plata', un sólo puñado de estos hombres ya eran suficientes como para masacrar a un ejército completamente, así que medio millón de estos hombres eran un asunto simplemente aterrador.

Pero, la situación actual era un poco preocupante...

Bai Yan cerró los ojos con impotencia al observar a su maestro, desde algunas horas atrás, su gran señor se encontraba supervisando personalmente la práctica de sus hombres, cuando de repente se levantó de la silla y camino directamente a su oficina, sin decir una sola palabra.

Este hecho preocupó un poco a Bai Yan, quien inmediatamente lo siguió, pero justo cuando se encontraba listo para atravesar la puesta de la oficina, escuchó a su maestro decir unas palabras mientras miraba por la ventana.

"... Él ha vuelto"

Sólo bastó ver la pequeña sonrisa en la cara de su maestro para que Bai Yan supiera de quién se trataba.

Bai Yan se rascó la cabeza y sonrió tontamente.

Ah, el novio del maestro ya había regresado.

Al principio fue impactante, el pobre subordinado casi se desmayó cuando se enteró de que su gran, noble y venerado maestro, el emperador del infierno... ¡Se le propuso a un hombre!

Aunque no lo demostraron en su rostro, todos los seguidores del maestro lloraron silenciosas lágrimas de sangre cuando se enteraron de que su ídolo... era un manga cortada.

Recordando lo ocurrido, Bai Yan soltó un largo suspiró en su corazón, ellos estuvieron sorprendidos, pero el que casi pareció morir en el instante que escuchó la noticia, fue sin duda el viejo maestro de la secta fantasma. El pobre anciano se sorprendió hasta más allá de las palabras, su dedo estuvo apuntando a su nieto casi todo el día, quería regañarlo pero no sabía por donde comenzar.

(N/T: ¿Recuerdan que en el capítulo en el que Bai Feng salvó a Wangzi Hei en el bosque?, este dijo que estuvo ahí para encontrar una planta medicinal para su abuelo, bueno, ahora estamos hablado del mismo abuelo.)

Mientras Bai Yan pensaba en eso, la puerta de la oficina fue abierta muy bruscamente, dejando entrar a un anciano con la cabeza repleta de canas blancas.

"¡Estúpido nieto no filial, te atreves a casarte con otro hombre y te olvidas de este viejo saco de huesos!" La larga barba del anciano temblaba mientras escupía palabra por palabra.

Wangzi Hei lo ignoró y comenzó a revisar algunos documentos.

El viejo se enojó hasta el punto de hechar humo por las orejas, a grandes zancadas se acercó al escritorio de su nieto y habló con indignación, "¡No ignores a tu abuelo! ¡Te digo que no te quiero casado con otro hombre, he dicho!"

Wangzi Hei remojó el pincel en la tinta y fingió escuchar el zumbido de una mosca.

El viejo señor de secta Hei apretó los dientes, "En todo este tiempo siempre creí que el nieto del cual estaba tan orgulloso se casaría con una belleza y tendría muchos hijos, ¡pero resultó que ese mismo nieto era un idiota sin remedio! Mira que enamorarse tan descaradamente de un hombre, ¡¿Cómo se supone que tenga a mis bisnietos ahora, ah?! ¡Este anciano ya está viejo, tengo un pié en la tumba y mi único deseo era ver crecer a mis lindos bisnietos! ¡Pero ahora, gracias a tí, hombre doblado, ya no cumpliré mi sueño!"

Esta vez, Wangzi Hei levantó la cabeza, sus fríos ojos bicolor observaron silenciosamente al ruidoso hombre frente a él, "Simplemente supéralo ya"

El anciano se enojó, "¡¿Es que no te das cuenta de en donde estamos ahora?! ¡Este es el Armagedón! ¡Y tú, nieto no filial tienes muchos enemigos, si te matan con quien me quedaré! ¡Tú puedes morir, yo cuidaré de tu descendencia!"

En esta extraña situación, las esbeltas cejas de Wangzi Hei se alzaron, incluso él se sorprendió por las descaradas palabras del viejo que tenía por abuelo.

Soltó un pesado suspiro y habló, "No te preocupes, no me importa tú opinión"

El viejo señor de secta se enfadó aún más, "¡Como te atreves! ¡Oye! ¡No me ignores!"

Wangzi Hei comenzó a escribir pausadamente en el pergamino mientras hacía caso omiso al parloteo de su abuelo.

No muy lejos de ahí, Bai Yan se quedó sin palabras. Por alguna razón sintió que su trabajo había aumentado últimamente...

Señorita Prodigiosa: La Leyenda Del Doctor DivinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora