El palacio de jade en el mundo del anillo

4.5K 523 21
                                    


La mujer cuya túnica roja estaba rasgada y sucia, tenía un rostro que desafiaba incluso a los cielos, su cara era tan hermosa que parecía haber sido tallado en el más fino jade, tanto su nariz, labios, cejas e incluso sus pestañas estaban minuciosamente detalladas y le daban la apariencia de un hada que había descendido al mundo humano.

La mujer parecía estar inconciente, o al menos hasta que sus largas pestañas comenzaron ligeramente a temblar. Frunció un poco sus hermosas cejas antes de abrir lentamente los ojos. Sus ojos podían ser considerados los más hermosos de todos, su color azul traslúcido parecía reflejar claramente el alma de las personas mientras capturaba sus corazones. Era muy difícil imaginar que una belleza como esta existiera en este mundo.

Claro que Bai Feng era totalmente inconciente de su propia apariencia. Ni bien abrió los ojos en su corazón comenzó a maldecirse a sí misma ¿Cómo es posible que acabe en otro lugar? ¿Es que acaso los dioses tenían algo contra ella?

Con gran dificultad logró ponerse de pie para examinar su entorno. Pero lo que vio casi hace que sus ojos se cayeran de su órbita, era claro que ya no estaba en la cueva, pero ahora parecía haber llegado a un enorme bosque de cerezos, no importaba a donde viera, todos y cada uno de los árboles eran cerezos en pleno florecimiento, cuyos pétalos bailaban con el viento y sus colores variaban entre rojo, rosa y blanco.

"¿A donde demonios fuí a parar esta vez?..."

Bai Feng declaró para sí misma que hoy era el día de los viajes interdimensionales, primero fue a parar a una horrible cueva subterránea en la cual casi muere y ahora a un paraíso repleto de hermosos cerezos, no importaba por cual ángulo lo vea, casi parecía un chiste.

Mientras estaba inmersa en sus pensamientos, se dió cuente de que no era tiempo de permanecer parada como una estatua en el mismo lugar. Rápidamente sacudió la cabeza para concentrarse y comenzó a buscar un camino para salir del bosque de cerezos.

Mientras caminaba sin ningún rumbo, escuchó el leve sonido del agua y pensó que tal vez haya algún río cerca de aquí. Mientras hubiera un río habría gente, así que sin pensarlo dos veces aceleró sus pasos.

Después de caminar por un buen rato el sonido se hacía más y más fuerte, pero para su sorpresa, no se trataba de un río, si no de una hermosa fuente de agua cristalina. La fuente era tan alta como un pino y parecía haber sido hecha con jade blanco pulido, el agua que emanaba era tan pura y cristalina como las lágrimas de una doncella.

Al lado de la fuente Bai Feng notó un enorme camino hecho con el mismo material de jade blanco pulido. Aunque la vista era maravillosamente hermosa, lamentablemente tenía que seguir adelante si quería salir de este lugar, así que sin más demora, comenzó a avanzar por el camino de jade.

En el trayecto notó que los árboles no parecían terminar nunca y mientras más avanzaba la luz a su alrededor se hacía cada vez más fuerte. Continuo caminando hasta que sus pasos se detuvieron en seco, ella pensaba que los árboles y la enorme fuente eran lo más hermoso que había visto en su vida, pero ante lo que estaba frente a sus ojos, tanto los árboles como la fuente perdieron totalmente su color.

Era un enorme palacio hecho completamente de jade de muchos colores, era cinco veces más grande que el mismo palacio imperial, tanto las puertas como las ventanas estaba hechas de oro y plata pulidos, varias fuentes de agua lo rodeaban glamurosamente y los árboles de cerezo le daban un aire irreal. Ni siquiera si el emperador vivía varios miles de años, no tendría suficiente dinero para pagar la cuarta parte de este palacio.

Bai Feng se acercó a la enorme puerta de oro, pero antes de que pudiera tocarla su mano se detuvo en el aire mientras miraba las palabras escritas en la puerta "Los tres picos de cerezo"

Ni bien terminó de decir esas palabras su cuerpo comenzó a emitir un resplandor dorado y en su mano derecha, en su dedo índice apareció el anillo que había encontrado en la cueva. El brillo se intensificó y la enorme puerta que inicialmente estaba cerrada comenzó a abrirse lentamente. Bai Feng por fin entendió lo que estaba pasando ¿Sería posible que tanto el bosque de cerezos como el palacio estuvieran dentro del anillo? ¡Imposible!.... Al no ser que esté no sea un anillo de almacenamiento.

Mientras observaba al anillo en su dedo entró dentro del palacio de jade. Y ella que creía que el palacio era increíble por fuera, pero cuando entro su rostro se retorció por el shock.

Las paredes dentro del palacio tenían dibujadas a increíbles bestias antiguas como el fénix, al pavo real, a los dragones e incluso a los quilin, todos y cada uno de ellos eran retratados en las paredes utilizando perlas, diamantes y todo tipo de joyas cuyo valor era inestimable, los enormes candelabros hechos de cristal en el techo llenaban de luz todo el entorno resaltando la hermosa escalera de jade que guiaba al segundo piso. Este castillo debería ser llamado el castillo de los tesoros en vez del palacio de jade.

Bai Feng pasó horas paseando por los pasillos mientras analizaba cada habitación. Las habitaciones eran como las de un palacio, totalmente amuebladas y de la más alta calidad, fuera de eso no encontró nada más. Luego de otro rato caminando se detuvo frente a una puerta que decía "El pabellón del cultivador inmortal"

Bai Feng abrió la puerta y se encontró con un lugar parecido a una biblioteca, solo que los libros parecían ser interminables, habían miles de libros en los estantes que llegaban hasta el techo. En el medio de la biblioteca había un gran pedestal de jade y sobre él se encontraba un... ¿Huevo?

La curiosidad brilló en los ojos de Bai Feng mientras se acercaba, y efectivamente, se trataba de un huevo dorado. Bai Feng colocó su mano sobre el huevo y lo que sucedió después casi la hace desmayarse.

"... ¿Maestro?"

Una linda voz de niño rompió el silencio de la biblioteca. El dueño de la vos parecía tener al menos unos seis años.

Bai Feng se recuperó de su shock inicial y comenzó a mirar toda biblioteca en busca del dueño de la voz.

"Huh? ¿Qué estás mirando maestro? Yo estoy aquí~"

El huevo dorado empezó brillar mientras las grietas en el cascarón comenzaban a aparecer.

"¿Sabes maestro? Te estuvimos esperando por mucho tiempo"

Al final de esas palabras el cascarón se rompió y una pequeña personita se abrazó al cuello de Bai Feng.

Señorita Prodigiosa: La Leyenda Del Doctor DivinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora