Cápitulo 12

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Caí fuertemente al piso, tres segundos después sentí a Jace caer sobre mí y luego a Magnus.

No puedo creerlo, acabo de hacer mi primera runa... y fue un portal, ¿habría funcionado? ¿Me habría llevado a donde yo quería?

Comencé a patalear para que se quitaran de encima, lentamente lo hicieron, Jace me tendió la mano para levantarme.

-Estas completamente loca...

-Shhh – lo callé, Magnus simplemente se acomodaba el peinado.

Mire a mi alrededor, estaban las familiares paredes color azul claro, el armario, el escritorio, la computadora, todo estaba como la última vez.

El cuarto de Ashley.

Sentí mucha alegría, había funcionado, estaba en Venezuela.

Volteé hacía la cama, Ashley estaba tranquilamente dormida, no puedo creerlo, tres personas fueron transportadas a su cuarto y ella duerme tranquilamente.

-Creo que estamos en la habitación de una niña – dijo Magnus - ¿Dónde estamos?

-Esa niña – dije, las lágrimas surcaban mis ojos y Ashley aún dormía plácidamente – es Ashley.

-¿Tu amiguita? – pregunto Jace.

-Sí.

-Estás loca ¿sabes? Pudiste haber muerto... – comenzó Jace con un sermón, pero no le preste atención.

El continuo hablando mientras yo me dirigía hacia donde Ash dormía, quería darle un fuerte abrazo.

Estaba a centímetros de ella.

-Cállate rubio teñido – le dije con voz apacible, el obedeció – Ash – susurré, toqué uno de sus mechones que se habían escapado de su moño – Ashley – repetí, ella se movió – Ash, despierta – ella abrió los ojos, se notaba que no estaba viendo con claridad.

-¡Jesús! – grito echándose hacia atrás.

-María y José – dije.

-Y los santo que vinieron después – se sentó y se tallo los ojos varías veces - ¿De verdad estas aquí? Estoy soñando.

-No vale, soy un fantasma.

-¡Pija! – Me toco – Si es de verdad – me dio un abrazo – con esa cara casi te creo lo de que eres un fantasma.

-Pajua - Le di un golpe en la cabeza.

-Bueno – nos interrumpió Magnus – ya terminaron con su encuentro emotivo.

Ashley me soltó y vio a Jace y a Magnus con una ceja enarcada.

-¿Magnus? – dijo señalándolo.

-Sí.

Luego señalo a Jace.

-Rubio teñido ¿Verdad?

-Sí.

-Soy Rubio natural – protesto Jace.

-Ya se quedó así.

Magnus se sentó en el escritorio.

Jace intento sacar su estela pero se le resbalo de las manos, algo muy extraño, ya que a él nunca le pasaba eso.

Él se agacho para recogerla, lo que implico que tuviera que poner el trasero hacía nuestra línea de visión.

-Suculento – susurró Ash a mi oído – ojala fuera pista, pa' córreme en él.

Volteé y la mire con mis ojos bien abiertos.

Nephilim VenezolanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora