Capítulo 19

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Bueno gente de Wattpad, me disculpo con los que les dije que actualizaría el domingo, pero surgió algo y no pude terminar, ahora si tuve un tiempito para hacer este capitulo

Espero votos y comentarios porfavor

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El capitán Levi no era hombre de prostitutas, o por lo menos recurría a ellas como último recurso puesto que no le gustaba saborear las babas de otros cientos de hombres, además de que los burdeles son foco de infecciones y siempre estaban desordenados y sucios.

Levi de niño no sabía cómo demonios tratar a las niñas (Isabel no contaba por ser su hermanita "adoptiva" y porque para él era un niño más, solo que no le podía pegar ni orinar frente a ella), en general era un desastre socializando con todo el mundo, hombres y mujeres por igual, cosa que preocupó a su madre y a su tío Kenny. La madre de Levi, la princesa Kuchel, se sentía mal por ver a su hijo tan solitario y a diario se culpaba a si misma de que si hubiera aceptado la propuesta de escaparse con el padre de Levi para irse a un lugar donde nadie los conociera para casarse e iniciar una familia juntos su hijo no tendría que vivir con el estigma de ser un hijo fuera del matrimonio, o como cruelmente lo llamaba la sociedad, un bastardo.

Pero a pesar de que estaba acostumbrado a la soledad logró hacer un reducido grupo de amigos, no fue fácil porque él era arisco y de trato brusco, y bastante asocial pero no era un mal niño pues aquellos que conocen el dolor de la soledad son los que más suelen valorar la amistad y para su suerte, Farlan e Isabel fueron los mejores amigos que pudo tener.

Cuando los tres finalmente entraron al ejército con ayuda de las influencias de Kenny y unos hilos que movió el mismísimo Rey (pues no quería dejar a su único sobrino sin un futuro), Levi se encontró con dos pequeños problemas, el primero era que tenía que aprender a convivir con mujeres que no eran ni su madre ni hermana y a pesar que le demostraron que eran igual de fuertes y buenas en combate como los hombres, seguían siendo mujeres con sus problemas típicos del género femenino, sueños, esperanzas, algunas aún pensaban en el romance y el amor, eran sensibles ( pero nunca lloronas) y muy protectoras entre ellas.

El segundo pequeño problema era que el día que entro al ejercitó fue también el comienzo de su despertar sexual y el haber evitado contacto con mujeres con las que no estuviera emparentado le jugó en contra, pues nunca había visto mujeres con pantalones que se abrazaran sus piernas y trasero resaltando sus formas, túnicas cortas que a veces se abrían del escote durante los entrenamientos y podía ver más de lo que debía. Una que otra vez acompaño a Farlan a espiar en el rio cuando las muchachas se bañaban y aunque era experto en hacerse el desinteresado su amigo lo pillaba mirando de reojo y con las mejillas sonrojadas, luego lo molestaba por ruborizarse cual doncella e iniciaban una pelea a puños y patadas que provocaba que los descubrieran y las chicas enfurecidas les lanzaban piedras.

Cuando ya empezó a ser imposible que luchara cuerpo a cuerpo con una compañera sin que su cuerpo reaccionará (menos mal estas aún eran muy inocentes para darse cuenta) se le informó a su tío que hiciera algo con su libidinoso sobrino adolescente, le dijeron que él era una joven promesa entre sus compañeros y sería una gran ventaja tenerlo en el ejército pero que sus hormonas locas lo entorpecían a tal punto que si no hacía algo tendrían que castrarlo.

Como Kenny sabía que su hermana tenía la ilusión de ser abuela algún día, quiso ver todas las opciones que no fuera arrancar su masculinidad, pero aún era muy joven para una prostituta, así que tomó su libro favorito de su biblioteca, uno que se había conseguido en oriente de manera secreta por estar prohibido por su contenido, se titulaba Las 222 posturas para el amor o 222 maneras de amar, no se entendía el titulo por estar en otro idioma, pero aquel libro solo tenía ilustraciones(la mayoría bastante buenas en cuanto a técnica, casi reales), y las imágenes eran el verdadero tema del libro.

Una historia que el mundo olvidóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora