Capítulo 41

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Hola, aquí ando de vuelta con actualización nueva

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Matare al señor clip si no...¡Haganme caso!

Las divinidades crearon la vid con la finalidad de que se usase en ceremonias religiosas importantes, como una bebida social que suelta un poco a las rígidas personas de sus austeras costumbres para que hubiese cabida en el mundo algo de alegría a un mundo que solía ser muy gris. Pero claro, como en todo, no se puede abusar de la buena bebida que da la tierra porque demasiada distorsiona al mundo como en verdad se ve, como son normalmente las personas, pero nunca es para mejor. Por ello los que no siguen el ejemplo de la moderación son castigados al día siguiente por el exceso de diversión con una terrible resaca como consecuencia de su desborde. Y claramente las deidades divinas contaminaron eso dulces elixires con la adicción y el vicio para hacer del castigo por la debilidad todavía más grave. Les gustaba ver el mundo en caos aunque fuese en nimiedades tan simples.

Para quien nunca había bebido en su vida y que en la primera noche experimentase una gran borrachera le era casi irreal lo terrible que era la primera gran resaca, podía hasta parecer irreal que había gente que se hacia adicta a la parranda siendo consiente de las consecuencias que se hacían presentes en la mañana siguiente. Petra se sentía tan enferma que no podía concebir que en verdad había gente que estaba dispuesta a ponerse en el mismo estado que ella la noche anterior varias veces por semana sabiendo que tendría que aguantar como incluso el sonido del viento le golpeaba desde que entraba en sus oídos hasta que llegase a su cerebro para acuchillarle con armas invisibles ficticias, pero la inocente bruja ignoraba completamente que esos hombres ya perdidos en el vicio llegaron a aun punto de despertar ebrios y seguir la parranda ellos solos ignorando como su salud y vida se arruina, no les importa por la gran ilusión de placer y diversión que corre por sus venas que los tiene completamente ciegos hasta que llega el día en que su propia efermedad les toma la factura.

La muchacha se sentía terrible, se sentía enferma y adolorida por cosas que en realidad ni la lastimaban en serio. Su propio aliento y saliva los sentía venenosos, sentía que los sonidos del bosque solo estaban para torturarla y hasta pensar era molesto. De no ser porque la habían recostado en un estratégico lugar entre las sombras el sol también se habría vuelto su enemigo. Al parecer la expresión "se le fue el alcohol a la cabeza" resultó ser más cierta para Petra de lo que esperaba, porque le retumbaba mucho esa zona.

-Buenos días pequeña mal portada – Le saludó Hanji que se acercó a verla despertar. - ¿Qué tal la misión querida?

-Estás hablando muy rápido y muy fuerte – La chica se sujetó de la cabeza intentando poder mantenerse aunque fuera sentada sin que la cabeza se le fuera a cualquier lado de o pesada que estaba según ella.

-¿Parece que alguien tiene resaca por aquí?

-Siento como si mi propia cabeza quisiera matarme y la boca me sabe a porquería...

-Eso es resaca cariño – Le extendió una pócima a la jovencita – Y con esto se cura.

-¿Es lo que ayer estábamos vendiendo?

-Pues claro... Nunca mentí con respecto a su utilidad claro... Bebetelo antes de que te vuelvas a desplomar. – La muchacha lo miró dudosa. No porque no creyese en las habilidades de la hechicera, sino más bien porque temía no poder retenerlo en su garganta, pero si eso era lo único que le garantizaba no sentirse tan basura muerta lo tendría que intentar. Se lo tomó al seco como le dijo la mujer que lo preparó a pesar de su desagradable sabor (al menos era fácil de tragar).

Una historia que el mundo olvidóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora