Capitulo 11

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-Qué camino tan largo – dijo Jace tirado sobre el sofá de Magnus.

-Ni me lo digas – respondí, estaba tirada en el piso con ropa prestada de Clary, que me quedaba enorme, pero era mientras la mía estuviese seca.

-Yo te cargué, ¿por qué rayos estas cansada?

-Te acuerdas cada vez que te decía "vamos Jace, ya casi llegamos" – él movió su cabeza negativamente – bueno yo sí, el punto es que estoy cansada de motivarte, también es un trabajo duró.

-Que niña tan astuta – dijo Magnus, el cual tenía rato sin decir palabra.

-¿Quien le pidió a Magnus que hablara?

-Estas en mi casa – dijo el brujo gatuno.

-Por eso digo que Magnus tiene toda la razón.

Alec llega a la habitación y tira las cartas cerca de mí.

-Pues, efectivamente, Samuel Cartair es tu papá, esa daga es muy importante, era pasada de generación en generación, no se mucho de la historia de ese hombre.

-Yo – Magnus habló seductoramente, estoy segura de que a Alec se le aguo el guarapo – tampoco se mucho – iba a decir algo pero Magnus me calló, con magia, porque no podía abrir mi boca – lo único que sé es que es descendiente de Elías Cartairs, Samuel, fue un olvidado porque nunca tuvo mucha habilidad, en nada, ni siquiera en leer libros – mientras intentaba más hablar era como si me cosiera la boca, quería insultarlo – supe que trabajo con Valentine, pero solo como barrendero.

Me levante de donde estaba e intente caerle encima a Magnus, pero me lanzó otro hechizo dejándome en el aire, tan inmóvil como una estatua, ahora no podía mover mi cuerpo.

-¿Podemos mantenerla así por siempre? – pregunto Jace.

-Sería buena idea – dijo Alec rascándose la barbilla.

Mientras más luchaba por soltarme, más me sentía atrapada, eran como cuerdas invisibles.

Clary entro a la sala con una libreta en las manos.

-¿Qué les pasa? Déjenla en paz.

Magnus hizo un rápido movimiento de manos, dejándome libre, lo que provoco que me estrellara contra el piso.

-¡Pajuos! – grité.

Clary deposito la libreta sobre la mesita de vidrio que había en el medio de la sala, me llamo la atención la runa que había en la portada de esta.

-¿Qué es esto? – pregunte.

-Una runa – dijo Alec con desdén.

-Nawebonada marico, tu si eres inteligente, un premio nobel pa' este muchacho – dije señalándolo.

-¿Un nobel a qué? – dijo Jace enarcando su ceja.

-Te sugiero un título – dijo Magnus divertido – al novio más ardiente.

-No, no – dije mostrando asco en mirada – diría algo como: "Alec litgud, premio al más gafo"

-Así no se pronuncia mi apellido, muchachita.

-¿Es lo único que te molesta? – dije sorprendida.

-No sé mucho de tu idioma Venezolano, además es Ligtwood, no Litgud.

-Ligtwood, Litgud, ¿cuál es la diferencia? Es prácticamente lo mismo.

-Dejen las tonterías – dijo Clary – que fue lo que dijo el robot, con claridad.

Nephilim VenezolanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora