La lluvia terminó y dio paso a una mañana despejada. Los habitantes de la única casa cerca del Cromlench ya habían comenzado hace bastante con sus tareas diarias, se estaban preparando para ir al mercado y vender algunas mermeladas y conservas, de pasó comprar tela para hacer ropa y algunos libros y pinturas para que los niños de la casa se divirtiesen.
Se preocuparon un poco acerca de si los huéspedes habrían soportado bien dormir en la cueva o si algo mal tenían en la cabeza que quisieron salir de paseo bajo la lluvia durante la noche. De seguro se agarraron una linda gripa, pensaron. Ni siquiera Rico podía imaginar que habían ensuciado su lugar de trabajo.
Ya había pasado la hora del desayuno y en un rato más se debería servir el almuerzo. Ni rastro de Levi o de Petra por la casa, por un momento pensaron que ya partieron de su terreno pero era imposible que emprendieran viaje sin caballos, dinero, comida y ropa adecuada. Tampoco los atacaron los bárbols porque de lo contrario ya lo habrían notado hace mucho. De todas sus deducciones no se les llegó nunca ocurrir que simplemente aun dormían en la cueva a horas que varios considerarían como indecentes¿Pero qué culpa tenían? Estaban cansados y casi no durmieron, rompiendo una de las reglas de Rico... aunque la cueva no contaba como parte de la casa y no habían niños rondando, y si contaba como otro lugar prohibido para las relaciones premaritales pues no podían recriminarles nada por falta de información.
En todo caso esa regla había quedado olvidada por los visitantes del terreno de la druida. No hubo tiempo de pensar en algo en relación a lo que estuviera fuera de esa cama, mucho menos recordarlo por esos instantes, por que no importaba. En ese espacio era todo un mundo en el que no llueve, no hace frío, el aire es tan caliente que hasta la ropa es incomoda, donde no es malo andar desnudo, el lugar donde nadie miente, las acciones valen más que las palabras, no hay necesidad de reglas o normas, la eternidad se hace insuficiente, no existe la soledad, el gozo y la agonía se hacen compañeros... la utopia a la que todas las almas aspiran y el único cielo al que se llega sin morir.
De no ser por el hambre, Petra no se habría despertado en todo el día, porque ni cuando paró de llover o el amanecer se hizo presente con el ruido de los pájaros anunciando el inicio del día abrió los ojos. Hacia un tiempo que no dormía tanto, sin sueños o pesadillas, indicio de que hasta su mente estaba demasiado cansada para soñar, dando paso a un muy buen descanso interrumpido por una de sus necesidades primarias. Sus ojos miraban todo a su al rededor acostumbrándose a la luz, recordando que estaba en una cueva, que había ido a dormir ahí y que no se fue a la cama sola. Se ruborizó furiosamente al recordar todo aquello que pasó, desde el inicio y vagamente el final (en realidad casi nada de como terminó). Todo en su mente se veía tan surrealista al rememorar la perdida de su virginidad que de no ser porque estaba desnuda y la dolorosa punzada entre sus piernas que sintió al querer incorporase no era para nada imaginaria. Intentó no pensar tanto en todo lo que habían hecho (bueno, específicamente todo lo que Levi le había hecho a ella), era demasiado vergonzoso y más al darse cuenta de que le había agarrado un extraño gusto a ello, incomprensible para ella si cuando lo sintió atravesar aquella barrera que la mantenía inocente sintió como si la desgarrara.
Se metalizó en otras cosas... Fijó su vista en la escoba que estaba apoyada en un rincón, esa con la que Levi barrió el suelo de la cueva (¿a quién más si no se le ocurriría semejante idea?). No pudo evitar entonces dar una risa ante las ocurrencias de ese singular hombre. Si no era muy alegre o bromista no importaba porque al menos sabía que no había aceptado quedarse al lado de un aburrido sin remedio. Y a ella tampoco podría considerarsele la normal entre los dos o la racional porque entonces no le habría ayudado a limpiar una caverna, mucho menos aventurarse bajo la lluvia en camisón con una capa como único abrigo. Pero supuso que esas dos nimiedades tan absurdas eran necesarias para que hubiese pasado todo, si no entonces jamás se habría atrevido a confesar sus sentimientos o mucho menos a que el capitán le propusiera estar juntos de esa manera tan particular. Cómo si le estuviese ordenando comenzar una relación, firme, determinado, tosco, torpe... Sincero y muy transparente. Esa parte de la noche era la que se miraba más fantástica a los ojos de Petra, porque lo que pasó después de huella en ella, la única prueba de lo otro era la memoria de lo que escuchó y quizás no debería confiar tanto en su atolondrada mente y...
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Una historia que el mundo olvidó
Fiksi PenggemarPareja principal: Rivetra parejas secundarias: eremika, yumikuri, aruannie, eruhan y jarco ... Universo alternativo con cri...